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La imagen se repite estos días por casi todos los barrios de Málaga. Operarios de Parques y Jardines se afanan por recoger las naranjas de los árboles de la capital y de paso podar estos ejemplares. Dependiendo del clima, esta recogida se realiza en unos meses u otros, pero fundamentalmente entre diciembre y febrero. Y en Málaga se recogen unos 600.000 kilos, según detallan fuentes municipales.
Las cestas llenas se amontonan en las aceras pero, ¿qué se hace con estas naranjas? Con ellas se podría elaborar algún aceite que sirva de ambientador o incluso hacer jabones con aroma a naranja. Pero nada de eso. Hace años estas naranjas recolectadas en las calles de Málaga se utilizaban para preparar mermelada. Ya no. Y más desde que la Asociación para la Defensa de la Naranja Amarga (ADNA) alertase hace unos años del «alto riesgo» que suponía la utilización de esta fruta debido a que «su piel absorbe todos los gases y productos tóxicos derivados de la polución urbana, como el plomo y los metales pesados de las emisiones de los vehículos».
En la actualidad las naranjas de las calles de Málaga van directas a la planta de compostaje, donde se elabora un compost que se utiliza como abono.
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