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Aspecto que presentaba el pozo de agua afectado durante la noche del pasado lunes al martes. SUR
Reestablecido el suministro en Miraflores de El Palo, aunque el agua no se puede usar para beber ni para cocinar

Reestablecido el suministro en Miraflores de El Palo, aunque el agua no se puede usar para beber ni para cocinar

Pilar Gutiérrez, gerente de la entidad urbanística de conservación, asegura que el problema podría haber sido gravísimo y pide a las administraciones que tomen nota para poner soluciones

Ignacio Lillo

Málaga

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Miércoles, 15 de noviembre 2017, 11:11

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«Han provocado graves daños, han hecho un desastre en el pozo». Es el lamento de Pilar Gutiérrez, gerente de la entidad urbanística de conservación, esta mañana, una vez comprobado el alcance de la avería causada por el vertido de un detergente concentrado el lunes por la noche, por parte de tres personas que estaban limpiado un trastero y que, al parecer, lo confundieron con un sumidero. El pozo abastece a unas 750 familias de esta zona de la capital que tienen el agua cortada desde entonces.

La directiva, que a primeras horas de la mañana esperaba que el agua se pudiera recuperar a lo largo del día, aunque con suministro municipal de Emasa, no del acuífero, que está todavía contaminado. Han estado limpiando la red por tramos, el depósito está desinfectado», y añade: «Ahora, Emasa irá analizando y comprobando que el agua no es nociva y a lo largo del día esperamos dar agua con total seguridad para los vecinos». Por medio de circulares y de los medios de comunicación se informará al vecindario de cómo consumirla. Por ahora se puede usar para todo menos para beber y para cocinar.

Ante el mal estado en el que ha quedado la captación, por el momento tendrán que recurrir a la compra del agua a Emasa, «que nos la cobran a tarifa doméstica, a la que tenemos que sumar los costes de nuestros mantenimientos, de ahí la deuda generada», dice, en relación al conflicto institucional y judicial que mantienen con el Ayuntamiento porque desde 1992 no ha aceptado recepcionar la entidad de conservación.

«No sabemos cuándo estará el pozo de nuevo operativo, lo tenemos que evaluar con los técnicos, veremos si el producto se deposita y el freático lo limpia. Está todo impregnado, es posible que haya que succionar el agua para que no contamine de nuevo la red, no se podrá usar hasta que los técnicos de Emasa nos digan».

Pilar Gutiérrez advierte de que el problema podría haber sido «gravísimo», y espera que esta llamada de atención sirva para solventar el problema de una vez: «La Administración tiene que atender sus obligaciones de bien público, podía haber tenido consecuencias de salud pública». A lo que agrega: «Cada vez hay una excusa, desde 1992 son ya muchos años, hemos tenido miles de reuniones, y las últimas convocadas nos las han aplazado sin fecha. Esto es una enorme responsabilidad para un grupo de particulares, si hubiera un sabotaje real el responsable último sería el Ayuntamiento, a pesar de todas las excusas, porque la tutela está reconocida legalmente».

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