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cristina pinto
Viernes, 20 de agosto 2021
Mientras que en la mayoría de locales del Centro de Málaga suenan las canciones de J. Balvin, C. Tangana o los últimos artistas y temas ... de moda del reggaeton, hay otros que tienen un sonido diferente. Iniciando calle Beatas, cada vez que se abre la puerta, un leve compás aparece para hacer una llamada a los más flamencos. Todo el que quiere pasar una noche con mucho taconeo y compás pasa por allí para ver si tienen sitio: Señorío se llama la primera parada obligada para los más rumberos del Centro de la ciudad.
Es una semana especial la que se viviría en la ciudad si no fuese por la crisis del Covid-19. La Feria de Málaga sería la gran protagonista y las sevillanas y rumbas pondrían la banda sonora. No hay feria, pero sí farolillos y flamenco en este local. Sobre las 23.30 horas de la noche del jueves, las puertas de Señorío se rodeaban de gente deseosa de entrar, algunos clientes habituales y otros que llegan por recomendaciones.
En el interior de este local flamenco, los grupos se ubican por mesas y en una de ellas estaba una pandilla de madrileños llevados por su amigo malagueño Jesús: Begoña, Isma, José y Natalia. «Llevamos casi cuatro días seguidos viniendo aquí», aseguraban. Begoña no dejaba de tocar las palmas mientras confesaba que le gusta mucho esa música. «Me encanta el flamenco y habíamos escuchado que este era un sitio grande de Málaga para venir, por eso estamos aquí», señalaba. Mientras tanto, su amigo Isma, sentado al lado de ella, recordaba la fecha: «Venimos todos los años varias veces y una de ellas es en feria. Hubiese feria o no, este año teníamos pensado venir esta semana para disfrutar».
Casi llegando al final de Señorío, mientras de fondo se escuchaba 'Amor de San Juan' de Niña Pastori, un grupo de clientas habituales se miraban cómplices mientras tomaban una copa. De Jaén, Córdoba y Almería. «De Aguilar de la Frontera, que conste que somos de pueblo», apuntaba Censi al decir de dónde era cada una. A su lado, sus dos amigas Inma y Aida. Llevan varios años trabajando y viviendo en Málaga y Señorío es su sitio de confianza. «Solemos venir aquí mucho. Lo conocíamos de antes de la pandemia y ahora nos sigue gustando. La música flamenca es muy buena aquí», reconocía este grupo. «¿Y qué tal llevan que no se celebre la feria?». Al escuchar esta pregunta, Inma soltaba un suspiro y, acto seguido, decía: «Uy, la feria es la más grande. Es la semana más grande de España».
Siguiendo la ruta flamenca del Centro en plena semana de 'no feria' de agosto hay otra parada obligada. El camino sigue por calle Beatas pero, al llegar a la altura de calle Ramón Franquelo hay que girar y ya la entrada del local lo dice todo. La gran imagen de la Virgen del Rocío en la puerta de Amargo confirma que es un local diferente a los demás. A las puertas estaba el dueño, José Carlos Sabastro, que, casi llegando a las doce y media de la noche, sigue organizando a los clientes para poder adjudicarles una mesa en su establecimiento. «Lo que pasa es que no nos dejan hacer música en directo, nos dicen que podemos sacar autorización pero al final es lo mismo, nos dan mucha caña con la música en directo», lamentaba el empresario.
Al entrar a Amargo, la sonrisa de Vanesa Bravo se suma a los ritmos rumberos y flamencos de la música que pone la sala. «Es que el flamenco es especial y este sitio es especial. Yo echo de menos la feria pero la antigua, la que había hace muchos años en el Centro, esa sí que era la buena, no la de ahora... Aquí vengo siempre que puedo, hay siempre buen ambiente y para mí es como un bar familiar y de amigos», reconocía la malagueña junto a sus amigos. Entre cuadros de Antonio Montiel, Pepe Palma y Andrés Mérida, entre otros artistas que llenan las paredes de Amargo, estaba un grupo de canarios que había reservado justo esta semana para sus vacaciones en Málaga. «Pensábamos que la feria se iba a celebrar y veníamos vacunados y preparados, pero bueno, disfrutamos como nos dejan y este sitio nos lo habían recomendado», comentaba Pepe.
El ambiente flamenco está en estos locales nocturnos malagueños haya feria o no. Pasar una noche al compás de las palmas y el taconeo puede ser posible en el Centro. Aunque José Carlos Sabastro hacía un apunte: «La cosa es que tenemos poca ayuda, este tipo de locales es la cultura que nosotros exportamos fuera y deberíamos estar protegidos, no perseguidos».
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