Dos meses de caída de las reservas: Málaga y Guadalhorce vuelven a sequía grave
Embalsan casi la mitad de agua que el año pasado. La Costa respira con cierta calma y la Axarquía dobla el nivel de 2023 pero no sale de la gravedad
El umbral de sequía grave en Málaga capital salta cuando los embalses del sistema del Guadalhorce bajan de los 71,4 hectómetros almacenados. Hasta mayo, gracias a las lluvias de Semana Santa y del fin de semana del 9-10 de marzo y sus posteriores escorrentías, llegaron a alcanzar, los 85 hm3. Ya el Comité de Sequía evitó rebajar a nivel severo la situación porque intuía lo que iba a pasar. Y ha pasado. Los pantanos de la provincia iniciaron su caída el 13 de mayo y ha sido más acusada en el Guadalhorce, Guadalteba y Conde de Guadalhorce. Juntos, este sábado, apenas sumaban 67 hm3. El año pasado tenían 113. No es el doble, pero se le acerca.
De no llover en otoño, todas las alarmas se volverán a encender. La cosa sería aún peor si Málaga y la Junta no estuvieran aplicando políticas clave para tratar de contener la situación: regulaciones masivas de presión; ampliación de la planta de El Atabal; lucha contra las fugas; proyectos para aprovechar al máximo los pozos de Aljaima y Fahala (en marcha e incorporándose poco a poco recursos) y los del Bajo Guadalhorce (no estarán hasta el año que viene), y el empleo generalizado de agua bruta del freático para regar y baldear.
Terreno agrietado
Casasola y Limonero, que también podrían abastecer en pequeños volúmenes a la ciudad, no se computan porque son reservas estratégicas. Entre los dos, no alcanzan ahora los 10 hm3.
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La cola de los dos grandes embalses, Guadalhorce y Guadalteba estos días es un hilillo de agua jalonado por una vasta superficie de barro seco y agrietado. En cambio, el Conde de Guadalhorce, el más pequeño, presenta un estado mejor que el año pasado y permite ver estampas veraniegas de bañistas disfrutando del agua y el sol.
Riegos de auxilio
Apenas hay 9 hm3 para riegos de auxilio en el sistema Guadalhorce. Y Málaga dejó de dar en mayo agua a la Axarquía, que también sigue en el nivel más grave de sequía. Pero, si comparamos con el año pasado, la Viñuela está mucho mejor, casi 29 hm3, justo el doble que el año pasado. Es agua para garantizar el consumo urbano de la comarca más de un año, pero, ojo, no permite alegrías en los riegos y por eso están más que restringidos (apenas 3 hm3 de auxilio). La suerte de la zona es que la apuesta por el agua regenerada en el terciario de las depuradoras está en alza con la última incorporación de los caudales del Peñón del Cuervo y algunas mejoras locales.
Calma relativa en la Costa
La Costa del Sol respira con un poco más de tranquilidad, y podría superar el verano en situación de sequía moderada. Pero no cabe confiarse porque el pantano de La Concepción no tiene una gran capacidad. Ahora, está un poco mejor que el año pasado y tiene 37 hm3. A eso, se suma la activación progresiva de las dos ampliaciones de la desaladora de Marbella, que dará en diciembre 20 hm3 anuales.

Los embalses de la provincia almacenan 144 hm3, están al 23% de su volumen de llenado potencial. Llegaron a 171 casi en mayo, con las lluvias y escorrentías de las borrascas Nelson y Mónica, y tenían 34 hm3 más en 2023. Eso sí, antes de marzo, estaban con 46 hm3 menos, quede como consuelo.
Restricciones
En todo caso, la caída en picado, de la que se cumplen ahora dos meses, impide que la provincia deje atrás la pesadilla de la sequía. Además, siguen activas las limitaciones de 200 litros por habitante y día; las playas y lavapiés de ducha cerrados salvo en puntos adaptados a personas con movilidad reducida; se permiten riegos en jardines (no césped) una vez a la semana, y sólo el rellenado de piscinas. Tampoco se puede lavar el coche fuera de los establecimientos autorizados.
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