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No se considera política, no se ha afiliado al PP y no sabe dónde acabará su vida profesional, aunque repetiría de concejala si se lo ... pide el alcalde Paco de la Torre. La que es jefa en excedencia de la DGT provincial Trinidad Hernández, ahora concejala de Movilidad en el Ayuntamiento de Málaga, es un claro ejemplo de que ser edil no era para ella una forma de ascender profesionalmente; es más que obvio que tiene un excelente lugar al que volver.
Al mandato le quedan tres años, pero por lo visto en el que ha pasado, Trinidad, a la que le llaman familiarmente Trini, nos ha dejado dos cosas en la retina que no vienen siendo habituales en este mundillo superficial de la política: su sinceridad en los plenos abruma porque no es la moneda de cambio habitual, recuerden aquello de en Smassa hay «irregularidades por costumbre»; y no se casa con nadie aunque forma parte del núcleo duro del equipo de gobierno del PP. Apunta a ser el gran fichaje que nunca se vendió como tal, y seguramente mejor porque otros muy bien vendidos acabaron siendo un bluf. Llegó, soportó la avalancha de críticas y denuncias en los tribunales de Smassa, acabó forzando la destitución de su gerente, Manolo Díaz, se hizo cargo de la empresa como consejera delegada y acomete la fusión de la empresa de aparcamientos con la EMT, en lo que a priori parece una jugada maestra, que todavía tiene que acometer.
De corte andaluz, perfil y gesto de retrato de Romero de Torres, aunque baila salsa y bachata, es risueña en las distancias cortas, y una mujer con arrestos que no los esconde. Pasional pero analítica, es como un torbellino. Como lo suyo no es la política, y sí la gestión, la oposición no sabe cómo vapulearla. Lo tienen difícil. Todavía tiene que demostrar, pero va por buen camino. «Si en un año no ha aprendido, ya no aprende», que decía un pope popular de los nuevos. Pues bien, Hernández se ve que va aprendiendo. O que ya ha aprendido. En esta entrevista a SUR aclara un importante concepto: «Todos los coches de Málaga capital podrán entrar siempre en la Zona de Bajas Emisiones (que paguen aquí el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica IVTM) ».
–Directora de la DGT, funcionaria de alto rango, pero recala en el Ayuntamiento de Málaga. ¿Sabía usted dónde venía?
–Bueno, sí era consciente. A lo mejor no lo conocía en profundidad, pero mi opción era quedarme en Málaga y qué mejor opción que trabajar en el Ayuntamiento para los malagueños. No conocía las entrañas, pero sí lo conocía.
–¿Y se ha arrepentido?
–No, yo no me he arrepentido. Yo cualquier etapa laboral la veo como una etapa de aprendizaje. A mí me hizo llegar aquí mi etapa en la DGT, y recalé en el Ayuntamiento por un perfil profesional (directora general de Movilidad que fue hasta 2023). Y este trabajo, pues, quién sabe las puertas que me abrirá en el futuro. Yo soy profesional y entonces veo esto como una etapa en la que trato de hacerlo mejor para la ciudad y sobre todo formarme.
–Granadina, ¿cómo acabó en Málaga?
-Estudié Derecho en Granada. Me presenté a una bolsa de trabajo y empecé a trabajar en el Ayuntamiento de Motril, y luego en un despacho profesional y me di de alta como abogado. Pero yo ahí vi que mi idea era el servicio público, entonces me puse a preparar mis oposiciones al Estado. Fui la primera de mi promoción, entonces la opción era quedarse en Madrid, en los servicios centrales. Pero a mí Madrid no me convencía y estuve en muchos sitios, Murcia, Alicante. Quería volver a Andalucía, y salió a una plaza en Málaga en la Jefatura de Tráfico. Entonces yo dije, 'me voy a arriesgar, me voy a esa plaza y desde allí estoy pendiente de Granada para cuando haya una vacante'. ¿Y qué ocurrió? Que vine y me dije, 'de aquí no me voy' (Risas).
–¿Se quedó prendada de Málaga?
–Efectivamente. Mis hijos se hicieron malagueños. Venía uno con ocho meses y el otro con seis años. Y ellos son los que no han querido jamás moverse de Málaga.
-¿Ellos son boquerones y usted está reconstruida malagueña?
–Yo sí. Yo me doy cuenta que me siento malagueña, que siento Málaga como mía. Primero en la etapa profesional y luego, personal.
-Pero nada más llegar a ser concejala ha tenido que lidiar con la destitución del gerente de Smassa y ha propuesto el inicio de la absorción de la empresa por la EMT, y para colmo, llega la Zona de Bajas Emisiones (ZEB). Menudo marrón.
-Bueno, yo más que marrón lo veo como... para mí son oportunidades, porque a mí me han traído para eso. Yo siempre digo, cuando en una empresa, en una compañía, fichan a alguien especialista de algo, es porque hay retos y hay que tratar de solventarlos. Entonces, yo no venía aquí a estar sentada leyendo el periódico, ni para estar paseándome de acto en acto. Yo venía a sacar eso y otros proyectos que tenemos en cartera y sé lo que tengo que hacer. Yo he venido a eso.
-Osea que usted venía a arreglar entuertos, ¿no?, que es lo que quería decir.
-Algunos entuertos, efectivamente, ya lo dije en el pleno, que yo de eso tengo experiencia. Yo he arreglado algunos entuertos. Yo soy una persona mediocre en el sentido...
-No empecemos con eso, las mujeres siempre haciéndonos de menos.
-Yo sé lo que digo. Cuando hice mi carrera, no tenía sobresalientes. Aprobaba, unas notas mejores, otras peores...
-Pero fue la primera de su promoción en las oposiciones.
-(Risas). El hambre hace mucho. Fue una etapa muy dura. Yo ya tenía un niño, una hipoteca y un dinerillo para prepararme las oposiciones. No es lo mismo que estar en casa de papá o mamá. Pensaba 'como no apruebe las oposiciones, no tengo dinero para el año siguiente'. Entonces, cuando me preguntan, ¿cómo estudiaste tanto? Yo digo, 'el hambre'. El hambre es fundamental. (Risas). Yo soy valiente en lo que hay que hacer, y creo en hacerlo de la mejor manera posible. Y si lo creo, sí tengo empuje de hacer las cosas nuevas, no me da miedo. Y ya te digo que yo los problemas los convierto en oportunidades. Hay que hacerlo y hay que hacerlo bien.
-Vamos, se ve que usted tiene arrestos.
-¿Lo dice por la Smassa?
-Sí.
-En la Smassa se han hecho muchísimas cosas para esta ciudad, muchísimas cosas. La contratación pública del Estado ha sido un cambio muy grande, disruptivo, y creo que la Smassa no ha sabido en los últimos años adaptarse a esos cambios.
-Usted dijo en un pleno que había irregularidades por costumbre, frase de la que más tarde dijo que se arrepentiría toda la vida de haberla dicho.
-Irregularidades administrativas por costumbre.
-Le reconozco que nos asombró porque no estamos acostumbrados a ese chute de honestidad, la verdad.
-Bueno, vamos a ver. Yo quiero que se sepa una cosa. Primero, es que yo no siempre digo lo que pienso porque yo ya me he acostumbrado a medir mis palabras para no hacer daño a la gente. Pero ser sincera lo soy. Yo ya había dicho eso, es que había ido a la policía donde me habían preguntado lo mismo. Y yo vuelvo a decir que son irregularidades administrativas que no implican delitos penales, que son subsanables. De hecho, los estamos subsanando.
-El alcalde se refirió al exceso de contratos menores.
-Es que si entramos y vemos… Esto es público todo, porque están los informes de Intervención, que son públicos, otro que teníamos derivados de esos de la Cámara de Cuentas... Había exceso de contratación menor. Entonces, claro, es muy fácil. Se hacen contratos menores y no hay que someterse a un proceso de licitación, que es horroroso. Es horroroso...
-Es horroroso, usted entiende que es garantista, ¿no?
-Yo quiero que sea muy garantista. Claro, con un contrato menor y con tener tres ofertas se justifica, pero lo que no se puede hacer, es este año tengo un menor y después tengo otro menor y otro menor, porque eso se acumula. Lo que te dice la ley es que tú puedes hacer contratos menores, que se regulan, pero si es un gasto que se reitera, tienes que hacer ya uno por el importe total. Entonces, son cosas que no significan ni que se haya quitado dinero, que el dinero se ha gastado correctamente. También decían que se le daba a una persona determinada, no...porque muchas veces se sacaban proyectos a licitación y se quedaban desiertos. Pero la ley te dice que hay que hacer un contrato mayor y hacerlo público porque el contrato menor tiene una publicidad distinta.
-Me llega que se está fajando en Smassa, que va al menos dos veces por semana.
-No, voy todos los días. Ahora vengo de allí. Voy a las 8 y estoy hasta las 10 y media o las 11. Todos los días.
-¿O sea que la va a meter usted en vereda?
-No hay que meterla en vereda. Hay que darle a la gente instrumentos. La gente es disciplinada y está trabajando correctamente, pero tú tienes que decirle por dónde tienen que hacerlo. Yo tengo mi puerta siempre abierta para que todo el mundo pueda entrar y consultarme. Yo, desde que me hice funcionaria, siempre he estado para resolver cuestiones de equipo. Los martes tenemos la reunión de coordinación, todos los jefes nos reunimos, ponemos los asuntos importantes sobre la mesa y opinamos.
-¿Está, entonces, ordenando Smassa?
-Estoy ordenando los procedimientos de la Smassa. Y se dejan hacer, lo que hay es que decirles cómo hacerlo.
-¿Ordena usted los procedimientos, ordena usted también la empresa, no?
- Pues yo creo que sí. Yo no estoy entrando en temas de personal, de reubicaciones. Yo en eso no voy a entrar. Está el departamento de Recursos Humanos, está el subdirector, Leonardo, que es al que yo le he dado toda esa gestión. Pero luego, en las grandes cosas, me gusta siempre que todos sean partícipes de todo.
- Y pensábamos que Smassa era su cruz.
-Bueno, vamos a ver, mi cruz no es, pero sí que es verdad que yo tengo mucho trabajo ahora. Tengo doble trabajo. Yo no digo ni lo que trabajan unos ni lo que trabajan otros, porque no lo sé, pero yo trabajo todos los días 16 o 17 horas.
-¿De verdad?
-De verdad. Porque por las tardes me tengo que poner, porque tengo los correos, porque tengo muchos trabajos que hago yo directamente aquí en el área.
-¿Usted no duerme?
-Pues duermo, me acuesto y me levanto (Risas). Claro, pero el resto del tiempo...
-Duerme poco como el alcalde, ¿no?
-Pues me gustaría dormir... Yo duermo seis horas, duermo bien, pero que me refiero que es que todos los días, mil cosas. Porque digo: 'Mandármelo que lo veo'. Y claro, por la tarde, cuando yo me pongo a mirar informes, a leérmelos, a sacar cosas, a hacer un resumen, a pensar cómo es la estrategia de esto, a ver...
-¿Qué es lo próximo en esta fusión de Smassa y la EMT?
-La compra de las acciones de los privados por 26 millones de euros, que es simplemente un acuerdo entre las partes que se firma en el notario. La empresa matriz será la EMT, aunque cambiará de nombre, y yo quiero que el gerente sea Miguel Ruiz.
-¿Hay que cambiarle el nombre?
-Sí, hombre, para que englobe todo, pues habrá que buscar un nombre. El nombre comercial es la EMT, pero como se inscribe ya veremos. El nombre para mí es lo de menos.
-Ha pasado un tiempo. Antes fue directora general, este último año es concejala. ¿Cómo se siente dentro del equipo de gobierno del PP? ¿Sigue siendo independiente?
-Yo creo que sí ¿Sigo siendo independiente? ¿Si yo me he afiliado a un partido? No.
-¿Es usted simpatizante, no?
-Bueno, el voto en este país es secreto. Yo no voy a hablar de este tipo de cosas. Pero te voy a contar. A mí cuando me llamó el alcalde, yo le dije: 'Alcalde, yo no soy del PP'. Yo es que no soy de ningún partido político. Y le pregunté si iba a ser un problema a medio plazo, y me dijo: 'Para nada, yo te quiero por tu perfil profesional'. Entonces lo que no me exige el alcalde...Yo sigo siendo independiente y libre. Sinceramente, creo que yo no tengo perfil político.
-Pero bandea usted bien en política.
-¿Sí? Creo que el equipo de gobierno del alcalde está bien configurado con gente que tiene mucho perfil político, que tiene que existir porque es un grupo político, y otros que en ciertas materias somos profesionales. Yo creo que no tengo perfil político. Primero, porque sería incapaz de hoy estar en movilidad y mañana en otra cosa porque yo solo hablo de lo que sé.
-Mi compañero Javier Recio me pide que le haga la siguiente pregunta: ¿No va ser la gente más humilde la que más sufra la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) por no poder cambiar de coche?
-Los coches de Málaga no van a tener nunca ningún límite para moverse dentro de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), salvo que pongan el impuesto en otro municipio.
-¿Ni los coches que no tengan siquiera etiqueta? ¿No era un máximo tres años?
-Los que pagan sus impuestos en Málaga pueden estar siempre. Pero en el momento que ese coche se haga una transferencia, el que lo adquiera ya pierde la condición. Lo de los tres años es para los coches de fuera del municipio de Málaga.
-¿Y si vivo en Rincón de la Victoria, pago allí mis impuestos del coche y mi coche tiene 25 años?
-El primer año no pasa nada. Al siguiente año ya no puede entrar porque no tiene etiqueta. Si tiene una etiqueta B, que es a lo mejor del 2015 o 2012, en el tercer año es cuando ya no puede. Los de Málaga siempre pueden entrar. Lo hemos establecido precisamente para tener en cuenta las condiciones económicas y no obligarle a todo el mundo a comprar coche.
-Pero ya sabemos que hay mucho malagueño que vive fuera de la ciudad. En Coín, en Álora, Cártama...
-Pues ya daremos alternativas, lo que no puede ser es entrar en la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), y tendrá que dejar el coche fuera, en un aparcamiento disuasorio y coger el metro o el autobús. Pero yo voy a ir un poquito más allá, porque es que esto a mí me hace mucha gracia. Málaga, una de las mayores, incluso a nivel mundial, se están estudiando aglomeraciones urbanas, con una expectativa de crecimiento en los próximos años que nos vamos a salir. Si todo el mundo viene en coche es que no caben.
-Ustedes al principio dijeron que todos los de fuera podían llegar al Centro si aparcaban en un párking dentro de la ciudad? ¿Por qué se desechó esa opción?
-Nuestra configuración de la ciudad no lo admite. No tenemos esas grandes avenidas como tienen otras ciudades. El que tenga un aparcamiento de su propiedad sí puede entrar. Y todos, con su coche, siempre que vivan en Málaga (y paguen el impuesto de vehículos de tracción mecánica IVTM), lo que atiende mejor a personas que socioeconómicamente están más desfavorecidas. Porque si sólo es para los que puedan permitirse pagar un aparcamiento, es una medida que socialmente no es correcta. Esto salió de escuchar a los ciudadanos, a los que son el grupo más representativo de la sociedad, a la inmensa mayoría.
-Aunque sabemos que no es de su competencia, si usted tuviera una varita mágica, ¿cómo solucionaría los atascos en la entrada de Málaga y en toda su área metropolitana?
-Hay que combinar esas infraestructuras que necesita el área, voy a decir el área metropolitana, pero siempre que se modifiquen infraestructuras eso debe venir acompañado de un fomento del transporte público, pero serio. ¿Por qué no se ponen metros metropolitanos?. Porque todos los coches no pueden entrar en la ciudad, hay unos límites.
-De hecho ya hubo un trenecito en el que iban nuestros padres, tranvía hasta Vélez, la cochinita.
-Bueno, yo, vamos a ver, como formo parte del grupo político, se va a estudiar un transporte de alta capacidad. Dígase metro y si hay otras opciones, que lo estudien.
-¿Qué otras opciones hay?
-Hay metro, hay tranvía, hay BRT (autobús de tránsito rápido), en Madrid y Sevilla están haciendo BRT y va muy bien.
-¿Tranvía hasta el Rincón? Me parece un pelotazo.
-Ya, pero entonces en vez de hacerme la entrevista a mí se la tiene que hacer a la consejera de la Junta (risas).
-Usted es la responsable en Málaga y podrá pedir, ¿no?
-Vamos a ver, yo lo que le puedo decir es que siempre que vamos a las reuniones y cuando hicimos alegaciones al plan de transporte metropolitano queremos que haya transporte público de alta capacidad y de calidad para los ciudadanos que viven en la área metropolitana.
-¿Y la ratonera del Cerrado?
-Yo eso lo he vivido como responsable de la DGT en Málaga. He tirado de archivo y ya existía en las horas punta. Es verdad que es un problema a solucionar. En las reuniones que tuvimos para el tren litoral, a Marbella, el Ministerio también habló de otras cuestiones de movilidad, entre las que están las modificaciones de la MA-20, y se hicieron dos grupos de trabajo. Uno, para el tren, y otra para otras cuestiones de movilidad, que son competencia del Estado, de la Junta y del Ayuntamiento. Yo estoy en ese grupo de trabajo. Pero ahí es donde quiero plantear estos problemas y ver las soluciones.
-¿Pero no hay nada aún?
-Se van a plantear todas estas necesidades al Ministerio, y por supuesto la parte que sea municipal la acometerá el Ayuntamiento. Pero siempre que se hace una obra y afecta a una autovía, hay que pedir permiso al titular de la vía. Pero estamos en vías de poder mejorarlo.
-Cambiemos de tercio. Vamos a ver, aunque usted tiene una vertiente más técnica, además me lo viene reconociendo toda la entrevista, ¿le gustaría ser alcaldesa de Málaga? Soñar es gratis.
-No. Yo tengo otros sueños, pero ese no.
- ¿Cuáles son esos sueños?
-No lo voy a decir que entonces no se cumple. (Risas). Ay por favor, que no es nada de Málaga, ¡eh!.
-Pero no nos puede dejar así.
-No, no. Yo creo que si lo que uno piensa lo dice en alto no se cumple. No lo voy a decir. Pero yo no tengo aspiraciones políticas; hay mucha gente que la tiene en el equipo de gobierno.
-Esta pregunta se la hago a todos los concejales, pero es siempre necesaria ¿Ve a De la Torre presentándose en 2027? ¿Le ve usted ágil?
-Yo realmente lo veo súper-ágil, y me sorprende no sólo por la agilidad mental sino física. Yo tengo a mi madre, con una edad similar a la del alcalde, y yo hago comparaciones como la haremos todos.
-Es inevitable.
-Entonces, yo pienso: ¿Este hombre de qué está hecho? Le veo una agilidad mental, una fortaleza. Está siempre ahí al pie del cañón. A mí me manda mensajes por la noche a las 11, a las 6 ya me está llamando para preguntar.
-¿A las 6 de la mañana? ¿Sabe que usted duerme poco también?
-Claro. A mí no me importa si estoy dormida, y cuando me despierto lo veo. Yo, por la edad, por una parte diría que no, pero lo veo tan bien, y me digo este hombre lo van a estudiar porque es que no es normal su fortaleza. Entonces, si me baso en su fortaleza, yo es que lo veo siempre de alcalde presentándose.
-Mójese, ¿se ve usted repitiendo o era usted más feliz de directora general de Movilidad o de directora de la DGT?
-Yo ni pensaba estar aquí, y creo que he dicho en otro momento de la entrevista que yo soy profesional. Si el alcalde quiere contar conmigo y tengo proyectos a medias continuaría, pero no es que me aferre yo a ser concejala porque puedo volver a la DGT, donde tengo mi puesto reservado de jefa provincial de Tráfico porque estoy en servicios especiales. Cada vez que hay una plaza de responsabilidad me llaman por si me interesa. Pero mientras que el alcalde quiera contar conmigo, pues yo estaré con él apoyándolo, por supuesto.
-Por cierto, nuevo director general de Movilidad en la figura del exgerente de urbanismo José Cardador. ¿Ha sido una elección suya o se lo han impuesto?
-Ni imposición ni elección. Con la anterior directora hicieron un proceso selectivo, perfecto. A mí me dijeron que había una reestructuración en el Ayuntamiento y que Cardador podía tener un perfil para venir a Movilidad, que yo lo pensara. Y yo pensé que sería un elemento importantísimo para el área. Estamos interrelacionados en el 80% de las cosas, por infraestructuras. Lo veo como un valor para tener esa parte de la Gerencia, y es una persona que conoce el Ayuntamiento en su conjunto y que creo que puede aportar mucho. Pero yo nunca he entrado en los procesos selectivos, como soy funcionaria yo dejo que eso sea a quien corresponda.
-Bueno, la concejala de Cultura sí que ha elegido al nuevo director general de su área, que lo ha traído de Madrid.
-Sí, pero yo soy funcionaria, y estamos muy amaneradas.
-Pero usted cuando vino de directora fue por un proceso de libre designación.
-Sí, pero me presenté y presenté mi curriculum. Creo que Cardador va a aportar al área, pero yo no le he llamado, porque yo nunca he llamado a nadie.
-Volviendo a la vertiente más personal. Se ve que tiene usted facilidad para lidiar con las adversidades. ¿Las ha vivido en su vida?
-Pues sí, yo he vivido adversidades. He estado sola siempre, me refiero a que no tenía cerca a la familia, que eso es muy importante. Cuando vives en un sitio donde no tienes nadie que te ayude con tu hijo, cuando tienes que estar con trabajos de responsabilidad, esas cosas te hacen ser más duro. Y sí que he tenido problemas a nivel personal, mi segundo hijo tiene una discapacidad intelectual y para mí eso fue duro, muy duro empezar a luchar con un niño para que él esté en la sociedad lo más activo posible. Y en mi etapa de pareja también lo he pasado bastante mal.
-No es necesario que profundice.
-Mira, yo es que siempre he sido en mi casa la mayor, y mis padres, para bien o para mal, me han criado como la responsable de mi hermano y mi hermana. Mis padres tenían un negocio que iba muy bien, pero un negocio familiar donde siempre, siempre, siempre ayudábamos aunque estuviéramos estudiando. Festivos, sábados, domingos...
-¿Era una tienda?
-No, era una pastelería. Cuando más trabajo hay es cuando es festivo. La carrera la compaginé con el trabajo de mi familia. Entonces eso me ha hecho ser muy responsable. Que no es bueno, ¡eh!, que no es bueno.
-Bueno, pero también le gusta viajar. Que sabemos que al igual que el portavoz de Vox, Antonio Alcázar, ha ido usted este verano a Cuba. Los del ala derecha, a Cuba. Es cuanto menos curioso.
-(Risas). Yo llevo cinco años yendo a Cuba. No es el primer año. Tengo ya amistades en Cuba, en La Habana en concreto. Me gusta mucho bailar salsa.
-¿Salsa?
-Sí. Y bachata. Hice un curso en la academia y ya voy todos los años. Les llevo muchísimas cosas, les llevo medicinas, llevo de todo. Y disfrutando de la Habana, que me gusta mucho.
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