

Secciones
Servicios
Destacamos
El Torre del Mar quiere seguir la estela del Vélez y dar entrada a capital extranjero. Tras el histórico ascenso a Tercera RFEF, su siguiente paso es convertirse en un club profesional y dejar atrás la estructura con la que inició este proyecto en la última categoría regional. Para eso abre las puertas al inversor paraguayo Francisco Ocampo y se encuentra en plena negociación para transformarse en sociedad anónima deportiva (SAD), donde Ocampo pasará a ser el máximo accionista.
De forma paralela se aumenta el presupuesto desde ya para reforzar la plantilla y asegurar la permanencia en la categoría, algo fundamental para la apuesta del nuevo inversor. El empresario Francisco Ocampo, que cuenta con experiencia en el mundo del fútbol en su país, ha accedido al organigrama del club junto a su hijo, Gonzalo Ocampo, tras aportar una fuerte inyección económica «de al menos cinco cifras», resumen fuentes de la negociación con reservas por el acuerdo de confidencialidad firmado.
También han firmado cláusulas en caso de que Ocampo no cumpla con la inversión pactada en el futuro, aseguran. Los primeros pasos han sido aumentar levemente el presupuesto en fichajes (han llegado cinco jugadores) e impulsar otras iniciativas con las que profesionalizar el club en los próximos meses como la creación de un departamento de márketing, la contratación de más técnicos y mejoras en el mobiliario.
En cuanto a nuevos jugadores, la cercanía con el cierre del mercado ha frenado la contratación de efectivos de categorías superiores, aunque los cambios más importantes se esperan para la siguiente campaña, para pertrechar un proyecto que opte al ascenso y donde la dinámica de trabajo sea más profesional aún. Es decir, que los jugadores puedan optar a dedicarse únicamente al fútbol (ahora la mayoría tienen otro trabajo).
Por el momento se respetará gran parte del trabajo realizado en el equipo desde principio de temporada a cargo del entrenador, Alfonso Vera, y el director deportivo, Fernando Moreno. También siguen al frente de la directiva el presidente, Manuel Rincón, y el vicepresidente, Carlos Checa, que adoptaran otro rol con la conversión en SAD. Ellos, que han llevado el club en el último lustro, confían ahora en Francisco Ocampo para pasar a un siguiente nivel.
«Llevamos trabajando desde el pasado mayo en la profesionalización del club y hemos hablando con muchos inversores distintos. Estamos muy contentos de la llegada de un profesional del fútbol como Francisco Ocampo. Estoy contento y emocionado porque es un gran paso, el que necesitamos. Pienso que hemos dado con gente seria y están cumpliendo con lo que han dicho», explica Rincón. Por su parte, Checa piensa que es «la única fórmula para seguir creciendo., con las cuentas que manejábamos es imposible subir de categoría».
«Este paso se da para conseguir nuevos retos. Mi idea es continuar en el club y ellos quieren que sigamos por nuestra experiencia y por respetar el arraigo social. El acuerdo es para hacer crecer el club en los próximos 3 y 5 años», añade. En este sentido, el nuevo inversor ya se ha reunido con las autoridades locales para mostrar las líneas maestras de su proyecto y exponer sus necesidades, entre ellas la renovación del césped del estadio Juan Manuel Azuaga y las luces.
Les toca a la entidad y al propio Ocampo presentar su plan en sociedad y disipar la incertidumbre natural que se genera en situaciones así, con la llegada de capital extranjero que cada vez es más familiar en Málaga por los ejemplos del Vélez, con propiedad sueca, y el Antequera, al que puede llegar capital holandés. En cuanto a la biografía de Francisco Ocampo destaca su popularidad en el fútbol de Paraguay. Estuvo ligado al club Tacuary durante casi 30 años y llegó a ser presidente y entrenador a la vez llevando al equipo a jugar la Copa Libertadores en 2005 y 2007.
Es una figura multifacética que se dio a conocer también como agente de jugadores por Europa. En su historial está el asesoramiento al paraguayo ex del Málaga Roque Santa Cruz en el traspaso al Bayern Múnich. Precisamente la representación de futbolistas ha sido su vínculo al fútbol en los últimos años, donde ha trabajado junto a la empresa Gestifute, del destacado representante Jorge Mendes.
Pero también basa su solvencia económica en empresas inmobiliarias en Paraguay y Portugal. Más de una década después vuelve a embarcarse en la gestión de un club. En el entorno del Torre del Mar se vive con expectación esta época de cambios y se relaciona con el ejemplo del Vélez, que desde que fue comprado por inversores extranjeros han profesionalizado el club y aspiran al ascenso a Primera RFEF. El modelo de negocio que persiguen ahora es crear un filial en el que formar jugadores y que sirva como Academia para exportar futbolistas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.