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Antonio Banderas y Javier Calleja, en la visita del actor a la exposición en el Palacio del Obispo. sur
Formar parte del escenario de Málaga
HORIZONTES CERCANOS

Formar parte del escenario de Málaga

Con Pepe Sánchez Rosso se va uno de los últimos clásicos del centro histórico de la capital malagueña.-Sus tertulias en El Chinitas quedan para la historia de la ciudad.-Antonio Banderas disfruta en la exposición de Javier Calleja en el Palacio del Obispo.-Los cines de Málaga en versión pintada y escrita por parte de Diego Ceano.

Domingo, 26 de marzo 2023, 01:00

La mesa a la izquierda a la entrada. Allí, en El Chinitas, la figura de Pepe Sánchez Rosso, 'el zorro plateado' como gustaba ... decir que lo bautizó Girón de Velasco, era un elemento más del restaurante, una parte consustancial al mismo, tanto que en los últimos meses, cuando su salud le impedía cumplir con lo que más que una costumbre llegó a ser una ceremonia, el vacío que se veía al entrar, aunque todas las mesas estuvieran llenas, era enorme. Pepe Sánchez Rosso nos dijo adiós el pasado jueves, y lo hizo por culpa de ese maldito bicho llamado Covid al que muchos se han empecinado en no hacerle caso y que, sin embargo, sigue siendo mortal. Atrás queda una vida intensa y rica en amistades, en la que Sánchez-Rosso encontró el hueco que todos buscamos para ser felices. Pepe lo fue. Y mucho. Trabajó en lo que le gustó, fue un empresario con ideas clarividentes, luchó por su tierra adorada, Málaga, y ayudó a quienes lo necesitaban, esto último de todas las formas posibles; impulsó con todas sus fuerzas a Amappace, Asociación Malagueña de Padres de Paralíticos Cerebrales (su hijo Leo ha sido hasta su último aliento el gran amor de su vida), porque Sánchez-Rosso, que hizo de todo en una vida en la que casi no tuvo infancia porque comenzó a trabajar con apenas 13 años, era un hombre espléndido, con un corazón muy grande, como lo recuerdan quienes lo conocieron y gozaron de su amistad. Luchó por el turismo en Málaga cuando ni había concejalía en el organigrama municipal, fue concejal, formó parte de las asociaciones que pidieron a gritos la Universidad y el Ave, ayudó, y no poco, a la Hermandad de la Victoria, fue sindicalista y dirigente empresarial en la Cámara de Comercio, dependiente de telas y empresario de éxito, y formó parte del grupo de 'elegidos' comerciantes que pusieron en marcha la Feria del Centro, esa que ahora, más de 30 años después, no le gustaba nada. Un buen día, hace 36 años, como solía relatar, se dio cuenta de que una familia que salía a comer se gastaba 5.000 pesetas en un restaurante, mientras que él para vender en sus Tejidos Sánchez Rosso 25 pesetas de tela tenía que luchar lo indecible: dicho y hecho, cerró la tienda de telas, compró el local de al lado y fundó El Chinitas, hoy uno de los establecimientos de restauración de mayor personalidad de Málaga. Allí, desde casi sus comienzos, en la primera mesa a la izquierda, se sentaba 'don José', habitualmente con personajes que forman parte de la historia ciudadana como Miguel de los Reyes, Gregorio Sánchez (Chiquito de la Calzá), Pepe Atencia, Antonio de Canillas, Joaquín Moltó (todos desaparecidos desgraciadamente), y también otros buenos amigo que ahora lo echarán mucho de menos, como Manuel López Agulló o Javier Pineda... Y qué decir de 'Carmen la de las flores' (la madre de Carrete) o Paco 'el de las flores', que ayer sin ir más lejos lloraba desconsolado su gran pérdida en los aledaños de Santiago Sedeño, o Sebastián 'El Limpia'... Con la muerte de Sánchez Rosso no sólo se va un gran malagueño, un hombre comprometido, fiel a sus ideas y generoso, sino también un protagonista principal del atrezzo del centro de la ciudad que lo acogió y le vio triunfar (nació en Cortes de la Frontera) y del Pasaje de Chinitas. Su hijo Ángel continuará el negocio, y junto a su hermana Natalia le darán el amor necesario a Leo, su gran debilidad, su 'ojito derecho', el mayor de la saga... Ahora, Pepe Sánchez-Rosso ya está de nuevo con Natalia, su esposa, y con sus grandes amigos, en esos Horizontes Infinitos cargados de tanta gente buena, 'hinchándose' de reír con las ocurrencias de Chiquito o saboreando las coplas de Miguel de los Reyes... Llegó a ser parte del escenario de Málaga, algo muy difícil. Hay personajes eternos. Él lo es ya.

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