Manu Díaz, el único malagueño en Asobal

Dio sus primeros pasos en el Colegio Puertosol, se marchó de casa a los 17 años y debutó en la élite con 19 en el Ángel Ximénez, club al que regresa la próxima campaña

marina rivas

Martes, 7 de julio 2020, 00:59

Tiene un buen cóctel de ingredientes para triunfar en la élite, y por ahora, no va por mal camino. Manu Díaz siempre ha sido un joven inquieto; incluso un poco osado o 'cabeza loca', como él mismo se definía en sus inicios. Pero si no se hubiera arriesgado a salir de casa con 17 años para perseguir su sueño, no se habría convertido en lo que es hoy. A sus 23 años (cumple 24 en septiembre) y 1,83 de altura es el único malagueño militando actualmente en la Liga Asobal, la élite masculina del balonmano en España. Y la cuestión es que no debutará ahora, ya lo hizo en 2016, con sólo 19 años y recién fichado por el Ángel Ximénez de Puente Genil, al que regresa la próxima campaña. «Tengo muchas ganas de empezar. Que hayan vuelto a apostar por mí me enorgullece, y me queda cerca de casa, que ya me tocaba. Llego con más experiencia que cuando fiché por primera vez con 19 años, así que creo que se va a notar que voy a aportar mucho más», se sincera.

En su casa siempre fueron muy de balonmano. Su primo-hermano Darío Mata, exjugador del Club de Antequera, que sufrió un paro cardíaco en las pistas y pasó a ejercer labores técnicas en la entidad, llegó incluso a ser su rival en competición. Díaz, sin embargo, tuvo sus dudas de inicio, porque mientras que jugaba en el Colegio Puertosol, también se defendía bastante bien con el balón de fútbol. «De pequeño no pensaba en ser jugador de balonmano. Yo era un cabecilla loca, me gustaba el fútbol, jugué hasta cadete, (15 años) Estuve en la cantera del Málaga, jugaba de central. Pero compaginaba ambos deportes y llegó un momento en el que tuve que decidir. Ahora hago lo que me gusta, puedo vivir de ello», se sincera.

A los 17, comenzó a ganar su primer sueldo de jugador, en el Torrelavega cántabro de la División de Honor Plata. A la par, proseguía con sus estudios de bachillerato, más adelante completó el TAFAD y ahora se debate entre comenzar Educación (para la especialidad de Educación Física) o estudiar un Grado Superior relacionado con el deporte. De aquel conjunto se marchó al Antequera y tras un gran año cerca de casa, recibió su primera oferta de Asobal, con el club de Puente Genil. Era joven y no obtuvo todo el protagonismo deseado, aunque fue una gran primera toma de contacto con la élite. Regresó a Plata con el Alarcos de Ciudad Real, donde creció las dos últimas temporadas y media. Destacando por una gran agilidad, un potente tiro con la zurda -un valor añadido- y gran capacidad goleadora: 99, 81, y 44 goles ha anotado en las tres últimas campañas.

Europa

La bajada en la cifra anotadora de esta última temporada tiene una explicación sencilla. El pasado enero, regresó a la Asobal para estrenarse con el Liberbank Cuenca. «Jugué sólo siete partidos, porque pasó lo que pasó, pero gustó mucho la experiencia en el poco tiempo que estuve, pude cumplir la meta de debutar en Europa (en la EHF Cup)». Entonces ya era el único malagueño en la máxima categoría, pero nunca antes se lo había planteado. «La verdad es que hasta ahora mismo no me había parado a pensarlo, sé que Nacho Moya está en la Primera de Grecia y ya el resto están en Plata. La verdad que es un orgullo ser el único, tendré que hacer un buen papel», bromea. Ahora que ha ganado en madurez y experiencia y le sobran ganas para seguir creciendo entre los mejores, sólo le queda un objetivo idílico en el aire: ser internacional con España.