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Antonio Ortín
Sábado, 28 de junio 2014, 01:12
Lo suyo es pasión por el deporte. Desde que despuntaba como joven jugador que se fraguaba en los fundamentos del baloncesto en esos ochenta iniciáticos con ilustres como José María Martín Urbano o Alfonso Queipo de Llano. Hoy, a sus 56 años, es un atleta. Literalmente. José Nogales se levanta cada día a las cinco de la mañana para correr. Es su entreno diario, con el que afronta uno o dos maratones al año. Y es su medicina particular para el día a día. «Vengo al hospital despejado y mientras me entreno incluso planifico parte del día, organizo cosas que tengo que hacer cuando llegue al hospital», esgrime. Por sus manos pasan cada año por el quirófano centenares de pacientes. Además, es el traumatólogo del Unicaja y ha formado parte de la selección española de baloncesto en cuatro ocasiones (europeos de Estambul y Estocolmo, Mundial de Indianápolis y Juegos Olímpicos de Atenas).
-Usted sí que podría entonar eso de Toda una vida si hablamos de baloncesto.
-Pues sí, jugué en Maristas y de allí a lo que hoy es Unicaja. Tendría entonces quince años. Primero estuve de junior y luego pasé al primer equipo, el Miraflores de los Ángeles, en el equivalente a lo que hoy sería la LEB Oro.
-¿Y cómo une la medicina al baloncesto?
-Pues tras acabar Medicina hice la especialidad en Córdoba. Y, aunque, por razones de mi profesión no podía jugar, sí estuve entrenando el año entero con el equipo de LEB Oro de allí. En 1987 acabé el MIR y al volver a Málaga entré a formar parte del equipo médico de Mayoral-Maristas, donde permanecí tras la fusión y desde entonces sigo en el cuadro médico del Unicaja de baloncesto. Hace ya 24 años.
-Y ahora disputa maratones y medias maratones; y se levanta buena parte de la semana a las cinco para hacer running. ¿Por dónde le vino la afición a correr?
-Como a todo deportista de equipo, a mí no me gustaba correr. Pero era el único deporte en el que podía elegir la hora, el momento, y además no tenía que contar con nadie. A partir de ahí fue un veneno que empezó con carreras populares y que fue creciendo.
-Y a sus 56 años, ¿cómo van esos registros?
-No van mal. En la última maratón hice 3.23 y en la media tengo 1.33.
-Pues tengo una pregunta obligada: ¿Sabemos hacer deporte?
-Bastante, sobre todo la gente de entre 25 y 40 años. Saben lo que quieren y cómo hacerlo.
-¿Más que antes?
-Desde luego. Incluso ves aficionados que saben hacerse sus suplementos nutricionales y ergométricos. Están muy preparados, hacen una preparación específica sin inventarse los entrenos. Incluso hay quienes tienen sus preparadores físicos que les van dirigiendo y orientando.
-¿Y no somos un poco frikis los que nos tomamos el deporte con cierta intensidad?
-En cierta medida sí somos un poco frikis. No hay que ser tan exigente con las metas propias a la hora de competir como aficionado.
-¿Con las dietas, por ejemplo?
-Pues por ejemplo. Nosotros tenemos una dieta, la mediterránea, muy completa, por lo que no necesitamos suplementos. Lo que sí es recomendable es un control médico, vigilarse.
-¿Se cometen excesos?
-En determinados circuitos de gimnasios se hacen auténticas barbaridades. Miran todo por Internet y se guían por eso. A veces, cuando vienen a la consulta llegan con una información de su lesión totalmente viciada por las redes.
-¿Entonces cuál es la clave para hacer deporte?
-Tenemos que tener claro que hay un deporte para cada edad. La única clave es que te divierta.
-Y que no te lesiones, claro.
-Pues mire. Muchos pacientes vienen a mi consulta porque yo no le quito el deporte a nadie. Se lo adecuo a su lesión, pero deporte y salud van unidos siempre.
-¿Y por qué hay tanto médico que obliga al reposo?
-Por desconocimiento en mi opinión. Hay patologías que, de hecho, lo que necesitan es deporte.
-¿Los deportistas de élite tienen un umbral de dolor distinto al común de los mortales?
-No lo creo, es más, hay muchos que son un poco quejicas. Quizá porque están siempre bajo supervisión médica.
-¿A un jugador le duele más la lesión o tener que dejar de jugar?
-Cuando son lesiones de larga duración se suelen venir abajo. Esa es una tarea fundamental de los fisioterapeutas, que pasan con ellos muchas horas y les tranquilizan.
-¿Qué recuperación de un jugador profesional le ha sorprendido más?
-Uno de los que más me impactó fue Valdemaras Homicius. Le operé de una lesión de menisco y cartílago muy importante. Y a los ocho días jugó y metió 42 puntos.
-¿Y a quién ha visto sufrir más sobre una cancha?
-Buff, a muchos. Recuerdo a Nacho Rodríguez verlo jugar con una fractura del pie
-Usted conoce las dos: ¿Sanidad pública o privada?
-Pese a los recortes tenemos la mejor sanidad pública de Europa. La ventaja de la privada es que proporciona un trato más personalizado y un tiempo inmediato de respuesta.
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