Sin Alonso no hay fiesta
La ausencia del asturiano en Australia hizo perder mucho seguimiento de la carrera en España, pero apunta a Malasia
david sáncez de castro
Lunes, 16 de marzo 2015, 20:53
Tras ver el resultado de McLaren en el Gran Premio de Australia, no pocos aficionados afirmaron con cierta sorna que, total, para lo que iba ... a hacer Fernando Alonso, mejor que se quedase en casa. Lo cierto es que el piloto asturiano se hubiera cambiado con gusto por cualquiera de los que estuvieron en el paddock de Melbourne sin pensárselo un instante, aunque fuera para quedar último a demasiada distancia de los Mercedes. Alonso está afrontando con paciencia y resignación esta baja voluntaria de la que espera salir dentro de muy poco. De hecho y, pese a los rumores que apuntaban a una visita médica de la FIA, el asturiano está llevando su particular segunda pretemporada con total normalidad y pasará los pertinentes reconocimientos médicos que cualquier otro piloto debe soportar antes de cada gran premio. No se le tratará de manera especial por el accidente sufrido en Montmeló, ni nada similar.
No sólo McLaren le echó de menos en el MP4/30. El público español también dio la espalda a esta Fórmula 1 sometida a la dictadura de Mercedes, como se nota con la fuerte caída de audiencia que tuvo Antena 3 con respecto a la misma prueba de 2014. El equipo capitaneado por Antonio Lobato sufrió la Alonsodependencia, entre otros factores, del público español: sin el asturiano se perdieron más de un millón de espectadores en comparación a la cita del año pasado. Además del mayor asentamiento de Movistar TV, que poco a poco ha ido captando más afiliados, y que la carrera se disputó una hora antes, lo cierto es que muchos aficionados prefirieron ver la prueba australiana en la redifusión a media mañana o directamente no verla. Ni el noveno puesto conseguido por Carlos Sainz o la posibilidad de que Mercedes no aplastara como lo hizo animó al aficionado medio español a levantarse -o trasnochar- el domingo para presenciar la primera carrera del Mundial.
La presencia de Alonso en Malasia está prácticamente asegurada, aunque visto lo visto, cualquier cosa puede suceder. El oscurantismo con el que se ha llevado todo el asunto impide poner la mano en el fuego al cien por cien. Eric Boullier, jefe del equipo McLaren, quiso desmentir en El País que hayan ocultado nada, o que haya algún tipo de información que no se haya hecho pública, pero lo cierto es que las sospechas y el run run siguen muy presentes en el paddock. Ya no por el hecho de que el equipo haya mentido sobre las causas del suceso, sino porque existe la certeza de que no se va a conocer nunca todo lo que realmente pasó el 22 de febrero de 2015.
«Yo estuve con él en el hospital cada día, hablando con los doctores, y fuimos completamente transparentes con el entorno de Fernando. Queremos lo mejor para él. Yo mismo coordiné la investigación que se puso en marcha en Woking y todo se ha hecho con total transparencia con la FIA», afirma el dirigente francés, que además apoya la idea de que Alonso está como un león enjaulado: «Si se pasa más días en casa se volverá loco. Tenemos que traerle de vuelta ya, pero no está en nuestras manos».
Eso es, precisamente, lo que más desea la afición española. Ver a Alonso en pista convertirá Malasia en una cita imprescindible para los fans a la Fórmula 1 en general o sólo al piloto ovetense en particular. Aunque sea para llevar el coche hasta la meta en última posición.
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