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La mesa a la izquierda a la entrada. Allí, en El Chinitas, la figura de Pepe Sánchez Rosso, 'el zorro plateado' como gustaba ... decir que lo bautizó Girón de Velasco, era un elemento más del restaurante, una parte consustancial al mismo, tanto que en los últimos meses, cuando su salud le impedía cumplir con lo que más que una costumbre llegó a ser una ceremonia, el vacío que se veía al entrar, aunque todas las mesas estuvieran llenas, era enorme. Pepe Sánchez Rosso nos dijo adiós el pasado jueves, y lo hizo por culpa de ese maldito bicho llamado Covid al que muchos se han empecinado en no hacerle caso y que, sin embargo, sigue siendo mortal. Atrás queda una vida intensa y rica en amistades, en la que Sánchez-Rosso encontró el hueco que todos buscamos para ser felices. Pepe lo fue. Y mucho. Trabajó en lo que le gustó, fue un empresario con ideas clarividentes, luchó por su tierra adorada, Málaga, y ayudó a quienes lo necesitaban, esto último de todas las formas posibles; impulsó con todas sus fuerzas a Amappace, Asociación Malagueña de Padres de Paralíticos Cerebrales (su hijo Leo ha sido hasta su último aliento el gran amor de su vida), porque Sánchez-Rosso, que hizo de todo en una vida en la que casi no tuvo infancia porque comenzó a trabajar con apenas 13 años, era un hombre espléndido, con un corazón muy grande, como lo recuerdan quienes lo conocieron y gozaron de su amistad. Luchó por el turismo en Málaga cuando ni había concejalía en el organigrama municipal, fue concejal, formó parte de las asociaciones que pidieron a gritos la Universidad y el Ave, ayudó, y no poco, a la Hermandad de la Victoria, fue sindicalista y dirigente empresarial en la Cámara de Comercio, dependiente de telas y empresario de éxito, y formó parte del grupo de 'elegidos' comerciantes que pusieron en marcha la Feria del Centro, esa que ahora, más de 30 años después, no le gustaba nada. Un buen día, hace 36 años, como solía relatar, se dio cuenta de que una familia que salía a comer se gastaba 5.000 pesetas en un restaurante, mientras que él para vender en sus Tejidos Sánchez Rosso 25 pesetas de tela tenía que luchar lo indecible: dicho y hecho, cerró la tienda de telas, compró el local de al lado y fundó El Chinitas, hoy uno de los establecimientos de restauración de mayor personalidad de Málaga. Allí, desde casi sus comienzos, en la primera mesa a la izquierda, se sentaba 'don José', habitualmente con personajes que forman parte de la historia ciudadana como Miguel de los Reyes, Gregorio Sánchez (Chiquito de la Calzá), Pepe Atencia, Antonio de Canillas, Joaquín Moltó (todos desaparecidos desgraciadamente), y también otros buenos amigo que ahora lo echarán mucho de menos, como Manuel López Agulló o Javier Pineda... Y qué decir de 'Carmen la de las flores' (la madre de Carrete) o Paco 'el de las flores', que ayer sin ir más lejos lloraba desconsolado su gran pérdida en los aledaños de Santiago Sedeño, o Sebastián 'El Limpia'... Con la muerte de Sánchez Rosso no sólo se va un gran malagueño, un hombre comprometido, fiel a sus ideas y generoso, sino también un protagonista principal del atrezzo del centro de la ciudad que lo acogió y le vio triunfar (nació en Cortes de la Frontera) y del Pasaje de Chinitas. Su hijo Ángel continuará el negocio, y junto a su hermana Natalia le darán el amor necesario a Leo, su gran debilidad, su 'ojito derecho', el mayor de la saga... Ahora, Pepe Sánchez-Rosso ya está de nuevo con Natalia, su esposa, y con sus grandes amigos, en esos Horizontes Infinitos cargados de tanta gente buena, 'hinchándose' de reír con las ocurrencias de Chiquito o saboreando las coplas de Miguel de los Reyes... Llegó a ser parte del escenario de Málaga, algo muy difícil. Hay personajes eternos. Él lo es ya.
La exposición de Javier Calleja en el Palacio del Obispo está teniendo una gran acogida por parte del público, sabio como siempre, al que le gustan las cosas que gustan, y no es un juego de palabras. Como dice el cotizadísimo artista malagueño en una más que acertada frase, su arte es fácil de entender porque no hay nada que entender, y eso se nota porque al público le gusta. La gente no para de acudir a la exposición 'Mr. Günter, The Cat Show', que de seguir así va a batir récords en la muestra organizada por Fundación Unicaja ya que hasta la fecha ha superado con creces los 8.000 visitantes, muchos de ellos venidos desde fuera de nuestras fronteras, porque Calleja tiene multitud de seguidores en el ámbito internacional. Entre los adeptos a la obra de nuestro paisano (que ha decidido trabajar en su tierra pese a que podía haberlo hecho perfectamente en Nueva York o en Hong Kong), está otro malagueño que ha apostado y no poco por su ciudad natal: Antonio Banderas, quien pese a sus múltiples ocupaciones actuales (tras estar en Los Ángeles en los Oscar, donde entregó uno de los premios, y asistido en Madrid a las pruebas del musical 'El Fantasma de la Ópera' que va a producir junto a Andrew Lloyd Webber mientras sigue trabajando en el de Picasso) buscó un hueco para ir a la muestra donde estuvo acompañado por el propio Calleja. Los dos, que gozan de una jovialidad y un optimismo apabullantes, pasaron un magnífico rato juntos. Y es que aparte de todo, la exposición de Javier Calleja es una verdadera gozada. Hagan como Antonio Banderas. No se la pierdan.
Coincidiendo con el Festival de Cine de Málaga, Diego Ceano ha celebrado una exposición de pintura titulada 'Málaga de cine', muestra compuesta por un total de 20 obras, en estilo 'naif limpista' (como su propio autor define, en el sentido del detallismo de sus pinturas) donde se representaban los cines históricos que los malagueños de otras épocas disfrutaron y que en la actualidad están desaparecidos o reconvertidos. La exposición tuvo lugar en la Federación Malagueña de Peñas, y se 'completó' con un nuevo libro de este prolífico escritor y pintor, en el que recorre mil anécdotas que se han vivido en torno al cine en Málaga, que por cierto se agotó en breves horas, por lo que en unos días saldrá a la venta la segunda edición del que promete ser uno de los títulos más vendidos en la Feria del Libro de este año. Diego Ceano sigue fiel a su tradición de bucear en la historia de Málaga desde los más diversos ángulos.
Nos vamos, con la Semana Santa llamando a la puerta. Ya en el pregón anoche Paco Jiménez anunció lo mucho y bueno que viene, en una gran exaltación de lo nuestro, y un ruego a las terrazas de los bares, respeto. Sean felices que hay mucho por lo que disfrutar y honremos, siempre, a los que se marcharon.
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