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Un médico atiende a una paciente en una sala de la clínica en marcha de la SEME. SALVADOR SALAS
¿Para qué se utiliza el bótox?

¿Para qué se utiliza el bótox?

Además de para los tratamientos faciales de medicina estética, la toxina botulínica se usa en oftalmología, urología, neurología y neurocirugía

Ángel Escalera

Málaga

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Sábado, 22 de febrero 2020, 00:25

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La toxina botulínica (bótox) es un medicamento y como con cualquier otro fármaco hay que saber para qué sirve y tenerle respeto. Su función es provocar una acción relajante del músculo. Por eso, se emplea en varios campos médicos. En medicina estética se usa para suavizar la expresión y la presencia de arrugas dinámicas y lograr un rostro más descansado y refrescante, explicó a este periódico el vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), Alberto Morano, con motivo de la celebración en Málaga del 35.º congreso de los médicos estéticos, en el que participan más de 1.500 facultativos.

Además de en medicina estética, el bótox se utiliza en oftalmología para corregir tics oculares y estrabismo, en neurología para combatir la migraña y la cefalea, en neurocirugía y en urología como terapia de la incontinencia urinaria. «Es un tratamiento de un gran resultado; es un medicamento que si se usa en el lugar adecuado, con las dosis adecuadas y con mucha prudencia, no tiene ningún efecto secundario», aseguró el doctor Morano.

El bótox es un medicamento que se aplica inyectando en el músculo elegido ciertas unidades de toxinas

El bótox es un producto que se aplica inyectando en el músculo elegido ciertas unidades de toxinas, que dependen del efecto que se quiera buscar. «Es una acción muy selectiva; solo queremos que haga efecto en el punto concreto que hemos elegido. La fuerza del músculo nos determinará la cantidad de medicamento que debemos infiltrar», precisó el vicepresidente de la SEME.

Los médicos estéticos, cuando tratan un rostro, utilizan unas 50 unidades de toxina botulínica, mientras que en tratamientos de urología o neurocirugía se aplican hasta 1.000 unidades, señaló Alberto Morano. «Eso demuestra la poca frecuencia de efectos secundarios que la toxina botulínica tiene en los tratamientos faciales. Es algo muy soportable; no hay que pensar que sea como un pinchazo con una inyección intramuscular, que puede provocar un cierto dolor. Para poner bótox se utilizan unas agujas muy finas. Es un pinchacito indoloro, que no requiere ni de anestesia», señaló el vicepresidente de la SEME.

La toxina botulímica está indicada en las arrugas dinámicas, es decir, las que se producen por la expresión del músculo (contracción muscular). En el rostro de una persona hay arrugas dinámicas y estáticas (son las que independientemente del gesto están presentes, es una línea ya marcada en la piel). Lo que los médicos estéticos aplican es un tratamiento que relaja la contractura muscular, de forma que el músculo pierda fuerza y no aparezca la arruga dinámica.

El congreso de la SEME tiene un apartado en el que se aplican tratamientos a los pacientes

El tratamiento más exitoso es aquel en que se mantiene la movilidad facial, pero la arruga no se aprecia. El doctor Morano aseguró que la aplicación de bótox no genera como efecto secundario una pérdida de expresividad si se emplean las dosis adecuadas y la infiltración se lleva a cabo en el lugar correcto de la cara. «Evidentemente, si nos pasamos de cantidad y se aplica un tratamiento excesivo, vamos producir una paralización del músculo, pero eso no es lo que buscamos. Lo que se pretende es relajar la expresión», puso de manifiesto este experto en medicina estética.

Según precisó Morano, hay tres conceptos básicos a tratar en un rostro: el estado de la piel, la presencia de arrugas y la flacidez. El bótox lo que soluciona es la arruga de expresión del tercio superior de la cara. «Ese tratamiento es el más idóneo y de los más frecuentes que hacemos en medicina estética», destacó.

Uno de los aspectos más llamativos del congreso de la SEME es la clínica en marcha. En unas salas del recinto se aplican técnicas de medicina estética a personas que previamente han firmado el consentimiento del tratamiento que van a recibir, un permiso que incluye también que pueden ser grabadas y que habrá médicos mirando cómo se hace la técnica. La clínica en marcha cuenta con el visto bueno de las autoridades sanitarias andaluzas.

Tanto los tratamientos que se realizan como los productos que se utilizan son gratuitos para los pacientes durante los tres días del congreso. La clínica en marcha tiene una finalidad formativa; a través de ella los médicos estéticos conocen las últimas aportaciones de la industria al sector de esta rama de la medicina y ven cómo se aplican una serie de técnicas.

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