La lluvia no empaña la devoción rociera

Más de 200 peregrinos han salido este sábado con sus carrozas dirección la aldea de El Rocío, en Almonte. Primero la Hermandad Virgen del Rocío de La Caleta, entre las 8.00 y las 9.00 de la mañana y por la tarde, alrededor de las 18 horas, la Hermandad de Málaga, madrina de la primera, que la noche de antes de la partida le hizo entrega al Alcalde de Carreta de la Hermandad de la Caleta, José Antonio Martín, de un ramo de flores con una dedicatoria. Hay muy buena armonía entre las dos hermandades, en ese aspecto este año es mejor que otros, el tiempo no va a afectar a la convivencia ni a nada expresó Martín convencido de las buenas sensaciones que se presentaban por delante.

Unos cinco o seis días de trayecto al ritmo que marquen los tractores que tiran de las carretas y de los bueyes que mueven el Simpecado que irá tapado con un plástico durante todo el viaje, hasta llegar a Almonte. Unos días de romería que a veces, el que no está familiarizado con la devoción y pasión rociera, confunde con fiesta y jolgorio. Esa es la imagen que tenemos equivocada del Rocío. Seis días andando sin duchas, sin comodidades, sin cama... hay que tener una fe muy profunda para aguantar eso argumentó con el ceño fruncido Pedro Montes, Teniente de Hermano Mayor de la Hermandad de la Caleta.

Montes le ha visto el punto positivo a la lluvia: El agua tiene sus ventajas, porque asienta la arena y no levanta mucho polvo y esta no le empaña la ilusión: ¿desilusión? no, no, no... nosotros tenemos que tirar para adelante. Nosotros tenemos que llegar a la aldea del Rocío llueva, truene, haga viento, o calor. La gente joven que este año participa en el camino, que supone el 50% de la comitiva, ha heredado el fervor y pasión que levanta esta Virgen, no solo las ganas de cante, copas y fiesta que trae consigo la identidad de la romería; hay tiempo para todo como destacó Martín con mucha alegría por esta renovación generacional de la hermandad.

Francisco Jesús Morales es uno de esos jóvenes que participan este año. Es su primera vez, y va con su 'familia rociera', cómo él dice. Encara el camino con mucha ilusión, con ganas de vivir la experiencia, pero con respecto a la finalidad de su participación en la romería yo voy por lo que siento y lo que he sentido con la Virgen, algo que no se puede explicar. Esperanza Villarrubia es otra joven que encara el camino con bastantes ganas. Ella llevará sus vestidos de flamenca, aunque haya tenido que inundar su carroza con 14 ó 15 de ellos, ya que tiene que utilizar uno por la tarde y otro por la noche diferente, para cada día.

Villarrubia aseguró que no se suele cansar en exceso porque me dosifico bien. Sabe que hay de todo y por eso ves a mucha gente tremendamente cansada, porque vienen a lo que vienen. Pero, según ella, la devoción sigue estando en muchos peregrinos yo llevo 21 años haciéndolo, los 21 que tengo.