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Castillo de arena en Pedregalejo rematado con pintura y sal. :: eva s. melendo
Los arquitectos magos de la playa

Los arquitectos magos de la playa

Málaga en verano ·

Peter Vašíček, de origen checo, cuenta su día a día construyendo y cuidando su monumento, que le llevó 14 días edificarlo

CLAUDIA SAN MARTÍN

Miércoles, 21 de agosto 2019, 00:06

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Con la imaginación del mismísimo Tim Burton y la habilidad manual de los mejores escultores de la Grecia clásica, los constructores de los castillos de arena más imposibles ocupan algunas de las playas más transitadas de la Costa del Sol haciéndole burla a la gravedad. Lo que empezaría como hobbie hace ya algunos años, ahora es el oficio de decenas de escultores que invierten horas de dedicación a lo que su ingenio les permite recrear. Algunos de los artistas más veteranos que llevan media vida con la pala, el cepillo y la arena en las manos, se sitúan, sobre todo, en el municipio de Torremolinos. Dando un paseo por Pedregalejo vimos cómo, a pesar de ser una de las zonas más turísticas y de moda de la ciudad de Málaga, estas recreaciones resistentes a cualquier vicisitud son escasas. Tan sólo dos esculturas a lo largo de la playa son las que adornan el paseo, aunque suficientes por su magnitud y complejidad. La pregunta es: ¿Cómo lo hacen? Esperamos unos minutos a que el responsable del dragón fantasioso entre montañas nevadas aparezca. Peter Vašíček, de origen checo y con apellido algo imposible de pronunciar, llega caminando con una sonrisa hacia su propio monumento para volver a rociar con agua algunas de las partes que se resquebrajan con más facilidad. «Tardé 14 días en construirlo, y ya llevo dos meses y medio con él», cuenta a SUR mientras se desplaza para coger su pulverizador a presión.

El procedimiento es sencillo, aunque la labor se complica cuando hay que comenzar a darle forma: «Sólo uso para el castillo arena y agua del mar, que es como cola natural», explica este checo de 35 años. Desde hace dos y medio reside en Málaga, y aunque al principio le costó adaptarse y encontrar un empleo en el que pudiera manejarse sin hablar español, ahora no quiere marcharse. Además, Vašíček, que conoció su oficio gracias al novio de su hermana, quien también construye este tipo de castillos, quiso recrear en esta ocasión un mundo que sólo podemos ver en la pantalla. Juego de Tronos o El Señor de los Anillos le inspiraron para construir de la nada una fortaleza nevada (para la que usa sal) que está custodiada por un dragón retorciendo su cola de arena con algunos apliques en rojo.

Lo curioso de la historia de este checo es que hasta hace relativamente poco tiempo, no sabía que éste iba a ser el oficio que le haría levantarse cada mañana con la ilusión de seguir creando y cuidando una auténtica obra de arte. «Al principio hice algunos en Torremolinos, pero hay mucha competencia y yo era principiante. Un amigo me dijo que en la zona de El Palo no había este tipo de castillos de arena y decidí venir a hacer uno», relata. Estos jóvenes, que desempeñan algunos de los trabajos más curiosos, son verdaderos arquitectos, obreros y artistas, quienes llegan a utilizar entre 15 y 20 toneladas y de arena para sus edificaciones. «Algunos días entre semana es complicado ganar dinero con este trabajo. Los días buenos son durante las vacaciones o los fines de semana», cuenta Peter Vašíček.

Para construir estos castillos se necesitan entre 15 o 20 toneladas de arena

A 500 metros en el mismo paseo de Pedregalejo e igualmente impresionante, una ciudad a modo de fortaleza nos sorprende por su forma compacta y colores. Su autor, a quien no pudimos conocer, acude cada tarde a pulverizar el castillo y mantenerlo en la mejor de las condiciones, para así preservar un tipo de expresión artística tan desconocida como sus creadores.

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