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La noche de los músicos bizarros

En plena noche de martes, la ciudad bailó a ritmo de blues en la sala Velvet Club

javier acedo

Miércoles, 14 de mayo 2014, 13:02

¡Señoras y señores, bienvenidos a la noche del rock y del blues bizarro! Una noche donde cuatro tipos con máscaras y casco de motorista harán que volvamos a tener fe en un género musical que, a simple vista, parece caduco.

Y todo ello dentro de la sala Velvet Club, lugar que está ayudando a que esta parcela desértica en lo musical llamada Málaga tenga como oasis propuestas tan frescas y atrevidas como las ofrecidas eneste concierto.

El aperitivo fue ofrecido por Pelomono y su jungla musical a base de rock and roll, blues, surf y psychobilly. Ataviados con sus famosas máscaras de primates y con invitado de lujo, un Juanillo Basuraenmascarado de diablo como gueststarring a las maracas, comenzaron a calentar el ambiente animandoa un público que se le veía, desde los primeros compases, con ganas de baile simiesco y desenfreno selvático.

El ritmo de las caderas iba in crescendo mientras el grupo iba soltando auténtica munición sonora en forma de canciones. Las cotas máximas para el desmelene fueron los momentos dedicados a temas como Waaaaght!, genial arranque a modo de tarjeta de presentación donde se engloba el sonido pelomono, el abrasivo blues Pink room o Sonido amazónico y su arabesco melódico, adictivo enganche que incitaba al baile.

Los ritmos selváticos cumplieron con creces su cometido, el dejarnos a punto de caramelo para lo que venía después, el plato fuerte.

Un plato grasiento, sucio y primitivo cocinado por Bob Log III, extravagante hombre orquesta vestido con mono de terciopelo y ocultando su rostro con un casco de motorista y ayudado de un auricular de teléfono como micrófono.

Su blues punk descacharrante, infeccioso y desaliñado hizo del público lo que quiso. Todos se entregaron a una fiesta de baile con ánimos de baile pogo en cuanto apretó el acelerador a través de su visión muy sui géneris del blues, gracias al uso de guitarras eléctricas, bombo y percusiones programadas.

Al bizarro Bob Log III se le veían las tablas como showman observando la entrega indiscutible del público hacia su música, creando un espontáneo feedback que llevó a momentos delirantes como la subida al escenario de dos chicas del público para que, sentadas en las piernas del artista, le acompañaran mientras tocabaI wantyourshitonmyleg o la elección musical en castellano macarrónico que ofreció al público en los bises, a elegir entre canción para fiesta o canción rápida.

Todo un freak que dio sentido completo a una noche de blues marciano, original y descarado

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