Ana Moncada comienza una nueva etapa
La regatista malagueña, campeona de España sub-21 y plata sénior, pasa a la categoría absoluta con el punto de mira en los Juegos de París
Ha sido una de las malagueñas que este año ha podido acariciar el billete para los Juegos. Se quedó a las puertas de Tokio en ... la prueba de clasificación de su disciplina, peleando contra algunas de las mejores del mundo y pese a su temprana edad. Tiene 20 años y no deja de ser una de las grandes promesas nacionales en vela, concretamente en la modalidad ILCA 6 o lo que antes se conocía como Láser Radial. La malagueña Ana Moncada puso fin a su temporada la pasada semana y lo hizo con dos nuevos podios en el Campeonato de España celebrado en Barcelona: fue campeona en edad sub-21 y subcampeona absoluta, tras la olímpica Cristina Pujol. Una gran forma de poner colofón a la campaña más exigente y, sobre todo, a su etapa en categorías inferiores.
A partir del próximo curso, la joven malagueña, residente en Barcelona, donde se entrena y estudia Publicidad y Relaciones Públicas, pasará a ser oficialmente sénior. Un salto de nivel para el que ya se está preparando. «Ahora se va a notar mucho el salto a sénior. Hay muchísimo más nivel. No tiene nada que ver con las categorías juveniles, pero al final cambios como tal no voy a hacer. Hay que seguir entrenando cada día, no hay más secretos. Eso además de la preparación física y demás, porque mi barco es muy físico. Necesito fuerza y resistencia para que vaya rápido», afirma.
Será duro, pero una de sus mayores bazas siempre ha sido su mentalidad, inconformista y segura de sí misma: «Creo que si continuo con mi progresión voy a poder estar ahí arriba». Especialmente porque sólo quedan tres años para los Juegos de París 2024, su verdadera meta, y la clasificación del equipo español para la cita está ya a la vuelta de la esquina (en marzo-abril de 2022).
Presión añadida
Otra de las características de Moncada es su sinceridad, y por ello, asegura que este último no ha sido su mejor año y que la presión por intentar llegar a Tokio, pese a que por edad no tenía por qué aspirar a ellos, la afectó más de lo esperado: «Yo la presión siempre la gestiono bien, pero creo que en la regata clasificatoria para los Juegos me puse más nerviosa de la cuenta. No suelo ponerme nerviosa. No suelo fallar por el aspecto mental, pero ahí creo que me puse más presión de la que debería haberme puesto». «Este año ha sido difícil por la presión de haber podido ir a los Juegos, de tener que clasificarme… –añade–. Al final no era mi objetivo principal. Seguía siendo juvenil. Para mi estos Juegos iban a ser une experiencia, pero no mi objetivo».
Esa frustración por querer dar siempre la talla hizo mella en las competiciones en las que sí quería salir en la foto: «Mi meta era hacerlo lo mejor posible en mis últimos campeonatos juveniles, y al final no hice podio en ninguno… En el Europeo de principios de verano quedé séptima y luego en el Mundial, cuarta. No está mal, pero me quedé con la espinita de hacer podio». Ahora quiere trabajar para recuperar aquella versión de 2019 que asombró al mundo con su talento. Un año en el que fue campeona de España absoluta, oro europeo juvenil y sub-21 y subcampeona mundial juvenil. Toca resetear, descansar unos días, y comenzar firme su nueva etapa.
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