Dos presos escapan de una cárcel de EE UU tras hacer un agujero con un cepillo de dientes

No se sabe cuánto tiempo necesitaron John Garza, de 37 años, y Arley Nemo, de 43, para abrir un boquete en la pared con la herramienta de «fabricación primitiva» que idearon con un cepillo de dientes y un objeto metálico. La primera alerta sobre su desaparición se dio el lunes a última hora de la tarde, sobre las 19.00, durante un recuento rutinario en la prisión. Pero para entonces los dos hombres, acusados de delitos menores, habían salido ya por el agujero y habían escalado el muro que rodea la cárcel. Ninguna alarma saltó tampoco entonces, lo que pone en entredicho la seguridad del centro penitenciario. Las propias autoridades han reconocido que la vigilancia falló en varios puntos.

La Policía recurrió a la colaboración vecinal para dar con los prófugos que, a pesar de la habilidad que demostraron en su huida, no resultaron tan astutos a la hora de que se les perdiera el rastro. Y el llamamiento funcionó porque el martes por la mañana fueron hallados en un local de House of pancakes en Hampton, a unos quince minutos en coche de Newport News, tras el aviso de unos comensales. «Estoy agradecido por los ciudadanos que observaron a Garza y ​​Nemo en el Ihop y lo notificaron», comentó el alguacil Gabe Morgan. «Esto ratifica la importancia de nuestro mensaje a la ciudadanía: si ven algo sospechoso, repórtenlo», recalcó.

Uno de los reclusos, Garza, residía precisamente en Hampton y está acusado de desacato a tribunales y violación de la libertad vigilada. Su compañero de fuga, Nemo, era vecino de Gloucester y sobre él pesan los cargos de fraude con tarjeta de crédito, falsificación de documentos, robo y también violación de libertad vigilada. Y al historial delictivo de ambos habrá que añadir ahora su huida de prisión. La Policía continúa aún con la investigación de lo ocurrido y estudia con un equipo de ingenieros cómo evitar que vuelva a suceder un episodio similar.

Ampliar

La fracasada fuga de Garza y Nemo, sin embargo, no ha sido de las más espectaculares ya que en ese ranking aparecen otras como la de Choi Gap-Bok, un exprofesor de yoga de Corea del Sur que bañó su cuerpo en aceite y se coló por el agujero de la celda por donde le entregaban la comida. Michel Vajour, por ejemplo, está entre los reclusos que más veces se han escapado en la vecina Francia y no de cualquier manera porque en 1986 lo hizo en un helicóptero pilotado por su mujer. El Chapo Guzmán es otro de los destacados en esta lista, con dos huidas: la primera en un carrito de lavandería y la segunda a través de un túnel de más de 1,5 kilómetros.