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El interés por el pacanero lleva al Ifapa de Churriana a iniciar nuevos ensayos

La investigación busca comprobar la adaptación de las principales variedades y estudiar nuevos manejos de poda y densidades de plantación

AGUSTÍN PELÁEZ

Lunes, 23 de mayo 2016, 01:02

El interés de los agricultores malagueños por el cultivo del pecanero no es nuevo. De hecho hay zonas como el Valle del Guadalhorce donde grupos de productores llevan años apostando por la producción de nuez pecana, que es como se denomina al fruto, aunque en Málaga se suele llamar pacana. La extensión del cultivo en la comarca del Guadalhorce tiene su origen en la escasa rentabilidad de cítricos como la naranja o la mandarina, circunstancia que ha llevado a algunos agricultores a buscar cultivos alternativos más rentables. Animados por los buenos precios de la nuez pacana, el cultivo del pecanero se va extendiendo cada año, aunque con una resultados que en algunos casos sin embargo no han respondido a las expectativas iniciales. A veces porque el cultivo no se ha adaptado al medio físico, por un manejo no correcto o porque las variedades elegidas y el diseño de plantación no han sido los adecuados.

DATOS

  • Superficie. El cultivo de pecanero en la provincia se concentra en el Valle del Guadalhorce y supera las 300 hectáreas.

  • Producción. Se estima que alcanza las 200 toneladas. La cosecha se extiende desde septiembre a enero, por lo que coincide con la época de mayor demanda, la Navidad.

  • Precio. La cotización del fruto, la nuez pacana, es lo que más atrae a los nuevos productores como alternativa a otros cultivos menos rentables como la naranja. Su precio oscila entre los cinco y ocho euros el kilo, dependiendo del tamaño y la calidad.

  • Ensayos. Corren a cargo del Ifapa de Churriana. Tiene tres años de duración. Servirá par conocer ña adaptación de las principales variedades, estudiar nuevos marcos de plantación y técnicas de cultivo.

En un intento de responder a todas las preguntas que están surgiendo entre los agricultores que quieren apostar por el pecanero en la provincia, el centro del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) en Churriana ha logrado incluir en el Proyecto de Transferencia de Tecnología Y Cooperación Fruticultura Mediterránea de 2016 dos ensayos dirigidos a mejorar la productividad de este cultivo, que en Andalucía se concentra de momento en el Valle del Guadalhorce.

Una docena de variedades

Aunque el Ifapa desarrolla desde 2013 un proyecto para conocer el comportamiento de 12 variedades de pecanero en el Guadalhorce en las localidades de Churriana, Álora y Pizarra, tras un convenio de colaboración suscrito entre el centro y la Asociación de Cultivadores de Pacanos, los nuevos ensayos permitirán la puesta en marcha de dos nuevos campos de cultivos experimentales.

El primero será un campo de caracterización de las principales variedades, con el fin de determinar el comportamiento de las mismas . Así, se medirán parámetros como vigor, fenología, susceptibilidad a plagas y enfermedades, producciones y características del fruto.

El segundo, tiene como finalidad estudiar nuevos diseños de plantación. «El pecanero es un árbol de una gran longevidad y además de un gran tamaño, por lo que exige mucho espacio, por lo que el estudio va a analizar los resultados en nuevo marcos de plantación más pequeños y técnicas de poda y manejos de cultivo, midiendo sus costes y niveles productivos», explica el técnico especialista, José María González Moreno.

Implantación

Según el investigador, todas estas son cuestiones de vital importancia a la hora de la implantación a nivel comercial del cultivo, cuestiones que demandan conocer al Ifapa Churriana los principales agentes implicados, que conocen la existencia de una parcela de pacaneros en este centro y que fue iniciada en el año 1981 con material vegetal procedente del Centro de Mas Bové (CAMB) del IRTA de Reus (Tarragona), así como el proyecto que se viene desarrollando desde 2013.

Este proyecto estudia el comportamiento agronómico, las características vegetativas (vigor del árbol, diámetro del tronco, fecha de ramificación), de floración del fruto, maduración, producción (número de nueces por racimo, mejores variedades polinizadoras), fitosanitarias (plagas y enfermedades) y nutricionales.

Además, sobre el aspecto comercial, el equipo de trabajo analiza el potencial y debilidad del fruto teniendo en cuenta su forma, grosor, volumen de intensidad del color, gusto, textura y amargor, entre otras propiedades organolépticas.

Según González, las antiguas plantaciones existentes en la zona del Guadalhorce, a excepción de las nuevas llevadas a cabo con cultivares seleccionados (Pawnee, Lakota, Wichita, Western Schley, Cherokee, entre otras) procedentes de viveros americanos, se han apoyado en material vegetal propagado por semilla o bien por injerto, de unos a otros agricultores, procedente de selecciones que ellos mismos realizaban de los mejores árboles de la zona y que destacaban por el tamaño de la nuez. «Se llegaron a sembrar directamente el fruto, aunque no han dado una réplica exacta del árbol seleccionado y por tanto producen en la mayoría de los casos una nuez de pequeño tamaño y no comercial, teniendo por ello que injertar el árbol», explica el técnico del Ifapa malagueño.

Esta variabilidad, según González, queda reflejada a nivel comercial con las distintas denominaciones que se le dan al fruto, tales como: «nuez pecana larga», «nuez pacana semilarga» , «nuez pacana grande», «nuez pacana pequeña» o «redonda grande», «que son grandes cajones desastre en donde se meten nueces de distintos cultivares autóctonos desconocidos». Para José María González, ello influye de manera negativa en la comercialización de una nuez de calidad.

En la provincia, según este investigador, existe una variedad, la Mahan, originaria de Kosclusko, en Mississippi, (Estados Unidos), que ha tenido gran aceptación en la zona por producir una nuez muy grande y que en su país de origen se utiliza como progenitor en los programas de mejora genética. «Sin embargo lo clasifican como un cultivar submarginal, basándose principalmente en el extremadamente pobre desarrollo de la semilla o parte comestible de la nuez, señalando que el fruto de Mahan es el clásico ejemplo de que lo grande no es siempre lo mejor», explica González, para quien este es un ejemplo del desconocimiento entre los agricultores malagueños sobre el material vegetal con que el que trabajan.

González señala que el pecanero es una especie que presenta vecería o alternancia en la producción -algunos años tiene una producción elevada y en otros una producción más baja-. El ensayo que se inicia ahora y que tendrá una duración de tres años estudiará las variedades con menor vecería, así como técnicas de cultivos dirigidas a disminuir esta alternancia.

El estudio servirá para determinar la elección de un polinizador para las distintas variedades, a la vez que ahondar en los ciclos productivos de cada cultivar, aspecto fundamental para la elección varietal.

El cultivo de pecanero en la provincia supera ya las 300 hectáreas. La producción actual de nuez pacana en Málaga se estima en unas 200 toneladas anuales. La fecha de recolección abarca desde septiembre a enero. El precio del fruto está en función del tamaño y su calidad, aunque se mueve entre los cinco y ocho euros el kilo, de ahí el interés que el cultivo despierta entre muchos agricultores.

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