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El fallecimiento de Michael Robinson, que se hizó público ayer a primera hora de la mañana, conmocionó al mundo del fútbol y el de los medios de comunicación. Completó la mayor parte de su carrera futbolística en Inglaterra e hizo fama en España gracias a su faceta de comunicador. Antes, tuvo una exitosa trayectoria como jugador. Comenzó su carrera futbolística en Coventry, se descubrió como goleador en el Preston y el Manchester City, y eso lo llevó al Liverpool, el equipo de su vida. Por caprichos del destino, uno de sus últimos partidos fue en el mítico estadio de Anfield, en la eliminatoria entre el club de la ciudad de los Beatles contra el Atlético de Madrid en Champions.
De rojo, Robinson conquistó una Copa de Europa (jugó la prórroga de la final contra el Roma en el Olímpico), una Liga y una Copa de la Liga. Y también fue internacional con los colores de la selección de Irlanda, por los orígenes de su madre. Después de todo esto llegó a jugar en el fútbol español, en las filas de Osasuna. Jugó en El Sadar tres temporadas hasta que las lesiones lo obligaron a 'colgar las botas' prematuramente en 1989, con sólo 30 años. Echando un vistazo al archivo de SUR, un ejercicio privilegiado, descubrimos que en ese periodo Michael Robinson llegó a ser rival del Málaga una sola vez. Y fue un encuentro especial porque en él se vio su último gol como futbolista profesional.
Ocurrió el 27 de noviembre de 1988, en la jornada 12.ª de la temporada 1988-89 de Primera División. En el mítico feudo rojillo, con «una tarde fría y un estadio casi lleno», se midieron el Osasuna de Zabalza y el Club Deportivo Málaga de Luis Costa, donde destacaba la figura de Juanito, que precisamente en ese partido fraguó un gran partido. Aquella tarde de 1988, después de una primera parte competida, el Málaga no salió bien tras el descanso y una jugada marcó el partido de manera definitiva.
«Robinson se cuela por la derecha en porfía con un defensor malaguista, hace la pared con Pizo Gómez y ya cerca del área chica levanta el balón por encima del portero y lo cuela junto al poste izquierdo». Así fue el último tanto de Robinson como futbolista y así lo relató en su día para SUR el redactor jefe de Deportes, Manuel Castillo, enviado especial a aquel choque que concluyó 1-0 a favor de los rojillos. Cuatro partidos después, ya de lleno en enero de 1989, Robinson no jugó más por las lesiones. De hecho, su paso por el fútbol español no pudo ser más prolífico por esto.
Alineaciones
Osasuna: Roberto; De Luis, Pepín, Martín, Castañeda; Lee, Rípodas, Pizo Gómez, Bustingorri; Robinson y Milinkovic.
Málaga: Jaro; Chano, Alvarez, Anón, Clemente; Jaime, Juanito, Antonio, Lauridsen; Campuzano y Paquito
Cambios
En el equipo navarro, Merino ocupó el puesto de Sammy Lee al iniciarse en segundo tiempo; en el minuto 61, Sola reemplazó a Milinkovic. En el conjunto malaguista, Hassan sustituyó a Campuzano en el minuto 67; tres minutos después José Luis relevó a Antonio.
Incidencias
Tarde muy fría, aunque soleada al principio con una gran entrada en El Sadar que rozó el lleno absoluto. Mucha pasión y ruidosa algarabía en los grádenos con los aficionados, casi en pleno, en apoyo de su equipó, más cuanto peor jugaba. En el capítulo de tarjetas solo hay que reseñar dos: a Castañeda (minuto 60) y a Alvarez (minuto 64). Al final, y tras la excelente demostración de su equipo, el público lo despidió con fuertes aplausos.
Y es que en sus últimos años sufrió un carrusel de molestias en la rodilla. En Osasuna, donde Robinson pensó al principio que era también el nombre de la ciudad en vez de Pamplona –una anécdota muy recurrente del inglés, de las tantas que contó– vivió su mejor temporada en la 1987-88. Fue una de las más brillantes en la centenaria historia del equipo navarro. El equipo que entrenaba también Zabalza fue quinto, por delante del Barcelona, aunque no logró clasificarse para Europa. 'Robin', como era conocido en el vestuario, marcó seis goles, pero lo que más aportó fue ese impulso por no conformarse y aspirar a cotas más altas con el que impregnó el vestuario. Un carácter heredado del 'ADN Liverpool', ese que había llevado al equipo rojillo a conseguir la ansiada permanencia el año anterior.
Tras colgar las botas, sus privilegiadas dotes para la comunicación llevaron a Robinson primero a Televisión Española y después a Canal Plus (ahora Movistar), donde ha estado participando en las retransmisiones hasta que el fútbol se paró por el estado de alarma a causa del coronavirus. Quedará un vasto recuerdo de su éxito como pareja junto a Carlos Martínez, y por innovar con progamas como 'El Día Después' e 'Informe Robinson', que son referentes del periodismo deportivo. Todo, con un acento inconfundible y magnético.
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