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La música de Kany García deja a Fuengirola «fuera de servicio»
La cita de Marenostrum con la artista puertorriqueña conquista a un público que proclama sus temas como ley de vida
La que lió nada más llegar solo lo sabe quien estuvo allí. Justo por la parte derecha del escenario llegaba entre guardaespaldas -al puro estilo ... de estrella musical de película- para cantarle a Fuengirola a unos cuarenta metros sobre el nivel del mar. La loma de la fortaleza árabe acogió anoche la primera conquista de la artista Kany García, que eligió un lema de vida, de esos que se cantan, para dar sus primeras pisadas sobre las tablas del escenario del Castillo Sohail. Lo hizo sin pensar. Con la intimidad entre acordes, una voz inundable y un aspecto de titanio que se ganó al público nada más empezar a cantar su 'Vida buena'. El millar de asistentes que permanecía sentado en el público también se unió al baile de la artista que tras 15 años de carrera le cantó por primera vez a Málaga con uno de sus consejos cantados: «Yo quiero vivir una vida buena, un traguito de ron de almuerzo y de cena, si me lleva el diablo, que valga la pena, así voy a vivir y así quiero morir».
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Las lentejuelas del mono negro que llevaba la caribeña se unieron a la fiesta desde el primer acorde, cuando su amor por tierras españolas se tomó forma como una confesión sin precedentes. Lo de que su familia paterna sea de Murcia ya es otro tema. Para Kany García, España siempre ha sido «casa», tal y como declaraba a SUR días antes de este concierto, pero su gente y las similitudes con su país de origen también tiene mucho que ver. «Después de más de una década de experiencia, cuando voy a una ciudad por primera vez siempre tengo una cosa clara: quiero que la gente salga loca de aquí, que este sea un espacio donde me suba sin tener encima el celular y estemos todos fuera de servicio», reconoció la artista consiguiendo que más de uno guardase el móvil donde pillase.
Y así, 'Fuera de servicio' llegó entre focos azules y un público con sed de su música para plantear sobre la colina una comunidad llena de intimidad. Justo de lo que va su nuevo álbum 'García', estrenado hace un mes y apoderado de los auriculares de entre los más de 12 millones de oyentes que la artista tiene en plataformas digitales. «Me encanta este tipo de gente, no había un mes más bonito que julio para venir aquí y poder cantar con ustedes que aún hay una necesidad muy grande de hacer justicia con razones tan absurdas como la orientación sexual y lo digo yo que estoy enamorada de una maravillosa mujer», reflexionó Kany García con los siete colores del arcoíris saliendo de su verdad.
Cómplices, a sus pies
En un abrazo a sí misma, la puertorriqueña trajo una 'Historia repetida' a la pista para contar eso mismo, lo que ella siempre creyó que solo vivía ella hasta que se percató de que son muchas más personas las que viven historias de esas que «te rompen el corazón» en su día a día. Pero si algo unió a la artista con su público fue las conversaciones entre canción y canción que hizo del castillo una declaración de intenciones de quienes cantaban sus temas. Eduard fue uno de los que se llevó algunos de esos aplausos redundantes de la noche cuando la artista se percató que el fan venezolano de la primera fila había viajado hasta Fuengirola solo por verla. Lo que no quedó en un simple intercambio de palabras, sino con el joven en el escenario para abrazar a la artista y una promesa de bailar juntos que se cumpliría unas canciones después tras un largo viaje que, tal y como reconoció el joven entre lágrimas, mereció la pena.
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Reír y llorar. Llorar y reír. El intercambio de emociones con los temas elegidos por la artista para enamorar a Fuengirola dieron más de un beso comprometido. Abrazos entre el público y una Kany García con dientes afilados sacó a bailar a la que esa noche se convirtió en «su gente» con 'La malquerida', al tiempo que hizo de celestina para una pedida de matrimonio por parte de Isaac a su novia -en primerísima fila- y sacó los pañuelos de más de uno arrancádoles alguna que otra verdad con temas como 'Muero' o 'Confieso', temas que la cima de la fortaleza sobre el río Fuengirola cantó al unísono mientras la artista se dio el lujo de permanecer el silencio con la única luz de un foco de color rojo intenso. Una intensidad que sería la antesala de uno de los temas más conocidos de este nuevo álbum en el que las ganas delatan y la pasión cede paso a la imaginación bajo la voz de la de Puerto Rico. Así, al cierre de esta edición, 'En esta boca', mantenía al público de Fuengirola encendido, con los miedos achicados, miradas de fuego y las sillas desocupadas para llegar al hemisferio de la noche al ritmo de la bachata.
La noche siguió su curso con la declaración más personal de la artista, la que da nombre a su nuevo álbum, la «más íntima» de la artista, como ella misma explicó a este periódico, con la que puso sobre la mesa temas como la vulnerabilidad y la verdad de que «nunca se habla sin filtros de las inseguridades de un artista». Justo antes de dar paso al compromiso–nunca mejor dicho–del chico de primera fila que le había pedido matrimonio a su novia a los pies del escenario y que al final del concierto pudieron bailar 'Para siempre' sobre las tablas del escenario. «Cómo me gusta la gente de Fuengirola», precisó la artista antes de cantar los últimos temas con los que agradeció tanto baile, tanta verdad y tanta complicidad a un público que se desnudó sin quitarse la ropa con 'Agüita e coco', para enamorar, sin previo aviso, como dice la canción, a la artista. Como la propia Kany García cantó para cerrar la noche: el municipio costero le besó y el hechizo cumplió su función.
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