La concertada se echa a las calles de Málaga contra la 'ley Celaá'

Los convocantes, la plataforma Más libres, Más plurales, Más iguales -aglutina a asociaciones de padres y madres de alumnos, sindicatos, empresas y diversos colectivos del sector de la educación concertada y privada-, han mostrado su satisfacción por el «éxito» de la convocatoria, que ha superado las expectativas iniciales, según Francisco Luis Martínez, representante del colectivo de Escuelas Católicas, quien destacó que la marcha había discurrido por un sólo carril para evitar colapsar el tráfico y, en colaboración con la Policía, para no tener que cortar calles y afectar al resto de ciudadanos.

Desde antes de las 11, hora fijada para el inicio de la protesta, los vehículos se fueron concentrando a las puertas del edificio de Servicios Múltiples (antiguo Edificio Negro), donde tiene su sede la Delegación Territorial de Educación y Deporte, para iniciar un recorrido que les llevó, a través del eje litoral, hasta los Baños del Carmen y de allí de vuelta por La Malagueta, el Parque y la Alameda hasta el Corte Inglés, donde concluyó la marcha pasadas las dos de la tarde. La salida de vehículos se prolongó durante casi dos horas y en su trayecto hicieron sonar los claxones y un buen número de ellos fue adornado con globos naranjas y pancartas del mismo color contra la ley Celáa.

En uno de esos coches iba Eloísa junto a su esposo y sus tres hijas. «Estamos en contra de esta ley porque no queremos que nos coarten la libertad que como padres tenemos para elegir la educación de nuestras hijas. Además, nos negamos a que cierren colegios concertados. Como madre quiero poder elegir libremente qué educación doy a mis hijas», afirmó en declaraciones a este periódico.

«Estudié en un colegio público y luego he trabajado durante varias décadas en uno privado. Quiero que sigan existiendo los dos; es bueno que existan los dos con los mismos derechos y obligaciones», declaró el exdocente Fernando Ramos, quien lamentó que la nueva ley de educación quiera «dejar vacíos los centros concertados».

Los convocantes de la protesta criticaron la nueva ley educativa tanto por el momento de su tramitación, en plena pandemia; por las formas en las que se ha elaborado ya que denuncian la falta de diálogo y consenso con la comunidad educativa; y, sobre todo, por el contenido al considerar que supone cercenar la libertad de enseñanza por «la hostilidad» hacia la enseñanza concertada.

En este sentido, Federico Fernández Basurte, profesor en la concertada, justificó su presencia en la marcha por la necesidad de «hacernos oír y defender nuestra oposición a una ley a la que se llega sin pacto ni consenso y en medio de esta situación tan complicada como la que estamos viviendo actualmente».

Laura Hurtado también es profesora y además integrante de sindicato USO. Antes de montarse a su vehículo alertó de que la nueva ley «pone en peligro miles de puestos de trabajo» en la enseñanza privada por el hecho de que haya menos plazas concertadas y en las unidades especiales y subrayó: «Es de juzgado de guardia que en este país no haya libertad para la toma de decisión sobre la educación de los hijos».

A este respecto, Francisco Luis Martínez definió como los aspectos «más lesivos» de la LOMLOE el «recorte» de las libertades, el «cuestionamiento» de la lengua castellana y que no se valore la cultura del esfuerzo al permitirse que los alumnos puedan obtener una titulación y una acreditación académica «con varias asignaturas pendientes». «Hoy se necesita calidad educativa porque en caso contrario no podremos ser competitivos a nivel internacional. Si se rebajan los parámetros de la calidad no seremos competitivos y eso no es bueno», añadió.

«¿Cómo es posible que se permita que los alumnos pasen de curso y etapa escolar con varios suspensos? No es comprensible porque no se pone en valor la cultura del esfuerzo», denunció Arturo Carmona, quien acudió a la protesta acompañado de sus hijos.