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PEDRO LUIS GÓMEZ
Domingo, 25 de agosto 2019, 00:32
Los problemas del Málaga y de la U. D. Las Palmas para confeccionar sus once de salida, con verdaderos quebraderos de cabeza para Víctor y Mel, dieron paso a un extraño partido en el que muchos de los jugadores protagonistas, en teoría, ya no lo serán el resto de la temporada en sus respectivos equipos. En realidad, todo lo que se refiere al Málaga resulta extraño, no sólo lo referido, porque extraña cuanto menos es la gestión de su propietario, que ni está ni se le espera, y que ha llevado al equipo a un callejón sin salida. Con importantes bajas respecto a la temporada pasada y sólo dos fichajes (que no pueden jugar, por cierto), el malaguismo se aferraba a la importante victoria en El Sardinero y confiaba en mantener la racha, en conseguir una nueva victoria que catapultara los ánimos de todos, pero no pudo ser porque en la primera parte se perdonó al rival por parte de Adrián y Juanpi con dos clarísimas ocasiones, y un grosero fallo de Mikel permitió a los canarios adelantarse en el marcador. Lo único bueno del empate fue la reacción, ejemplar, del equipo, aunque la falta de un referente ofensivo nos privó de una victoria que hubiese sido más que merecida.
En resumen, la vuelta del Málaga a La Rosaleda dejó una sensación agridulce y un sentimiento de que se pudo conseguir más, pero también de que urgen refuerzos y, sobre todo, aclarar un difuso panorama, porque ya me dirán para qué queremos jugadores (caso de Keko) de los que no se puede disponer porque se busca su salida, o de refuerzos como Okazaki y José Rodríguez si no se pueden vestir de corto... El Málaga está en un mar de dudas, donde nos ha dejado un propietario y presidente que parece ajeno a todo, y que nos podría hacer el favor de nuestras vidas: aceptar alguna de las ofertas de compra que ha recibido. Lo más positivo, sin duda, la entrega de todo el equipo y la enorme aportación de Cifu, que estuvo incansable. De todas formas urgen soluciones y fichajes. El problema es que quien tiene que hacerlo no lo tiene para nada claro.
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