Gil de Gálvez: «La música de cámara española no tiene el espacio que merece en la historia universal»

En uno de los asientos del Hotel Vinci Posada del Patio –en el que a menudo ensaya–, acompañado de su inseparable violín, Gil de Gálvez atiende a SUR para valorar este paso, que en su humilde opinión es «el resultado del trabajo de años».

–¿Cómo ha sido el camino para ingresar en la academia?

–El proceso de entrada a la academia requiere de la invitación de diferentes miembros. Después la junta de gobierno revisa las candidaturas y envían invitaciones a quienes consideran de interés. No es un proceso fácil, ni sencillo, conozco a mucha gente que se ha quedado fuera. El valor que tiene es que haber llegado hasta aquí es el fruto del trabajo de muchísimos años, es la punta del iceberg de una de las patas de nuestro proyecto, que son muchas.

–¿Qué es lo que más destaca de ese proceso?

–Conseguir esto desde Málaga hacia el mundo. Yo he entrado en el capítulo de Grammy Internacional Nueva York pero no vivo allí. No vivir en el ámbito anglosajón y entrar en una academia de este tipo es muy complejo. Seguro que hay más españoles, pero en el ámbito de la música clásica no creo que seamos demasiados. El Grammy Internacional valora mucho a la música clásica dentro de las categorías de premios, por eso estamos muy felices por lo conseguido, aunque no deja de ser un paso más dentro de un largo camino en el que hay mucha gente detrás, todo un equipo.

–¿Cómo cambiará su vida a partir de este paso?

–Voy a seguir haciendo lo que he hecho y hago siempre: trabajar con constancia, perseverancia y con el máximo talento a nivel personal y con el equipo de trabajo. El cambio está en el crecimiento, al crecer tienes más posibilidades y recursos para dar visibilidad a lo que haces. Nosotros no trabajamos por el éxito, sencillamente estamos para la música. Este paso nos permite dar más visibilidad a ese proceso. Es un punto de inflexión, un eslabón más para seguir trabajando por la música de cámara española.

–¿Y qué implica ser miembro de la academia?

–Tengo una serie de derechos y obligaciones. Cada año podré votar en los premios y conocer los trabajos preseleccionados. Podré proponer trabajos para que sean valorados. La Academia de la Grabación, además de los premios y su promoción, tiene una estructura muy bonita y una fundación muy importante que hace mucho por la música, tiene una misión muy llamativa.

–¿Qué huella quiere dejar dentro de la academia?

–Pues la misma huella que queremos dejar con Concerto Málaga y la Fundación Hispania Música. Llevamos muchos años, décadas, trabajando por prestigiar lo nuestro. La música de cámara española no tiene el espacio que merece en la historia universal de la música. Yo busco que eso se normalice, que no sea una cuestión puntual. Lo más bonito de ser pionero en estas cosas es conseguir que sea una normalidad. Vemos que hay proyectos que nos siguen y hacen lo que nosotros, y eso me enorgullece. Para mí sería maravilloso que, igual que conseguimos una nominación al Latin Grammy con un disco de música de cámara, que eso se pueda ir viendo en el futuro en el Grammy Internacional.

–¿Está entonces mal escrita la historia de la música española?

–En la última centuria, la historia en su globalidad se ha escrito normalmente en clave anglosajona. Hay muchos momentos en los que parece que en España no ocurrió nada. Queremos seguir trabajando y poner eso en su sitio, y ahora podemos empezar a no hacer solo un trabajo para nuestra orquesta, también algo cooperativo para todos, aunar sinergias con gente que está en esto.

–¿Cómo influirá en vuestra labor el hecho de que haya ingresado en la academia?

–Vamos a poder visibilidad de forma más potente nuestro trabajo a nivel internacional. A la vez, nuestras redes crecerán, porque lo importante es ganar en visibilidad, que la gente sepa lo que hacemos.