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Se subió al AVE desde el inicio, antes incluso de la puesta en marcha del primero, Madrid-Sevilla, hace 25 años, y ya no se ha bajado. Está a punto de cumplirse una década desde que también fue partícipe de la llegada a Málaga y a Barcelona. Alfredo Durán, gerente de Servicios Comerciales del Mercado Sur de Renfe Viajeros, dirige las conexiones de alta velocidad y larga distancia entre Andalucía y Madrid.
–Este año se va a cerrar por encima de los 20 millones de viajeros, acumulados en diez años, en la relación Málaga-Madrid. ¿Hay margen para seguir creciendo?
–Estimamos que este año se cerrará en el entorno de los 2,4 millones, se van a superar las expectativas con un 4% de crecimiento y con ocupaciones muy buenas en los trenes. Y no se acaba aquí, hay margen para seguir creciendo sin duda alguna. Esperamos cerrar con el 85% de cuota frente al avión y podemos seguir arañando, pero también el avión crece porque existe mercado y existe movilidad. La línea de Málaga ha sido este año la que más ha crecido y hay margen de mejora. La crisis se ha atenuado y se nota. La movilidad es un reflejo de la marcha de la economía.
–¿Qué posición ocupa la relación Málaga-Madrid en el conjunto de la red nacional?
–Málaga está entre las cuatro relaciones más importantes de España: Barcelona, Sevilla, Valencia y Málaga. Está en una posición clave, es un destino con un motivo de viaje principal de trabajo. El 50% de nuestros clientes usa el AVE por razones profesionales, según las encuestas que hacemos. El viaje en familia es el 20% y otro 24% por ocio y turismo (el 6-7% restante, por otros). El motivo laboral es un pico y es muy significativo y muy positivo, pues significa que en Málaga hay oportunidades de negocio, no sólo sol y playa. Vemos que hay margen de crecimiento en la movilidad interior. También hacia Antequera y destinos intermedios empezamos a ver un incremento de viajeros significativo. Esto nos anima mucho, porque hay margen para crecer por cuestiones laborales y, por supuesto, para turismo. De hecho, hay turistas que llegan por otras vías y utilizan los trenes para conocer el resto de la provincia y Madrid.
–Los directivos de Renfe no confiaban mucho antes de las obras en que esta línea sería un éxito.
–Como profesional de Renfe de hace muchos años, he participado en todas las puestas en marcha desde Sevilla hasta ahora. Siempre he visto los proyectos como un reto, con entusiasmo. Viví la de Sevilla en primera línea, con todos los dimes y diretes mediáticos que te rodean, pero eso entusiasma más, son proyectos de una envergadura tremenda, con fases de incertidumbre constructiva y de puesta en marcha, pero siempre lo he vivido en positivo. Desde el punto de visto técnico era un reto motivador, con las expectativas de si los estudios de demanda se cumplirían. En Málaga, teníamos la experiencia del Talgo 200, que tardaba cuatro horas, pero ya nos daba una pista. Los tiempos de viaje son muy importantes, además del precio y la calidad. En ese momento fue clave, para que la balanza se inclinara hacia nuestro lado, pasar de cuatro horas a dos y media. En 2007 teníamos 600.000 viajeros de punto a punto, y en 2008 ya eran casi 1,5 millones, por lo que más que duplicamos la cifra de viajeros. Sabíamos hacia donde iba a ir el negocio, al margen de la crisis económica. Además, hay mucha demanda inducida, la que se genera por tener un modo de transporte determinado, gente que nunca pensaba en moverse ahora viaja a Málaga porque existe el AVE, a hacer negocios, a pasar el fin de semana, a ver a un familiar, ese es el factor más difícil de medir. El resto era bastante previsible, y teníamos buenas expectativas.
Frecuencias Madrid-Málaga
Tiempo de viaje
Precio
–Hace una década, cuando se puso en servicio, se planteó que el tiempo de trayecto se podría recortar en el futuro (ahora son entre 2,15 y 2,40 horas, según las paradas). ¿Hay alguna propuesta?
–A la hora de reducir tiempos como los actuales, bajar cinco o diez minutos ya no provoca un salto exponencial significativo, pero a nivel operativo sí tiene repercusiones en los costes de operación, que incurren en la variable de coste-beneficio. Hay costes energéticos, de desgaste de infraestructuras, y hay que repercutirlos en los precios. ¿Qué beneficio social tiene tardar dos horas y diez y qué coste tiene para las dos partes? Siempre se puede arañar algún minuto, se podría rebajar algo pero no reportaría grandes beneficios e incurriríamos en costes. Nuestra política ahora va mas en el crecimiento, en mantener los niveles de calidad y precios, estar más pegados al cliente que no en el tiempo de viaje, que ya no es un factor de mejora sustancial. El viajero está pendiente a la política de precios, donde podemos aportar un beneficio social y económico. Los tiempos de viaje que se manejan hoy en día ya son magníficos.
–Los precios altos son una queja habitual, y sobre los billetes en promoción, también dicen los usuarios que hay muy pocos.
–El precio de referencia a tarifa está acorde con nuestros costes y el margen de negocio, no está previsto bajarlo, pero sí tenemos una política de precios en el día a día. El 20% de los billetes vendidos son promocionales, es una cifra muy importante. Pero además hay tarjetas doradas, tarifas de ida y vuelta, acuerdos con empresas, jóvenes, niños, grupos; esto es, hay un porcentaje muy pequeño que pague la tarifa general pura y dura, el resto viaja con algún tipo de descuento. Las críticas nos animan a mantener la guardia, a estar alerta e intentar satisfacer los intereses de los distintos clientes. En líneas generales, en las encuestas no hay descontento con las tarifas, mas allá de algunas críticas en las redes sociales. En líneas generales, creo que acertamos con una política de precios adecuada al momento y la demanda.
–Se prevé incorporar nuevas frecuencias diarias? ¿Y algún servicio nocturno ‘low cost’?
–No hay previsión de servicios nocturnos, aunque seguimos con detalle el aumento de la demanda puntual y reforzamos con dobles composiciones. La frecuencia esta clara, para que la gente tenga una cadencia. Por ejemplo, los viernes a las 4.00 desde Madrid a Málaga, los usuarios quieren ese tren y se refuerza. Intentamos mejorar la oferta doblando trenes en momentos puntuales. No descartamos crear alguna frecuencia más, aunque prefiero que haya respuesta a la demanda cuando la gente la quiere, con más trenes en doble, esto es, estar donde el cliente quiere, no con una frecuencia más que la gente no quiera. Lo que más nos preocupa es escuchar. La crítica es buena, de las reclamaciones siempre puedes sacar algo positivo, y no relajarnos pensando que lo hacemos todo muy bien. Después de diez años en Málaga y 25 en Sevilla, nuestra nota de la encuesta de calidad percibida está por encima del 8, cerca del sobresaliente, con el 90% satisfechos o muy satisfechos con el servicio. Han sido diez años de éxito.
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