Mármoles, la calle que quiere recuperar su gancho comercial

La vía que separa en el callejero a La Trinidad y El Perchel aún recuerda su época dorada ligada a históricos cines -Avenida y Capitol- y al tirón de Almacenes Mérida. En la actualidad, el negocio tradicional resiste mientras nuevos empresarios apuestan por su potencial

Rossel Aparicio

Málaga

Sábado, 28 de septiembre 2019, 12:46

  1. Ajetreada y viva, pero con locales comerciales cerrados

    R. Aparicio

    La historia reciente de la céntrica y animada calle Mármoles de la capital malagueña se escribe muy ligada al calor de emblemáticos cines -Avenida y Capitol fueron dos de ellos- y al tirón comercial de Almacenes Mérida. El primero de los cines, que se encontraba donde hoy existe un edificio de aparcamientos, al inicio de la calle, abrió sus puertas el 8 de diciembre de 1944, con la proyección de la película 'Los hermanos Marx en el Oeste', y, el segundo el 22 de septiembre de 1946, con el film 'Un corazón en peligro', con Cary Grant y Ethel Barrymore. El impulso definitivo de la calle llegó de la mano de los grandes almacenes que comenzaron su andadura en diciembre de 1970. Desde entonces, recuerdan los veteranos de la zona, la arteria empezó a convertirse en un centro neurálgico de la ciudad con un enorme potencial comercial. «Cuando cerraron los cines y Almacenes Mérida todo cambió. Llegaron nuevos centros comerciales y las compras se desplazaron», coinciden empresarios de la vía. En la actualidad Mármoles sigue siendo una calle ajetreada, viva, pero con un número llamativo de locales comerciales desocupados. Con el paso de los años han cerrado muchos negocios tradicionales, grandes referentes de la ciudad. Sin embargo, muchos otros se mantienen y conviven con nuevas propuestas empresariales que han llegado para recuperar e impulsar su potencial. «Haría falta paliar la falta de aparcamiento, vigilar la limpieza, la seguridad y renovar la calle, alegrarla de alguna forma», coinciden varios comerciantes consultados por SUR. (Ubicación de la calle: aquí).

  1. El origen de su nombre: marmolillos en Zamarrilla

    R. Aparicio

    El nombre de esta populosa calle que tradicionalmente ha separado con sus 525 metros de longitud los barrios de El Perchel y La Trinidad le viene, según la reseña histórica del callejero municipal, por una anécdota fechada en el siglo XVI. Al parecer, tomó el nombre de los mármoles o marmolillos que se pusieron a su entrada por Zamarrilla con el objetivo de impedir el paso de las carretas que llegaban a la ciudad por el camino de Antequera y a través de esta vía con productos del campo. Se trataba de carretas tiradas por bueyes, de gran volumen y pesada carga, y cuyas ruedas con llantas de hierro podían destrozar el pavimento. Para proteger «la calle nueva de los Mármoles», como se le menciona en los documentos históricos, el Cabildo Municipal dispuso entonces que las carretas fuesen desviadas. En la actualidad, a lo largo y ancho de esta arteria se suceden tiendas de moda, pizzería, bares, oficinas de gestión inmobiliara, lavandería, ópticas, frutería, carnicería, joyerías o tiendas de informática, por citar algunos ejemplos de los negocios que dan vida a la calle. También hay bazares de alimentación y de artículos diversos.

  1. De Almacenes Mérida al hotel Málaga Centro

    SUR y R. Aparicio

    Los vecinos que peinan canas lo recuerdan como si fuera ayer, con nostalgia en muchos casos. Almacenes Mérida abrió sus puertas el 5 de diciembre de 1970, al inicio de la calle junto al puente de la Aurora, en un edificio sin ventanas, rompedor para la época, para aprovechar el mayor número de metros cuadrados para la presentación de artículos, según explicaría el autor del proyecto, el arquitecto Andrés Escassi Corbacho. Ya en los 60 los grandes almacenes españoles habían puesto sus ojos en Málaga debido al auge del turismo registrado en la Costa del Sol. Hasta entonces, los malagueños tenían tres grandes almacenes locales: Félix Sáenz (en la plaza del mismo nombre), Álvarez Fonseca (calle Nueva) y Gómez Raggio (calle Larios). El cierre a finales de los años noventa de esta empresa acarreó el declive del comercio tradicional en los alrededores. Supuso un punto y aparte en la historia comercial de Mármoles: «el cierre hizo mucho daño a los comerciantes de la zona. La calle quedó sentenciada de alguna forma», opina José Fernández Gómez, al frente de la popular tienda de confecciones Garden, una de las más veteranas. En la actualidad el Hotel Málaga Centro ocupa el emblemático edificio dándole un uso turístico además de trasiego a la calle.

  1. Paco Ruiola, más de 30 años de experiencia en el sector de la peluquería y belleza

    R. Aparicio

    La firma del negocio, Paco Ruiola, usa el nombre de pila y la fusión de los apellidos de su fundador, Francisco Ruiz Guardiola (de ahí, Ruiola). Cuentan con más de 30 años de experiencia en el sector de la peluquería, belleza y extensiones. Paco recuerda como pocos cómo era la arteria en sus años dorados, con los cines y con el gancho comercial de Almacenes Mérida. «Hace 40 años Mármoles era una de las pincipales calles comerciales de Málaga. Aquí paraban los autobuses que llegaban de otros puntos de la provincia y era la entrada al centro de otras barriadas de la capital. El trasiego era constante», recuerda desde su local ubicado en el número 13 que también está especializado en pelucas y prótesis capilares. Foto: Paco, junto algunas de las trabajadoras de la peluquería; de izquierda a derecha: Alejandra, Ana belén, Mari, Lorena y Mª Carmen.

  1. Droguería Paco, tres generaciones de la familia Montilla detrás del mostrador

    R. Aparicio

    A mitad del siglo pasado Antonio Montilla abrió una droguería en la calle Feijóo, muy próxima a Mármoles. Cuando el negocio empezó a dar sus frutos pudo trasladarse, años después, a Mármoles en el mismo local que ahora regenta la tercera generación de este negocio familar. «Esta calle era un hervidero, un centro neurálgico» recuerda Paco Montilla, hijo del fundador que, aunque retirado, aún se acerca a la tienda a echar una mano y a acompañar a su hijo, Antonio, que lleva ahora las riendas. «El pequeño negocio no tiene futuro. Las grandes superficies están cambiando la forma de comprar», dice pesimista indicando que no habrá una cuarta generación a cargo del negocio. De hecho ahora tienen en mente impulsar un proyecto de apartamentos turísticos. «Al pequeño comercio lo están ahogando, no se puede competir con los grandes», opina. Foto: Paco y Antonio Montilla, padre e hijo, representan la segunda y tercera generación. A la izquieda, una imagen antigua de la droguería cuando llevaba el nombre de su fundador.

  1. De Tejidos Mariquita a Modas Garden: vistiendo a los malagueños

    José Fernández Gómez lleva 63 años al pie del cañón asesorando con «honradez», como él dice, a los clientes. En todos esos años ha vestido a varias generaciones de malagueños que han pasado y siguen pasado por su emblemática tienda, Modas Garden, ubicada en Mármoles esquina con calle Álvaro de Bazán. El negocio lo abrieron sus padres en 1955, como 'Tejidos Mariquita' -como llamaban a su madre- cuando él apenas era un niño. Arrancaron en el Llano de la Trinidad hasta que, años después, pudieron trasladarse al local actual, a una calle por entonces en plena ebullición. «Aproveché que hicimos una restauración integral, hace años, para cambiar el nombre a Garden, el otro se había quedado desfasado. Dimos un giro al negocio. Es vital adaptarte a los cambios para seguir a flote», explica Pepe, como le conocen clientes y familiares. Para él lo más importante es la dedicación, la austeridad en el gasto, el buen gusto y «ser honrado» con el cliente, remarca. Foto: Arriba. Santos (representante), José Fernández Gómez, dueño de la tienda, Emilio (representante y fabricante) y Sergio, dependiente encargado del negocio). En la imagen antigua: José Fernández de niño (a la izquierda) junto con sus padres y clientes.

  1. El Racimo, el decano de Mármoles

    R. Aparicio

    El Bar El Racimo es uno de los negocios más antiguos de calle Mármoles. El establecimiento arrancó su andadura en los años treinta coincidiendo con el auge de la arteria. «La época dorada de la calle, para mí, fue cuando estaban abiertos los cines. La gente no dejaba de ir y venir, en grupos de amigos o en familia», opina Miguel Blanco Céspedes. Su padre recogió el testigo del bar abierto por un primo suyo y ahora es él quien lo regenta junto con su esposa. «Antes esto parecía un pueblo», dice sobre la calle. Ahora, a su juicio, hay mucha actividad pero «la crisis y la apertura de grandes superficies» han hecho estragos. En el popular establecimiento sirven todo tipo de comidas (pescados, carnes, guisos y un largo etcétera) aunque su plato estrella es el que llaman el ladrillo, una cinta de lomo con patatas y mayonesa. Foto: Miguel Blanco Céspedes, junto con un cliente del bar.

  1. 'El hombre del saco', el último en sumarse a la oferta de la calle

    R. Aparicio

    Productos a granel con un fuerte compromiso de calidad y sostenibilidad. Son los pilares básicos de 'El hombre del saco', uno de los últimos negocios en sumarse a la oferta de Mármoles. La coqueta tienda, ofrece, con una estética muy cuidada, arroces, cereales, legumbres, especias, tés, cafés o chocolates. Greg Both, su propietario, abrió hace algo más de un año el local ubicado a la altura de Montes de Oca. El joven es de Hungría y trabajaba en Madrid en una multinacional pero se cansó de aquella vida y quiso dar un cambio radical. «Me vine a Málaga porque me parece una ciudad ideal para vivir. La calle la elegí por su potencial y por su trasiego de gente», afirma Both en un perfecto castellano. En este local todo se vende al peso e invitan al cliente a llevar tus propios recipientes (en caso de no hacerlo, hay bolsas de papel y frascos en venta). Los vecinos también pueden dejar tus tarros usados para que otros clientes los reutilicen en sus compras. Foto: Greg Both, responsable de la tienda.

  1. Ferretería Vulcano: un negocio familiar que controla el sector

    R. Aparicio

    Antonio Salmerón Ramírez asesora con paciencia a cada cliente hasta dar con lo que necesita. Se conoce al dedillo las estanterías, herramientas y objetos que vende en su ferretería, la tercera abierta por su familia en la capital. Hace 15 años abrieron en calle Salitre la primera tienda y, hace siete, en Héroe de Sostoa, la segunda. El local de Mármoles inició su andadura hace ya dos años. «Conocemos la zona y sabíamos la afluencia diaria. Por eso apostamos por ella», explica. A su parecer, la calle podría mejorar aspectos de seguridad, iluminación y limpieza. Es de los que opinan que se podría renovar la imagen de la calle «para hacerla más atractiva».

  1. Frutería Gallego Luque: de la huerta a casa de sus vecinos

    R. Aparicio

    A Vanessa Luque le apasiona su trabajo y se le nota. Recibe a cada cliente con una sonrisa, bromea, pregunta por la familia y aconseja a cada cliente sobre lo que necesita. Es la encargada y dueña de la Frutería Gallego Luque, abierta desde hace cuatro años en Mármoles. Antes tenían otro local pero decidieron mudarse al actual, uno amplio, luminoso y, a su parecer, bien ubicado «por el paso constante de vecinos y visitantes que paran a comprar fruta». En su tienda priorizan los productos locales, de la provincia y de Andalucía. «Así ayudamos a empresas de aquí y potenciamos nuestros productos que son excelentes», explica. A su juicio, la calle tiene un encanto innato, no cambiaría nada de ella aunque sí opina que se podría fomentar que se abrieran los locales comerciales que permanecen cerrados así como mimar la limpieza. «Cuando sale el Cautivo se cuida mucho la zona, pero ese cuidado deberíamos tenerlo todo el año», apunta.

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