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JOSÉ MANUEL CORTIZAS
Martes, 12 de septiembre 2017, 00:28
Por mucho que el 'scouting' advierta de que Alemania es un equipo compacto, con buenas individualidades y una capacidad casi desconocida para voltear los partidos cuando suena el 'run and shoot' (correr y tirar), España sigue siendo la clara favorita en la pugna de esta tarde (17.45 horas, Cuatro) por una plaza en las semifinales del Eurobasket. Sirve de preaviso que los de Chris Fleming azotaron el ego de Francia, pero es el mismo 'roster' que en la fase de grupos cayó contra pronóstico con la débil Israel y fue casi apalizado por Lituania (72-89). Agua pasada no mueve molino, es consigna válida para ambos combinados que saben, porque cierto es, que con la cercanía del medallero nada se puede dar por hecho y los antecedentes menguan en su valor.
Los de Scariolo ondean su condición de invictos en señal de exigencia de respeto. Como si el planeta basket, concentrado ahora en formato continental, no supiera de lo que son capaces los defensores del título. Su credibilidad, relativizada por la escasa oposición sufrida en la primera fase disputada en Rumanía, recuperó su cotización alcista el domingo al saber frenar a una Turquía transformada por el brutal ambiente favorable en el Sinan Erdem. Cuando un visitante sale indemne de tal infierno su coraza multiplica la resistencia a cualquier agresión externa.
Quizá, por ponerle algo de pimienta a este cruce de cuartos, Alemania sea efectivamente un equipo lo subastante distinto al resto como para hacer dudar a España o llevarla a un terreno hasta ahora inexplorado sobre el parqué. Gestado en la contradicción, combina la dependencia de Dennis Schroeder con fases en las que cada uno de los presentes sobre el parqué activa su licencia 007. El base de los Hawks fue definido por el seleccionador de España como «indefendible». Más allá de superar la veintena de anotación es remarcable que él solito se zampa el 40 por ciento de los tiros de campo de Alemania.
Una pena que en la misión comprometida por evitar que su aportación vaya esta tarde más allá España no pueda contar con Llull, que le tenía tomadas las medidas. Pero si los de Scariolo se limitan a pensar en quien ha firmado la renovación en Atlanta con 70 millones de dólares como otras tantas razones, van servidos. Porque la opción B de los entrenados por Fleming habla mucho del sello norteamericano del técnico y del corte de juego que se estila en la Bundesliga desde hace años. El campeonato germano lleva dos décadas mirando al otro lado del Atlántico de donde ha absorbido el concepto de espectáculo en sus producciones y esa anarquía ordenada que supone carecer de prejuicios para jugarse un triple. Correr y tirar es la consigna y por momentos el espacio aéreo queda iluminado con la trayectoria de los intentos de triples remitidos desde cualquier posición y postura. Huelga decir que si en uno de sus espasmos da con la tecla de la puntería puede convertirse en la pesadilla de cualquier prójimo, también de España.
En la plantilla alemana hay espacio para otros dos apuntes NBA, ambos de reciente adquisición. Theis se integrará en la franquicia de los Celtics de Boston y lo hará mejorando su cartel en este Eurobasket. Puntos, potencia y un póster para el recuerdo, el que le firmó a Diaw en octavos con un mate 'in your face' (en tu cara) de los que dejan el ego a la altura de los cordones de las zapatillas. El otro se está labrando su futuro, pero debutó con 17 años en la liga teutona y la pasada campaña ya fue reclutado por el Zalgiris de Jasikevicius. Ahora tiene 19 primaveras y ha sido escogido en el puesto 43 del Draft por los Rockets. Alemania tiene medias de 2 metros y 25 años en su roster.
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