Días atrás con los miembros de la Asociación Victoriana de Capuchinos, que visitó por la tarde.
La Casona del Parque

Paco de la Torre se echa a los barrios: su 'precampaña' de paso del ecuador del mandato

El alcalde de Málaga está de ronda de visitas a los distritos y manda el mensaje clarividente de quiere seguir para los que aún dudan. Mientras, la oposición de izquierdas está deslavazada y Vox tiene poco fuelle

Lunes, 30 de junio 2025, 00:15

Un poderoso político socialista ya lo decía en su época: Paco de la Torre es un autómata y así no hay manera de hacerle oposición. « ... Está muy fuerte», concluía. Eso pasaba hace una década y resulta que en la actualidad, camino de los 83 años en diciembre, el regidor sigue demostrando que lleva incorporadas las pilas duracell de serie.

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Es curioso y divertido a la vez observar los correveidiles que surgen de cuando en cuando en los pasillos de la Casona, en el que los que le van a la contra subrayan que ha dado un bajón, así sin dar muchos rodeos. Por si cuela. Pero al día siguiente, el regidor da una rueda de prensa y se le ve fresco como una lechuga y capaz de responder las preguntas con la soltura de siempre. Lo cierto es que últimamente no da esos titulares gloriosos de los 11 litros para ducharse, que en cierto modo lo humanizan y que suponen puntos de inflexión en una carrera seria, con sus luces y sombras, por supuesto.

Estos días, bueno más bien desde antes del paso del ecuador del mandato municipal, que fue en mayo, De la Torre se ha echado a los barrios por las tardes, en lo que podría ser su particular 'precampaña'. Es algo que pasa desapercibido, a no ser que se siga al alcalde en la red social laboral por excelencia Linkedin así como en Instagram.

Visitó hace tiempo el distrito de Cruz de Humilladero, y allí el Club Deportivo Tiro Pichón, donde el Ayuntamiento ejecuta mejoras en el campo, zonas comerciales, el Centro de Arte y Música Moderna de Málaga, y el Club Deportivo Nagare de Judo, encuentros en loor de multitudes. Después, otra tarde se la dedicó al distrito Bailén-Miraflores, donde estuvo con la Asociación de Confraternidad de Culto y Procesión de Jesús Nazareno de la Llaga en el Hombro y María Santísima de la Buena Fe y acabó con un encuentro vecinal en el Parque del Norte.

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Ya el 27 de mayo le tocaba a la Carretera de Cádiz, que en la época de vacas flacas siempre fue granero del PSOE, aunque no así en los tiempos más recientes, donde recorrió las obras del paseo marítimo Antonio Banderas, y después la Avenida Imperio Argentina, donde estará ubicada la Universidad Alfonso X El Sabio Mare Nostrum hasta llegar a lo que será la próxima sede de la Asociación de Vecinos Parque Litoral.

El 12 de junio se fue al distrito Centro, donde se reunió con vecinos en el conocido Bar Nerva, visitó comercios de la calle Cristo de la Epidemia, entre otras instalaciones y acabó en la Asociación de Vecinos Victoriana de Capuchinos y de la Fuente.

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Por la mañana, agenda institucional, y por la tarde, también, y además, visitas a los barrios para no perderlos de vista. Dejando claro que quiere seguir en el palmito y que se ve repitiendo en las elecciones de 2027, lo que ya le venía a decir en una entrevista al director de este periódico, Manolo Castillo: «Si me presento en 2027, que no lo descarto, mi sucesor tendría que ir en la lista electoral». En esa cita electoral tendría 84 años. «Es el bicho que le picó al tren», como afirmaba, muy graciosa, una funcionaria durante la aciaga pandemia cuando De la Torre aún no pillaba el covid.

¿Cómo está la oposición?

En la otra cara de la moneda, estos días, el portavoz socialista, Dani Pérez, nada contracorriente para seguir manteniendo el liderazgo en el grupo municipal después de haber perdido la secretaría general del PSOE y encontrarse con que siete agrupaciones socialistas de las once de la capital quieren su relevo, frenado por ahora por el nuevo secretario provincial, Josele Aguilar.

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Mientras, en Con Málaga, IU y Podemos, están en esa fase de negociación con ultimátum por parte de IU para ver si van juntos a las elecciones. Lo de confluencia ya suena a teoría elevada, lo cierto es que en el Ayuntamiento de Málaga confluyen bien poco, diríamos que para las ruedas de prensa previas al pleno, para repartirse las mociones según las hegemonías que tienen pactadas, y el resto de la semana, tanto Nico Sguiglia (Podemos) como Toni Morillas (IU), va cada uno a sus ruedas de prensa, sin mezclarse mucho, y después paz y mañana gloria.

En Vox, por ahora, sí se ve armonía entre los dos concejales, aunque también es cierto que tanto el portavoz Antonio Alcázar como la viceportavoz, Yolanda Gómez, buscan su sitio y su protagonismo. Lo normal en política, por otra parte.

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El alcalde, sin embargo, va repartiendo protagonismos, ya que los concejales populares tienen sus distintas ruedas de prensa, pero cuando él interviene es hegemónico. En la más evidente, en la rueda de prensa previa al pleno, en la que se aborda de forma más política la gestión municipal, De la Torre comparece con la portavoz popular Elisa Pérez de Siles, pero sólo él toma la palabra y es él el único que responde a las preguntas de los medios de comunicación. No es nada nuevo; lleva siendo así al menos en los últimos 13 años de los que esta sección puede dar fe.

Pero, ahora, la novedad, es que además de las ruedas de prensa para temas de gestión en general, Paco de la Torre se ha echado de nuevo a los barrios, por decirlo de forma castiza, en la época que marca el ecuador de su mandato. Parece una precampaña para testar el sentir de los ciudadanos, la consabida frase que utiliza cuando está a punto de presentarse y en la que basa su decisión, el cariño de los ciudadanos y la buena salud. El pasado viernes, en las becas Talento, de la Fundación Málaga, afirmaba: «Los sueños que tengo y que sigo teniendo sobre Málaga (...)», saludó a casi todo el mundo y se fue con la mano en el pecho, ese gesto que patentó en pandemia. ¿Alguien duda de que quiera seguir?

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Sin un delfín definido a estribor, y con la ilusión que se ve que no le ha abandonado, la oposición de izquierdas deslavazada y con poco feeling entre ellos, y Vox, sin mucho fuelle, el octogenario De la Torre va camino de ser eterno.

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