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La previa del Málaga-Burgos, ya con los deberes hechos y el objetivo de la permanencia cumplido, fue una fiesta. En los aledaños de La Rosaleda y también dentro del estadio. Lo más llamativo y vistoso fue el espectacular tifo que desplegó el Fondo Sur, el más grande en la historia del campo de Martiricos, con un cariñoso y emotivo mensaje dirigido a este sentimiento que se transmite de generación en generación.
'De padres a hijos' se podía leer en la parte inferior del diseño, que estaba acompañada de una ilustración que ocupaba los dos anillos, con un padre sosteniendo a hombros a su hijo, alzando, a su vez, una bufanda que dice 'Coraje y corazón', uno de los lemas que más representan al Málaga. El grupo de animación quiso dedicar este último encuentro de la temporada a la afición.
Además, en el minuto 30, la misma grada desplegó una pancarta en la que se leía 'Nos vamos de vacaciones' y sacaron objetos de playa, tales como flotadores, colchonetas o manguitos. Comenzaron a pasárselos entre ellos para celebrar la permanencia mientras saltaban y festejaban. Una fiesta total.
Más allá, también hubo lugar para homenajes. Algunos miembros de la plantilla del Unicaja y también del 'staff' técnico saltaron al círculo central del campo para ser homenajeados tras lograr su último éxito: la conquista de su segunda Champions League. El capitán, Alberto Díaz, ofreció el trofeo a la afición malaguista en la antesala de los 'play-off' por el título de la Liga ACB y realizó el saque de honor.
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