El pico más alto de alergia en Málaga genera confusión con los síntomas del coronavirus

Le pica la garganta y los ojos, estornuda con frecuencia, moquea... Son los síntomas de la alergia primaveral, pero se pueden confundir fácilmente con las primeras fases del coronavirus. La mayoría de los ciudadanos que sufren esta patología estacionaria ya lo saben por años anteriores, están preparados o recurren a su médico de familia en busca de antihistamínicos y corticoides e inhaladores. Pero hay otros para los que es la primera vez que les ocurre, o que están sufriendo este año una reacción especialmente virulenta y lo relacionan con un posible caso de Covid-19.

El grupo de aerobiología de la Universidad de Málaga (UMA) está detectando estos días niveles altos o extremos de polen, especialmente de olivo, y ello se manifiesta directamente en las consultas médicas, sobre todo ahora que la pandemia hace que los ciudadanos estén especialmente atentos a su salud respiratoria.

María José Torres Jaén, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Regional y miembro de la junta directiva del Colegio de Médicos, admite que los pacientes están preocupados, sobre todo ahora en primavera, que siempre se asocia con esta dolencia, aunque puntualiza que los ácaros del polvo hacen que para muchos se extienda durante todo el año. Tantas consultas se están produciendo en este sentido que la institución colegial ha organizado una conferencia virtual mañana, sábado, a cargo de la doctora Torres, bajo el título: «Síntomas de alergia primaveral y Covid-19. Parecen lo mismo pero no lo son». Se podrá acceder de manera libre a través de su canal de Youtube, de 9.30 a 10.15 horas.

No se puede perder de vista que el 30% de la población general es alérgica, lo que suma casi medio millón de personas en la provincia. «Los síntomas se pueden confundir con razón de una cosa con la otra, y la gente se agobia pensando que puedan tener Covid», comenta. Se parecen en los estornudos, la dificultad respiratoria, la tos, el agua por la nariz y las molestias de garganta. «Pero hay síntomas claros que nos ayudan a diferenciar», y señala al hecho de que un alérgico no tiene fiebre, ni diarrea, ni dolor articular ni muscular, ni una pérdida de olfato brusca (sí puede haberla, pero paulatina). Con esas cuatro claves se puede diferenciar un caso de alergia de otra cosa, aunque en caso de duda recomienda acudir a su médico.

No todo es negativo en las actuales circunstancias para quienes padecen estas molestias. Las medidas de protección del coronavirus también ayudan a evitar el contacto con el polen, y con estas se refiere no sólo a las mascarillas y las gafas, sino también a las horas estipuladas de paseo, por la mañana temprano o por la tarde, ya que el nivel es más alto en las horas de sol. En cambio, los alérgicos al polvo lo están pasando peor con el confinamiento en sus casas. Además, hay que tener especial precaución los días de mucho viento y evitar salir, ya que este mueve los pólenes y hace que impacten en los ojos y las manos.

El grupo de aerobiología, que forma parte del departamento de Botánica y Fisiología Vegetal de la Universidad de Málaga (UMA), actualiza los pronósticos de polen todas las semanas en atención a los alérgicos de la provincia. El pronóstico que está vigente actualmente, a cargo de las biólogas Marta Recio y María del Mar Trigo, dicta que los niveles en la atmósfera están subiendo de manera significativa. Es «extremo» en el caso del olivo (que es el que más está afectando ahora en la capital malagueña); y «elevado» o «moderado» en las encinas y alcornoques (Quercus), urticáceas y llantenes (Plantago).

Para los próximos días se espera que continúen ascendiendo las concentraciones atmosféricas de estas, así como que se incorpore el de las gramíneas. «Las personas sensibles a estos pólenes deben tomar precauciones, se les recomienda no salir a la calle y si lo hacen llevar puestas mascarillas y gafas de protección».

Antonio Picornell, botánico y miembro del grupo, explica que el calor favorece que esta sustancia se libere al aire, pues «las anteras de las flores se secan y se abren». De ahí que los días con cielos despejados y temperaturas altas las concentraciones sean mayores, aunque puntualiza que hoy por hoy están dentro de lo normal de todos los años. En cambio, los días de lluvia o en un ambiente de humedad relativa alta deja de estar en suspensión y se deposita en el suelo. Esta situación se prolongará al menos hasta mediados de junio.