Fran Perea comienza el viaje en casa

Tras ocho años sin dar señales de vida en su faceta musical, el malagueño regresó oficialmente anoche a los escenarios. Quería «empezar el viaje en casa», como debe ser. Y con la comodidad de un público familiar echó a andar la gira de 'Viaja la palabra', el cuarto trabajo de Perea, en el que le canta a sus miedos y fantasmas de la madurez.

Pero primero, la celebración de 'Mi voz', el séptimo corte del álbum, en el que colabora el violinista Ara Malikian. El tema que abrió la velada es una reafirmación del Fran Perea cantante, que ha confesado en alguna entrevista previa que al fin ha podido cantar con su voz natural, bastante grave, sin verse obligado a subir el tono.

Sobre las tablas, Perea parece estar, ante todo, orgulloso de lo que es y lo que ha conseguido antes de los 40, que cumplirá en unos días. Por eso, aunque el proyecto 'Viaja la palabra' –que se completa también con un libro homónimo– fuese el protagonista anoche, no renunció a su repertorio anterior, aquel que arrancó en 2003 con 'Los Serrano' y el disco que salió a rebufo del éxito de la serie, 'La chica de la habitación de al lado'. Y por eso también ha embarcado en su 'viaje' a Víctor Elías, compañero de reparto en la serie –interpretaba a su hermano Guille– y que ayer gran parte del público descubrió además como un talentoso pianista.

A las habilidades de Fran Perea como intérprete y narrador del 'viaje' que iba haciendo por sus canciones se unieron, en un lateral del escenario, dos ilustradores que convertían en dibujos y palabras cada canción del repertorio. En 'Frente a frente' plasmaron con dos rostros la conversación que Perea tiene cada día con «el tipo» que se encuentra «cada día al mirar en el espejo». El ejercicio de autoconocimiento del cantante continuó con 'Destejiéndome', en la que ya el público se arrancó a acompañar con palmas. Así Perea iba soltando el miedo escénico, y se le notó en el marcado acento malagueño con el que cantó 'Carnava'. Estaba cómodo entre conocidos. 'La chica de la habitación de al lado' y 'Punto y aparte', canciones que dan nombre a sus dos primeros discos, sonaron seguidas y justo antes de 'Caballito de mar', que en el disco canta con Rozalén. Esta composición salió de una «crisis creativa» que ya había sufrido en 2012 y de la que quiso «huir p'alante».

De la delicadeza de 'Caballito de mar' a la honestidad de 'Canción del guerrero', en la que Perea canta a sus enemigos: «Soy un guerrero al que no le gusta luchar, un arquero que prefiere no apuntar». Para el final dejó 'Souvenir', compuesta para la obra de teatro que dirigió, y la nostálgica 'Boquerón'. «Cuando llegué a Madrid me imaginaba la línea del mar en el horizonte», explicó. En los bises se produjo otro 'flashback' al sonar 'Uno más uno son siete', sintonía de la serie que le catapultó a la fama. «Nunca imaginé que la tocaría con mi 'hermanito'» dijo en referencia a Elías.