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La llegada de mayo va a ser clave para frenar la expansión del coronavirus en amplias zonas de España, pero particularmente en aquellas donde se combinan dos factores: más calor y una humedad relativa más alta, como es el caso específico de Málaga. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y el Instituto de Salud Carlos III están investigando conjuntamente qué variables meteorológicas pueden ser consideradas de interés al analizar la incidencia y propagación del COVID-19. Los resultados preliminares del trabajo, en los que se comparó el índice de incidencia acumulado en los últimos 14 días (definido como número de contagios nuevos diarios por cada 100.000 habitantes) con la temperatura promedio del mismo periodo por comunidades autónomas indican que a menor temperatura, mayor incidencia. Este resultado está en consonancia con el obtenido en otras investigaciones internacionales.
Otras investigaciones recientes indican que también la humedad del aire puede incidir en una menor propagación y transmisión de la enfermedad, según informa la Subdelegación del Gobierno. Como resultado de la combinación de ambos factores, las temperaturas elevadas y la alta condensación reducen la transmisión y propagación del virus; por lo que la llegada definitiva de la temporada primaveral ayudarán a frenar el coronavirus.
En el caso de Málaga, según los datos ofrecidos por Aemet, desde el 15 de marzo hasta hoy la media de las máximas ha sido de 18,4 grados, que son casi dos menos de lo normal para esta época (20.5), esto es, un mes muy frío. En cambio, las mínimas nocturnas, con 11,6 grados, han sido cálidas. La media diaria resultante ha sido más bien baja. «Es cierto que en Andalucía ha hecho más calor y tiene menos casos que Madrid; la gripe también tiende a disminuir en verano«, explican fuentes técnicas. En cambio, estos factores no aclaran por qué el virus afecta poco a los países nórdicos y sin embargo también ha llegado a los de Sudamérica, donde ahora las temperaturas y la humedad son muy elevadas.
De vuelta a Málaga, desde Aemet adelantan que todavía se espera tiempo fresco lo que queda de abril, aunque se tenderá a normalizar el mes que viene. «Aunque no se espera que sean muy altas, sí tenderán a subir». Por tanto, a partir de mayo, el ascenso del mercurio, unido a la incidencia del viento predominante de levante en estas latitudes, muy cargado de humedad, ayudarán a reducir su propagación en la provincia, según los parámetros del estudio de Aemet y el Carlos III. La temperatura media histórica de mayo en Málaga es de 19,3 grados, aunque las diurnas superan los 24 grados, incluso ha habido puntas en años anteriores de hasta 35 grados.
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Así queda la clasificación del Málaga en lo que va de jornada
Pedro Luis Alonso
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