La digitalización, una estrategia clave para la supervivencia
El impulso a la robótica, la inteligencia artificial y el 'big data' se postulan como recursos para reducir costes en las empresas a largo plazo
La inflación y la escasez de materias primas está repercutiendo a empresas de todos los niveles y sectores. La subida de costes implica diferentes decisiones ... en las compañías: reducir márgenes empresariales a costa de no incrementar los precios al consumidor final es la premisa con la que cuentan muchas firmas, aunque la prolongación de esta situación hace que se redefina la estrategia. De esta forma, en el corto plazo la situación lleva a replantearse una subida de precios, sin olvidar una pieza clave: la digitalización. Según explica Rafael Romero, director de Abante Asesores en Málaga, los recursos tecnológicos permitirán reducir costes en el largo plazo. «Es una estrategia de calidad para las compañías. Digitalizar todos los procesos productivos permite seguir siendo competitivos a nivel de precios».
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Para intentar mantener los márgenes empresariales, es necesario que los costes sean menores que el impacto de la inflación, por lo que entra en juego el precio de la electricidad, el combustible o la negociación salarial, según indica Romero, que aconseja un aumento de precios: «Lo más potente es la capacidad que tenga una empresa para subir los precios de sus productos y servicios, para que el aumento de los gastos no erosione sus márgenes de beneficio».
En este sentido, recalca el poder de fijación de precios, que dependerá de la compañía en cuestión. «Aquí entra en juego la competitividad de las empresas y de sus elementos diferenciadores. Si ofrecen un producto de calidad, distintivo, podrán gestionar mejor una subida de los precios finales».
A nivel estratégico, las empresas deben trabajar la capacidad de soportar la subida de precios
Así, el director de Abante Asesores indica que cada compañía «tiene un sesgo distintos», ya que la inflación empieza a ser «más estructural que temporal» con el paso del tiempo. «Las previsiones son que a final de año se haya reducido, y se incline más hacia la zona del 2%, que sería lo razonable. Es probable que no desaparezca, tras un periodo de diez años sin apenas inflación».
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Por ello, Romero explica que, a nivel estratégico, las empresas deben trabajar la capacidad de soportar la subida de precios. «A corto plazo tienen que manejar la subida de costes de materia prima y de energía, pero a largo plazo hay que visionar una estrategia empresarial que permita trasladar parte de esa subida a los precios y servicios, ya que los márgenes tenderán a estrecharse en un momento de inflación».
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