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La recuperación de la antigua Casa de Botes del puerto de Málaga como restaurante de alto nivel y terraza para copas sigue varada 15 meses ... después de que el Grupo Trocadero se hiciera con la concesión durante 25 años de este emblemático inmueble, que data de 1953 y que está cerrado a cal y canto desde comienzos de 2018 y en un avanzado estado de deterioro. Aunque el calendario inicial de este grupo hostelero que ya cuenta con siete establecimientos (cuatro en Marbella y uno en Benalmádena, Sotogrande y Estepona) fijaba el comienzo de las obras en noviembre del año pasado, lo cierto es que entre la incertidumbre generada por la pandemia y los reparos puestos a última hora por el Ayuntamiento aún siguen sin arrancar.
De momento, esos condicionantes por parte municipal están frenando la pertinente licencia de obras que debe conceder la Gerencia de Urbanismo, aunque tras las reuniones mantenidas en los últimos días el grupo empresarial confía en que la autorización pueda ver la luz en las próximas semanas. De ser así, la previsión ahora es que los trabajos para rehabilitar el inmueble empiecen en noviembre o diciembre de este año con el objetivo de que el establecimiento abra sus puertas en septiembre de 2023 siempre que no surjan imprevistos durante la obra debido a su mal estado de conservación. Prueba de ello es que la inversión privada rondará los cinco millones de euros.
«Quedan algunas cuestiones por resolver, pero parece que todo está encauzado y, si no surgen inconvenientes, podremos empezar las obras antes de que acabe el año», afirma el propietario de Grupo Trocadero, Dionisio Hernández-Gil, quien destaca la «buena voluntad» del Ayuntamiento a la hora de llevar el proyecto a buen puerto y que, por su parte, se va a «intentar aclarar y rectificar todo lo que corresponda sin ningún tipo de enfrentamiento».
Según ha podido saber este periódico, las dudas de Urbanismo tienen que ver con la terraza superior. Por un lado, ha requerido a la empresa que elimine del proyecto unas pérgolas permanentes que a juicio de los técnicos municipales tenían la consideración de elemento estructural y, por tanto, supondría incrementar el volumen de edificabilidad autorizado en un inmueble que se puede rehabilitar y consolidar, pero no ampliar ni cambiar su estructura. Por tanto, se va a modificar el diseño para anular esas pérgolas, que serán sustituidas por elementos de sombra como mobiliario.
Por otra parte, se ha pedido a la empresa que justifique por escrito el cambio de ubicación de la escalera exterior de la terraza. Según la concesionaria, se ha planteado en otro punto para poder instalar una de mayores dimensiones y con menos pendiente para así adaptarse a la normativa vigente de accesibilidad y, además, facilitar el flujo de personas hacia la salida en caso de evacuación.
Trocadero-Casa de Botes, como se llamará el nuevo restaurante, contará con una superficie de 1.441 metros cuadrados repartidos en tres plantas (735 en la baja, 343 en la primera planta y otros 363 exteriores para terraza). En principio, está previsto que la cubierta quede habilitada como terraza para coctelería y copas, mientras en las plantas baja e intermedia se ofrecerán dos conceptos distintos: una para la cocina mediterránea en consonancia con la carta más habitual de Trocadero y otra asiática y de productos ecológicos, para ampliar su oferta gastronómica. En el contrato de concesión, la Autoridad Portuaria también se incluye la mejora de los accesos peatonales de la zona para permitir su integración con el Muelle Uno, donde oferta comercial y hostelera se verá complementada con el puerto de megayates.
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