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Los policías locales la salvaron. Con la cara completamente amoratada y levantada del suelo mientras su pareja la sujetaba del cuello contra una furgoneta en uno de los aparcamientos del real de la Feria de Málaga, en Cortijo de Torres, los agentes evitaron que el hombre siguiera estrangulándola.
Actuaron inmediatamente, separando al sospechoso de la víctima y procediendo a su detención, según han confirmado las fuentes consultadas por este periódico.
Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del pasado lunes. Sobre las 02.30 horas, dos agentes del Grupo de Investigación y Protección (GIP) de la Policía Local de Málaga, que trabajan vestidos de paisano, se encontraban patrullando a pie por los aparcamientos que están situados junto al Palacio de Ferias y Congresos de la capital.
Fue entonces cuando, entre los coches, vieron la escena: un hombre tenía sujeta fuertemente por el cuello y atrapada contra una furgoneta a una mujer. De hecho, al acercarse observaron como la víctima estaba incluso levantada del suelo.
Mientras corrían hacia ellos, los agentes sacaron rápidamente sus placas y se identificaron como policías locales. Le gritaban al sospechoso, un hombre de nacionalidad portuguesa y de 35 años de edad, que la soltara, a lo que él habría contestado: «Dejadme que es mi novia».
Al parecer, siguió estrangulando a la víctima, que tenía la cara totalmente amoratada y no podía ni gritar. La mujer intentaba escapar, pero no podía, según han manifestado las fuentes consultadas por este periódico, quienes han precisado que los agentes tuvieron que emplear la fuerza mínima indispensable hasta conseguir separar al hombre de ella, algo que no fue tarea fácil.
Con el sospechoso detenido, los agentes auxiliaron a la mujer, que recuperó poco a poco el aliento. La víctima, de 41 años de edad y de nacionalidad brasileña, explicó a los policías locales que llevaba dos años de relación con el arrestado y reconoció que, con anterioridad, había vivido algún episodio de violencia.
Sin embargo, insistió en que nunca había llegado hasta este punto. De hecho, la mujer dijo a los agentes del GIP que creía que en esta ocasión la iba a matar y que no sabía lo que hubiera pasado si los funcionarios del cuerpo de seguridad local no hubieran pasado por allí.
La mujer también contó lo que había ocurrido antes. Relató a los policías locales que el hombre había estado bebiendo. Después, siempre según declaró, habían tenido una discusión y su pareja se había puesto muy violenta.
Mientras el hombre era trasladado hasta dependencias policiales, la mujer fue trasladada hasta el puesto avanzado de asistencia sanitaria del Real de Cortijo de Torres. Allí fue atendida por los efectivos de emergencias, quienes determinaron las lesiones que presentaba en el cuello por estrangulamiento.
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