«Mi llegada a la presidencia de la Cámara de Comercio de Málaga ha sido una sucesión natural»
El empresario hotelero alcanza la cúpula del organismo después de un conflicto que llevó a que su predecesor, Sergio Cuberos, perdiera la confianza de la CEM
Se daba por sentado que Sergio Cuberos repetiría al frente de la Cámara de Comercio. Pero su choque con la Confederación de Empresarios de Málaga ( ... CEM) lo terminaron descartando para ocupar otros cuatro años el puesto al que ahora ha llegado el empresario del sector turístico José Carlos Escribano. En realidad, es un hombre de la casa –era vicepresidente de la Cámara hasta ahora– y, en su primera entrevista tras asumir su nueva responsabilidad el pasado 23 de noviembre, califica su llegada a su presidencia como algo «natural». Además, ratifica la unidad que sigue imperando en el empresariado malagueño. Valora el equipo humano con que cuenta la Cámara y quiere que ésta tenga más presencia en toda la provincia, más allá de la capital, para ayudar a consolidar, impulsar e internacionalizar su tejido productivo.
–Un poco accidentado su aterrizaje al frente de la Cámara...
–Si lo vemos con perspectiva, mi llegada a la presidencia ha sido un aterrizaje natural: yo llevo ocho años en el comité ejecutivo de la Cámara de Comercio y en los últimos cuatro años he sido vicepresidente. Por lo tanto, sería una sucesión natural el relevo que se ha producido en la Cámara. Es cierto que no era la primera opción que se barajaba desde la CEM. Pero a la hora de confeccionar y de coordinar las acciones a futuro, no hubo el entendimiento o el compromiso necesarios con el valor más importante que es la unidad empresarial. Por eso, con mucha humildad y mucho compromiso por mi parte asumí la propuesta que me hacía la CEM, donde tenía un respaldo mayoritario para coger la presidencia.
–¿La discrepancia entre Cuberos y la CEM era por nombres de esa candidatura?
–Más que por nombres, porque en todos estos procesos debe primar la coordinación y la colaboración.
–¿Hubo alguien entonces que rompió esos principios?
–No se llevaron a cabo. Es verdad que había discrepancias por varios nombres. Pero más que eso, fue la actitud, el criterio y el compromiso. En base a eso se actuó. Me quedo con el respaldo mayoritario a mi candidatura. Al sentirme respaldado y con la confianza que me daban el resto de compañeros de la candidatura, decido aceptar y dar el paso.
«Al sentirme respaldado y con la confianza que me daban el resto de compañeros de la candidatura, decido aceptar y dar el paso»
–¿El empresariado malagueño sale unido de este brete?
–Sí. Las dos organizaciones que representan al empresariado malagueño, la CEMy la Cámara, no solamente tienen unidad, sino un compromiso compartido y una lealtad mutua.
–¿Ha hablado estos días con su predecesor, Sergio Cuberos?
–En los últimos días, no. Sí antes del proceso de elección. Por supuesto me puse a su disposición para poder llegar a buen puerto. Suena a excusa, pero en la última semana he tenido una agenda muy complicada fuera de Málaga. Yo me quedo de este proceso de elección con el respaldo mayoritario por parte de la candidatura que encabezo, con un respaldo mayoritario en el comité ejecutivo con el que quiero asumir el proyecto y los retos de futuro del empresariado de Málaga. Y también me quedo con un agradecimiento a la labor hecha por Sergio Cuberos: en estos últimos cuatro años hemos pasado quizás los momentos más difíciles de nuestra vida personal y profesional con la pandemia y ha sido cuando las empresas han tenido que tener el respaldo de las organizaciones.
–¿Tiene sentido que la Cámara y la CEM sean clónicas?
–Son complementarias. Son dos organizaciones empresariales con un ámbito bastante determinado para cada una. Yo creo que coordinando ambas organizaciones, multiplicamos. La CEM presenta su candidatura a la Cámara de Comercio y ha sido la elegida.
–Sólo se presentaba una lista –Cuberos renunció a presentar una candidatura cuando perdió la confianza de la CEM–.
–Que se presenten otros. Pero yo no concebiría que cada organización fuera por su lado.

–¿Cómo afronta la presidencia?
–Hay tres áreas que claramente tienen actividad en la Cámara: el comercio exterior y la internacionalización; la formación y la mejora del talento; y el impulso a la digitalización y la innovación. Vamos a incorporar una nueva en 2024: la sostenibilidad. En estas áreas hay camino que recorrer y mucho que hacer. También hay que mejorar la capacidad de comunicación de la actividad de la Cámara, no sólo en la capital, también en la provincia. Es importante que se visualicen los servicios de la Cámara a las empresas, para su implantación y su crecimiento, la internacionalización, la innovación y la digitalización. Una de las palabras que deben marcar la gestión de la Cámara es la competitividad, hacer más competitivas a nuestras empresas.
–¿A qué sectores van a primar?
–No solamente el turismo, aunque es evidente el peso que tiene en la provincia. Hay otros sectores pujantes y que están en primera línea, como el agroalimentario, el tecnológico o el de la construcción, además del tejido comercial. Tanto el agro, como el comercio y la construcción están presentes en nuestro comité ejecutivo. Se han incorporado personas referentes en esos sectores, señal evidente de que apostamos por estas actividades a nivel doméstico y también para su internacionalización.
–Málaga está en récord en exportaciones. ¿Cómo ayuda la Cámara a las empresas en esto?
–Abriendo mercados, favoreciendo su conocimiento y dando apoyo en la formación. Este área es de lo más activo dentro de la Cámara y con resultados muy positivos.
–Supongo que aquí también tienen relación con las multinacionales que llegan a Málaga.
–Ésta es la casa de las empresas multinacionales que quieren acercarse a Málaga y conocer las posibilidades que brinda la provincia. Las recibimos y ponemos a su disposición todos los canales, los instrumentos y el conocimiento que tenemos para que puedan desarrollar su actividad. Y también ponemos en contacto a empresas malagueñas con compañías foráneas.
«Hay mucha iniciativa, pero falta consolidar esas empresas; y también hay que trabajar en su tamaño: bienvenidas las pequeñas y las medianas compañías, pero debemos apostar por su crecimiento»
–Málaga es la tercera provincia de España en creación de empresas, pero también destaca en mortalidad empresarial...
–Me quedo primero con la capacidad de Málaga para crear empresas y empleo. Esa pujanza está en el ADN de la propia sociedad. Los medios que se están poniendo a disposición de los empresarios en Málaga son óptimos. La destrucción de empresas, evidentemente, va relacionada con lo primero, cuando eres el que más crece... Pero es verdad que hay que hacer una reflexión en dos sentidos: hay mucha iniciativa, pero falta consolidar esas empresas; y también hay que trabajar en su tamaño: bienvenidas las pequeñas y las medianas compañías, pero debemos apostar por el crecimiento.
–¿Puede aportar la Cámara?
–Con formación –tenemos un ciclo formativo para ejecutivos, un MBA– y con instrumentos para unir voluntades y que las empresas encuentren sinergias. Hay varias maneras de crecer: en tu propio sector y con un solo producto, con volumen; o con sinergias junto a otras empresas.
–La Cámara es una corporación de derecho público. ¿Qué le piden a la Administración?
–Que crea más en las empresas y que use el conocimiento y el talento que tenemos; es fundamental que se visualice que por parte empresarial tenemos voluntad de colaboración y de compromiso para aportar. Pedimos coordinación entre las distintas administraciones, colaboración público-público, para que sean más eficientes en el gasto. Y una apuesta clara por el empresariado desde abajo; desde los colegios se tiene que poner en valor la actividad de los empresarios.

–¿Los fondos europeos están llegando a las empresas?
–Con cuentagotas y de manera muy difuminada. La capilaridad que se pedía a esos fondos no se está produciendo con la celeridad que se necesita. Nos estamos poniendo al servicio de las administraciones autonómicas y estatales, pero falta celeridad y concreción.
–¿Cómo valora la situación económica de Málaga?
–Por mérito propio, Málaga se ha convertido en referente en la manera de hacer las cosas por cómo se ha transformado en veinte años con colaboración público-privada. Ha demostrado que con planificación y una estrategia clara se pueden conseguir los grandes retos. Cuando hablo de Málaga, hago hincapié en la planificación con una estrategia clara y en el liderazgo, en este caso de un alcalde, pero también de la sociedad civil, que es un ejemplo claro de orgullo de pertenencia. La transformación de Málaga no habría sido posible sin la implicación de todos los estamentos de la sociedad civil malagueña. Hemos nacido, hemos crecido, hemos pasado la adolescencia, la juventud, y ahora entramos en la fase de la madurez.
–¿Y qué riesgos y qué perspectivas tiene ahora la madurez?
–Hay un reto, que es consolidar el crecimiento y que la sociedad mantenga ese orgullo de pertenencia.
«El malagueño de a pie tiene que sentirse a gusto en Málaga. Eso no es sólo importante para los malagueños, también lo es para quien nos visita, para que vea que hay una sociedad cohesionada»
–¿Ese orgullo de pertenencia está amenazado porque hay gente que se puede ver excluida?
–Debemos trabajar para que todo el mundo esté involucrado. El malagueño de a pie tiene que sentirse a gusto en Málaga. Eso no es sólo importante para los malagueños, también lo es para quien trabaja con nosotros, para quien nos visita, para que vea que hay una sociedad cohesionada.
–No sé si la vivienda es el problema que tiene en la cabeza...
–El acceso a la vivienda es un reto que hay que asumir a corto plazo. El mundo empresarial se ve afectado por la falta de vivienda: hay talento que podemos traer a Málaga y la vivienda es un obstáculo. En sectores como el agroalimentario o el turismo, cuando hace falta personal en temporada alta, no podemos contar con él a veces porque no tiene donde alojarse.
«En sectores como el agroalimentario o el turismo, cuando hace falta personal en temporada alta, no podemos contar con él a veces porque no tiene donde alojarse»
–Como directivo de una hotelera -es consejero delegado de ML Hoteles- y miembro de la patronal a nivel estatal, ¿cómo valora el momento del sector turístico?
–Si hablamos de turismo, hablamos de liderazgo a nivel internacional. Las vacaciones se han convertido en un derecho y en una obligación. Incluso con todos los factores negativos –el IPC, los tipos, la guerra–, el turismo sigue creciendo. Si la industria turística andaluza no fuera competitiva, las cifras no nos acompañarían como lo hacen. Los retos del turismo están en la captación de talento, en la formación y en enamorar a las personas que se quieran incorporar a esta actividad. Hay que prestigiar nuestra industria y a todo aquel que trabaja en ella.
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