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Paola Martínez Ledesma, en su domicilio, donde espera la llegada de su tercer hijo. Salvador Salas
¿Cómo es posible que pueda perjudicar a mis clientes por estar embarazada?»

¿Cómo es posible que pueda perjudicar a mis clientes por estar embarazada?»

La abogada malagueña que ha intentado aplazar sus juicios por estar a punto de dar a luz expone a SUR sus argumentos

Martes, 11 de septiembre 2018, 00:46

«Hago lo que puedo. Lo que mi salud me permite. No es lo mismo redactar un escrito en tu casa que estar en un juzgado esperando para entrar, con la tensión de un juicio y enfrentándote a la otra parte». Quien habla es Paola Martínez Ledesma, la letrada que protagonizó, muy a su pesar, este titular: «Una jueza de Familia de Málaga insiste en celebrar un juicio con una abogada que certificó baja por embarazo».

Paola Martínez tiene 42 años y es madre de dos niños de 5 y 11 años, a los que se sumará una tercera que viene en camino y que «se resiste a salir». Tras pasar por algunos bufetes, montó su propio despacho en el que ella lleva personalmente todos sus casos, salvo alguna colaboración puntual con una compañera, lo que impide que pueda ser sustituida por otro letrado que controle los asuntos.

Todo empezó el pasado día 3, cuando su reloj biológico mandó parar su calendario judicial. En una visita de control a su ginecólogo «de siempre», el mismo que le llevó los embarazos anteriores, el especialista le dijo que no debía seguir con su actividad laboral. Estaba de 36 semanas y 5 días y había empezado a tener contracciones. «Me hizo un certificado en el que dice que estoy incapacitada para trabajar, porque la niña puede venir en cualquier momento, así que a la mañana siguiente contacté con mi procurador para que lo presentara en los juzgados donde tenía juicios señalados para los próximos días, dice.

Pero no está de baja, aclara, «de hecho, jamás lo he estado, ni con los otros embarazos, en los que di a luz y a los tres días ya estaba incorporada. Para el abogado, tiempo que está en casa es tiempo en el que pierde dinero. Solo necesitaba que, por tener algo de margen, me dieran 30 días».

Según la letrada, tenía tres juicios en su agenda más inmediata que había que aplazar, uno en el Juzgado de Familia número 6 de Málaga, otro en el Juzgado de lo Social número 10 también de la capital y, el tercero, en el Juzgado de Instrucción 3 de Torremolinos. «El 6 puso pegas y el 10 no contestó. Solo el 3 suspendió sin problema», detalla.

En el caso de Familia, al ver que la jueza seguía con su calendario y el juicio iba a celebrarse, Paola Martínez asegura que se vio obligada a pedir amparo a la Comisión de Relaciones con la Administración y la Justicia (CRAJ) del Colegio de Abogados de Málaga, que tuvieron que asistir a la vista con el procurador para intentar que se suspendiera.

Ante la resistencia de la jueza, –posiblemente motivada por unas medidas cautelares que había aplicado en el caso y que no quería demorar en el tiempo, tal y como apuntan fuentes judiciales conocedoras del caso–, la letrada malagueña sufrió una crisis de ansiedad y tuvo que ser trasladada al hospital, donde le hicieron un nuevo certificado en el que se argumentaba que la gestante a término presentaba una crisis de ansiedad y se le recomendó «reposo y vida tranquila».

El día de la vista oral, tras comparecer el procurador con los dos certificados, la jueza y la letrada de la Junta de la Andalucía se opusieron a suspender, mientras que el fiscal no se opuso. La intervención de la Comisión de Relaciones con la Administración y la Justicia del Colegio de Abogados de Málaga hizo que la jueza cambiara de actitud y la vista oral finalmente no se celebró, sin que por el momento se haya fijado una nueva fecha, según el decano del Colegio de Abogados de Málaga, Francisco Javier Lara, quien ha calificado los hechos de «lamentables». «Flaco favor hace esa mujer jueza y la letrada de la Junta de Andalucía a una sociedad que está cada vez más implicada entre la igualdad entre el hombre y la mujer», manifestó a Efe.

La jueza llegó incluso a pedir que le asistiera otro compañero para no tener que aplazar, pero ella explicó que trabajaba sola en el despacho. «Nuestra profesión se basa en la relación de confianza entre abogado y cliente, que te ha contratado a ti, te ha pagado a ti y quiere que seas tú el que vaya a juicio», apuntó el decano de los abogados malagueños.

Pero ahí no acabó todo. Ayer tenía señalado otro juicio por un asunto laboral, en este caso en el Juzgado de lo Social número 10. «Al menos en el de la semana pasada me dio tiempo a pedir amparo al Colegio [de Abogados], pero esta vez ni siquiera se ha suspendido», denuncia Paola Ledesma. Fuentes judiciales explicaron que, tras examinar el expediente, se decidió seguir adelante porque la letrada no figuraba personada en la causa. «Llevo toda la semana intentando que el juzgado provea mi escrito, pero no ha habido forma. No me han dado ni por personada. En la era de Lexnet (sistema de notificación telemática), a los abogados sí nos tiene que llegar todo inmediatamente, pero la jueza no provee mi escrito. Voy a pedir la nulidad –el juicio se celebró sin su cliente, que tendría que haberse defendido solo–, a solicitar nuevamente el amparo del colegio y seguramente a presentar una queja ante el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)», afirma, indignada, la letrada.

Situación «extraña»

Otras fuentes judiciales aseguraron que se han aplazado vistas o comparecencias «por mucho menos» y calificaron de «extraña» la situación. «Se han suspendido juicios solo con presentarse la mujer del procurador con un certificado médico sin más. Cuanto menos un embarazo...», insistieron.

Paola Martínez sostiene que, a excepción del colegio, se ha sentido «totalmente indefensa». Dice que está «deseando dar a la luz» para poder incorporarse y seguir trabajando, «pero del estrés que tengo con todo esto no me pongo de parto; es la contrariedad más grande: ¿cómo es posible que pueda perjudicar a mis clientes por estar embarazada? A la hora de la verdad, ser madre te excluye profesionalmente», sentencia.

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