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Su madre tuvo parte de culpa de lo que es hoy Pancho López Quiñones. Vio que la cocina era su hábitat natural, confiaba en su ... talento y le avisó de que echaba a andar una escuela de hostelería en Málaga: La Cónsula. Yde allí salió como parte de la primera promoción este malagueño de alma viajera que no tardó en enganchar un trabajo con otro, la mayor parte fuera de su ciudad natal. Desde Vietnam o Tailandia hasta China, Ghana o Cuba. Más de una veintena de países en los que se ha curtido en las cocinas de restaurantes, hoteles, yates o cruceros. Hasta que la pandemia le sorprendió como chef ejecutivo en la línea de alta gama de una conocida compañía de cruceros. La incertidumbre le volvió a traer a Málaga.
Ycon él, una mochila cargada de sabores e influencias que ahora comparte en el corazón de su tierra bajo el nombre de Paloki. «Es parte de mí, de mis vivencias», resume el propio cocinero sobre este proyecto con el que apenas lleva un año, pero al que le pone día a día esa pasión por la cocina sin fronteras con la que habla. Eso sí, sin perder de vista el producto local.
Dirección. C/ Echegaray, 3. Málaga capital.
Teléfono. 951 742 819.
Web. www.restaurantepaloki.com.
Cierre. Domingo noche y lunes.
Precios. Aguachile verde con salmonete: 11,50 €. Croquetas de curry con vieiras: 10,90€. Secreto al carbón: 22,50 €.
Así que quien busque algo diferente y original, aquí lo encontrará. Por ejemplo, en forma de ensalada de papaya, sopa negra picante con mejillones y salmonete o croquetas de curry verde con vieiras. Un sólido poso cosmopolita que se deja ver en propuestas tan diversas como la pastela marroquí, el taco de carnitas con chile chipotle y el bao con panceta de cerdo guisada al estilo de Taiwán, por citar algunas. Pero también hay espacio para los más conservadores: ventresca de atún al grill, secreto ibérico al carbón, brioche de rabo de toro, canelón de carrillera, patatas bravas o incluso algo de cuchara, como sus lentejas con foie de pato.
Por supuesto, no faltan ni la ensaladilla rusa (con tartar de atún o con langostinos) ni las croquetas de jamón (con extra de sabor). En el 'apartado postre', imprescindibles los raviolis de calabacín y tomate con sopa de piña, albahaca y menta. Sólo una pequeña muestra de la versatilidad que ofrece Paloki en este rincón de la céntrica calle Echegaray con opción tanto para un tapeo informal en barra o en las mesas altas como para un almuerzo o una cena más reposada en una sala que, como la cocina, López Quiñones cuida al detalle. Lo hace junto a un equipo al que no deja de mencionar en ningún momento. Como tampoco al cliente, principal destino de un viaje lleno de matices.
Pancho López Quiñones se apoya en un equipo joven para ofrecer una propuesta gastronómica en la que refleja la influencia de su paso por medio mundo, pero en la que no falta el producto local, con originales opciones como los raviolis de calabacín y tomate con sopa de piña, albahaca y menta.
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