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La última orden del Ministerio de Sanidad que regula la apertura de las piscinas comunitarias, publicada este sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), amenaza con dificultar la temporada de baño antes de que esta haya comenzado en las numerosas urbanizaciones que disponen de este tipo de instalaciones recreativas. Así lo confirmó a este periódico el presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga, Alejandro Pestaña, que considera que muchas comunidades de propietarios tienen difícil llevar a la práctica las medidas fijadas para abrir sus piscinas a los vecinos. Entre las restricciones para evitar la propagación del Covid-19, destacan la reducción del aforo a un 30% y la obligatoriedad de fijar un sistema de turnos. Una situación difícil de controlar en las comunidades de vecinos porque «la mayoría no disponen de ningún sistema de control del aforo».
«Al final, no es una reducción del 50%, como parecía que estaba previsto inicialmente. La orden ministerial fija un 30% de aforo para poder abrir las piscinas comunitarias. Haciendo números, es difícil que salgan las cuentas», explicó Pestaña. En este contexto adverso, la apertura de las piscinas se hace cuesta arriba para muchos presidentes de comunidades. A eso hay que añadirle que, debido al estado de alarma, aún no se han podido reanudar las reuniones vecinales.
El caso de las piscinas comunitarias evidencia una realidad oculta de la llamada nueva normalidad. Rutinas cotidianas que no se prohíben, pero que serán imposibles de llevar a la práctica por las restricciones impuestas. Para los administradores de fincas, «no es posible gestionar citas previas sin personal o, al menos un teléfono y la inmensa mayoría de las comunidades de propietarios carecen de ambos recursos».
Aunque un informe del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) descarte, prácticamente, la posibilidad de un contagio a través del agua, la experiencia en las piscinas no será igual a la de otros años. El informe advierte del riesgo de contagio que existe fuera del agua, y apela a mantener las mismas normas de distanciamiento social que rigen ahora mismo en la calle. Otra restricción que se añade y complica la tarea.
No obstante, la decisión última estará en manos de cada comunidad de vecinos, y si se quiere asumir el nuevo marco de regulación Covid-19, que también establece la obligación de desinfectar las zonas y elementos de uso compartido tres veces diarias. Si se desea, estas instalaciones podrían abrir a partir de la fase 2 de la llamada desescalada. Si se aplica el retraso de una semana que lleva la provincia de Málaga, la fecha a marcar en rojo es el 1 de junio.
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