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Miguel Gutiérrez es propietario de Metacrilatos Málaga, una empresa familiar dedicada al metacrilato desde hace más de 40 años y nunca en su trayectoria profesional había vivido una situación similar. Valentín, dueño de Metacrilato Valentín, afirma lo mismo, tanto que desde que el Gobierno decretó el estado de alarma la mayoría de las llamadas que recibe en su establecimiento, por no decir todas, son para pedirle información sobre estas pantallas de protección.
«La demanda de pantallas para evitar los contagios por coronavirus es lo que ahora prima. Antes, apenas teníamos pedidos de este tipo de productos, pero ahora es constante», señala Valentín, que explica que también piden pantallas de otros materiales como PVC y plástico.
«La mayoría son estancos y farmacias. Todo ha sido a raíz del estado de alarma. Los empresarios quieren proteger a sus empleados y estos se sienten mucho más seguros y tranquilos con estas elementos. Por eso las peticiones no paran. Ahora, con la hostelería parada y las empresas en su mayoría con el teletrabajo, ha bajado mucho nuestra actividad habitual, sin embargo las mamparas es lo que nos mantiene», explica este empresario.
Asegura que debido al aumento del interés de las farmacias, «han surgido montadores por todas partes. Empresas que se dedicaban a otras actividades y que han visto que esto puede ser un filón para ellos. Compran las placas de metacrilato y las montan. Mi empresa es de las pocas que dispone de una cortado láser y además ofrecemos el montaje desmontable. La gente viene a nuestro almacén y se lleva las patas y las placas a la medida que quieren y ellos mismos las montan. De este modo, es mejor para mí porque no me expongo a nada y para ellos igual», dice Valentín.
Miguel Gutiérrez, dueño de Metacrilatos Málaga, también ha notado un mayor interés de todo tipo de montadores y personas que trabajan haciendo chapuzas por estos elementos. «Aunque nosotros nos dedicamos fundamentalmente a hacer urnas para museos, y antes a los cerramientos para bancos para las antiguas cámaras acorazadas, que ya han dejado de hacerse con la aparición de las cajas retardadas, desde que se impuso el estado de alarma los únicos pedidos que estamos recibiendo son de pantallas y mamparas de protección para farmacias, sobre todo», afirma Gutiérrez, para quien si no llegara a ser por ello muy posiblemente habrían tenido que cerrar.
No obstante, están trabajando bajo mínimos. Apenas dos personas y siempre manteniendo las distancias de seguridad. «Estamos terminando unas urnas para un museo, pero en lo que estamos trabajando ahora es en las mamparas para las farmacias», insiste.
Miguel relata que ha tenido incluso un cliente de Almería que había venido por una cuestión de negocios a Málaga y que se ha llevado el material porque en su provincia almeriense no las hacen.
«No hay un solo día que no haya alguien que se interese por estas pantallas y pida presupuesto. Aunque hay muchas personas que se decantan por otros productos más económicos, la calidad del metacrilato no es comprable», declara. Miguel asegura ni los fabricantes de metacrilato ni su empresa han subido los precios.
Para Valentín, la aparición de nuevas firmas ofreciendo este producto ha encarecido notablemente el producto. «No es lo mismo una empresa como la mía que hace venta directa, que estas otras que se han arrimado ahora, ya que el producto ha tenido que pasar por varias manos. Y además el trabajo nunca es de la misma calidad», señala.
Según este empresario malagueño, mientras el precio normal de una mampara de un metro de ancho por 70 de alto oscila entre los 65 y 75 euros más IVA, estos días este mismo producto hay quienes los está ofertando por unos 100 euros.
Valentín señala asimismo que la demanda de metacrilato ha sido tan grande a nivel nacional que las pocas fábricas que todavía siguen abiertas y trabajando han agotado ya sus existencias o están bajo mínimos. «A mí me ha pillado esta crisis con material en stock. De hecho, he recibido ofertas de nuevas empresas montadoras interesadas en comprarme todo lo que tengo», dice Valentín, que ha cerrado unos días.
Metacrilatos Málaga en cambio sigue trabajando y atendiendo los pedidos que le realizan. «Les preparamos el material, con las medidas que quieren, lo recogen y son los propios clientes los que se encargan de todo lo demás, por lo que el contacto es mínimo», explica Miguel, para quien ojalá pudiera seguir manteniendo abierta su empresa y atendiendo pedidos de pantallas y mamparas de protección.
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