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JOSÉ MIGUEL MORALES JOSÉ MIGUEL MORALES
Jueves, 29 de diciembre 2016, 00:48
Sin lugar a dudas, el carrete es el núcleo sobre el que articulamos el resto del equipo para la práctica de la pesca. Es además, el elemento sobre el que se debe prestar mayor atención en su mantenimiento si se quiere lograr un rendimiento fiable de forma continuada, sea cual sea la modalidad de pesca que practique (desde embarcación, playa o agua dulce).
No obstante, un cuidado periódico del carrete, no sólo garantizará un considerable aumento de su vida útil, sino lo que es más importante aún, la garantía necesaria de que llegado el día en el que tengamos enganchado al pescado de nuestra vida, no nos abandone en un momento de tan elevada exigencia.
El carrete tiene un poderoso enemigo en el agua salada, la cual actúa como un importante corrosivo de los elementos que lo componen. La arena, el sílice y las sales marinas, son factores que inciden de manera muy negativa del carrete de pesca, destruyendo todos sus componentes a medio y largo plazo.
Antes de desmontarlo
Para mantener en revista a este fiel aliado, debemos seguir una serie de pautas. En primer lugar, si nos consideramos unos 'manazas' lo más recomendable es enviar nuestro carrete al servicio técnico o a alguna tienda de pesca que ofrezca este servicio, al menos anualmente. Si nos atrevemos a hacerlo por nosotros mismos, es muy importante que sigamos un orden de desmontaje muy estricto, que después realizaremos a la inversa. Para garantizar un correcto montaje, hay que tener en cuenta lo siguiente: Disponer de una mesa amplia y despejada, en la que ir depositando todas las piezas; apuntar en un papel los pasos más destacados y actuar con calma, colocar las piezas en la mesa en el mismo orden en el que las hemos ido desmontando, y por último, disponer de un destornillador, un pincel o una brocha fina, un trozo de paño suave y un bote de aceite con punta fina.
La limpieza
En primer lugar, hemos de tener en cuenta que mojar el carrete no es una buena opción como medida de limpieza o mantenimiento, en especial si es a alta presión, el motivo es sencillo, esta presión puede empujar cualquier resto situado en el exterior (sal, arena, polvo...) hacia el interior del carrete. Así pues, antes de comenzar a limpiar nuestro carrete, debemos quitar la arena o cualquier resto con una brocha fina, para acto seguido, limpiar con nuestro paño y un poco de aceite todo el cuerpo o estructura exterior y las piezas que hemos desmontado, (tapón de freno delantero, bobina y manivela).
El segundo paso, consiste en engrasar las zonas móviles del carrete, tales como la bobina, eje principal, el freno delantero, la manecilla y el guía hilos o 'pick-up'. Debemos prestar especial atención al guía hilos, ya que es la zona más conflictiva del carrete, ya que por ahí es por donde pasa el hilo mojado y por tanto donde mayores restos de salitre puede tener. Para su desmonte, usaremos un destornillador, quitando sus partes con gran precaución y siendo conscientes del orden de dichas piezas para su posterior montaje. Es importante no equivocarnos, grasa para los engranajes y aceite para los rodamientos.
En tercer lugar y, una vez terminado el proceso con el guía hilos, debemos echar varias gotas de aceite en el eje central del carrete, en torno al cual, se articula la bobina. Finalmente, nos resta limpiar y secar todo para evitar que la suciedad se adhiera a cualquiera de nuestras piezas antes de iniciar el montaje.
Una ayuda extra
Guardar un carrete húmedo es sinónimo de tirarlo a la basura. Para el mantenimiento del carrete, no debemos utilizar productos de limpieza para el hogar, ya que suelen contener sustancias abrasivas que perjudicarán seriamente todas las piezas. Para secar el carrete, lo ideal es dejarlo al aire libre, sin la acción directa del sol. Su almacenaje, debe realizarse con el freno al mínimo o incluso abierto, o lo que es lo mismo, a la mínima presión para alargar la vida de sus mecanismos. - A la hora de transportarlo, será menos perjudicial hacerlo mediante un portacarretes, de cara a evitar posibles golpes o caídas que puedan dañarlo. Un buen hábito es finalizar la jornada de pesca con un largo lance, e ir recogiendo el sedal con un trapo humedecido en agua dulce o vaselina neutra, así, conseguiremos eliminar gran parte del agua salada que pueda tener el hilo. - No debemos pasarnos con la grasa y el aceite, por cada rodamiento, una gota de aceite, será más que suficiente. ¿Cada cuánto debemos efectuar una lubricación y engrase de nuestro carrete? No existe un tiempo determinado, si bien, es un proceso que hemos de hacer al menos una vez al semestre, o si por accidente el carrete cae en agua salada, tierra, o en cualquier medio no idóneo que nos haga pensar que puede tener restos en su interior.
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