Marisquería Miguel: Delicioso sabor a mar en el corazón de Málaga

Aunque lo separa algo más de un kilómetro, entrar en la Marisquería Miguel es respirar aire marino.

Su vitrina repleta de pescados y mariscos comprados a diario en los mercados y lonjas malagueños detona pasión por el producto y la gastronomía de la tierra, que se presenta a los comensales con cariño en elaboraciones tradicionales.

Este establecimiento familiar, ubicado en el castizo barrio de la Trinidad, se ha valido de su buen hacer para resistir los difíciles años de la crisis. No en vano, el restaurante inició su andadura en 1994 (aunque permaneció cuatro años cerrado debido a obras) y desde entonces ha sabido mantener una clientela fiel, que acude cada fin de semana a sumergirse en sus especialidades. Para formar parte de esta deliciosa comunidad, nada mejor que abrir boca con una sopa de mariscos o una ración de clásica y efectiva ensaladilla. Los amantes del mejor sabor a mar disfrutarán con su amplio surtido de mariscos frescos, servidos siempre respetando su sabor y cualidades. El bar ofrece opciones para todos los gustos: conchas finas, navajas a la plancha, mejillones en salsa picante o magníficas gambas al pil-pil, entre otras especialidades. En lo referente a pescados, la marisquería ofrece, según mercado, frituras tradicionales como boquerones de Málaga, calamares, salmonetes o un adobo de pintarroja que no deja indiferente a nadie.

Para rematar el banquete no queda más que dejarse seducir por su variedad de postres caseros, entre los que destaca por méritos propios el flan de turrón, irresistible.

Por todo ello no es de extrañar ver caras conocidas cada fin de semana. Devotos que ya saben dónde encontrar este refugio marino, suculento, tierra adentro.