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Una de las personas que han acampado en la playa de los Baños del Carmen, ayer. Salvador Salas
La salida de la concesionaria del camping de los Baños del Carmen deja vía libre a los okupas

La salida de la concesionaria del camping de los Baños del Carmen deja vía libre a los okupas

Vecinos de Pedregalejo critican que la Junta ha ordenado desmantelar las pistas y el aparcamiento sin haber previsto su vigilancia y cuidado

Ignacio Lillo

Málaga

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Viernes, 1 de febrero 2019, 00:35

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La retirada de la sociedad concesionaria de los terrenos del antiguo camping de los Baños del Carmen ya se está dejando notar, y no precisamente en positivo. Los dirigentes salientes de la Junta ordenaron, pocos días antes del relevo político, que la empresa que gestiona el restaurante dejara de ocupar y explotar los terrenos del antiguo camping, que se usaban como aparcamiento y para la explotación de las pistas de tenis. Dicho y hecho: el lunes se desmantelaron las vallas y se retiró el control de acceso y la vigilancia, sin que de momento se conozca cómo va a afrontar la Delegación de Medio Ambiente su mantenimiento y vigilancia, en el largo impás hasta que comiencen las obras del futuro parque.

Las consecuencias no se han hecho esperar. Esta misma semana ya ha aparecido en la playa la primera tienda de campaña. Ayer mismo, un grupo de unos diez jóvenes con perros de gran tamaño se encontraban en la zona, con sacos de dormir, sillas, enseres, comida y restos de hogueras; evidencias de que al menos algunos de ellos han acampado en los terrenos, algo que está prohibido. Vecinos de Pedregalejo están indignados por la situación y se han dirigido a este periódico para denunciar el riesgo de que se produzca una nueva okupación masiva como la que tuvo lugar años atrás. Aquella terminó con un operativo de desalojo por parte del Ayuntamiento en octubre de 2012, tras soportar durante años incendios (en una zona con una importante masa de eucaliptos); así como peleas, ruidos, robos y la acumulación de basura y parásitos.

Tienda de campaña instalada esta semana, cerca de las antiguas pistas de tenis.
Tienda de campaña instalada esta semana, cerca de las antiguas pistas de tenis. Salvador Salas

Entre tanto, la presencia del Limonium malacitanum, una planta endémica protegida que crece en estos suelos, obliga a extremar un control que ahora mismo es inexistente. «Tenían que haber esperado un poco, la decisión ha sido prematura, cuando la Junta está ahora mismo en pleno cambio de la administración y después de siete años dando palos de ciego», afirma Adolfo García Gálvez, histórico activista de la asociación de vecinos del barrio. Para colmo, todavía no se ha producido la transferencia de los terrenos, del Gobierno autonómico a Costas (dependiente del Estado). «Estamos preocupados, al desmantelarse las vallas de las pistas de tenis, que es donde se había extendido el Limonium, se ha quedado expuesta una planta catalogada en peligro de extinción, y que está en riesgo de desaparecer en esa zona».

El representante vecinal denuncia que tampoco se ha esperado a que la comisión institucional que se creó entre el Gobierno, la Junta y el Ayuntamiento haya tomado una decisión para desbloquear el traspaso del solar donde se construirá un gran jardín público, y que, a su juicio, se debe ajustar a las necesidades medioambientales del espacio. «Hay cuestiones que son fundamentales, como son el roquedal, los fondos marinos, la playa natural, la especie protegida y el parque, y sobre eso se tiene que basar el proyecto». Por ello, reclama a la subdelegada del Gobierno, María Gámez, que incluya en ese grupo de trabajo al Aula del Mar, a la asociación ecologista Almijara y a los residentes.

García Gálvez refleja la inquietud de los residentes sobre la protección del espacio en las actuales circunstancias. «Si se han quitado las vallas, a alguien le corresponde ahora la vigilancia, eso no se puede dejar desatendido», y señala expresamente a la cuestión del aparcamiento, que se ha quedado abierto y de acceso libre, cuando debería estar ya prohibido. «El máximo responsable de este suelo es el Gobierno del Estado; con independencia de que falte el documento de la transferencia, el suelo ya es público. Nos estamos jugando el futuro del último espacio natural en el litoral que le queda a Málaga».

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