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La transformación del Convento de la Trinidad en un centro cultural ahora sí empieza a ser una realidad. La Junta de Andalucía saca a concurso la redacción del proyecto básico y de ejecución, además del estudio de seguridad y salud, para la rehabilitación de un edificio histórico que acumula demasiados años de abandono y propuestas fallidas. El contrato tendrá una duración de doce meses y un importe de 509.500 euros sin IVA (616.495 con IVA), tal y como adelantó este periódico el pasado mes de febrero cuando la Consejería de Cultura lanzó la información previa.
El objetivo, según indica el pliego de prescripciones técnicas, es convertir los más de 10.000 metros cuadrados del antiguo convento en «una infraestructura concebida como espacio para la cultura con carácter polivalente» que pueda albergar un triple uso: archivo, cultural y administrativo. Se aprovecharía así la preexistencia del Archivo Histórico Provincial en uno de sus laterales, «generando un núcleo de usos complementarios».
El mayor «reto» de esta propuesta es diseñar un edificio integrado por diferentes partes que funcione como un sistema en red que permita entender el inmueble «como uno sólo», pero manteniendo la independencia de los distintos usos. «Se considera que el equipamiento que nos ocupa debe entenderse como un sistema formado por diferentes partes, con vocación de formar parte de un todo, entendidas como elementos independientes capaces de funcionar de un modo autónomo dado el perfil diferenciado de sus usuarios
La documentación a elaborar incluye un levantamiento topográfico de la parcela y la actualización de la planimetría existente, un estudio de patologías del edificio con especial atención al estado de las maderas, la redacción de los proyectos básico y de ejecución de las obras y el estudio de seguridad y salud. Al unir todo esto en un mismo contrato, la administración pretende agilizar la tramitación. El presupuesto de las obras que resulten de este contrato no podrán superar los 18,4 millones de euros comprometidos, con cargo en un 80% a fondos europeos. Las ofertas podrán presentarse hasta el 5 de septiembre a las 23.59 horas.
La licitación llega más de un año después de que el Gobierno andaluz anunciara (en mayo de 2021) su intención de reactivar la recuperación de un edificio histórico que ya ha necesitado de varias intervenciones urgentes para seguir en pie. La Junta avanzó entonces su propuesta para el convento, que incluía desde salas de usos múltiples a aulas para talleres, camerinos para las artes escénicas y una sala de exposiciones temporales. Además, planteó la idea de habilitar para actividades culturales y uso vecinal dos espacios singulares: el emblemático claustro del siglo XVI con arcos de medio punto y columnas de mármol; y la antigua capilla, cuyas dimensiones a lo largo y a lo alto la hacen idónea para grandes eventos. El exterior se urbanizará, con un parque y un jardín abierto al barrio.
Queda por ver si el Gobierno andaluz recogerá el guante lanzado hace meses por la escena teatral malagueña, que le solicita dedicar ese recinto a las artes escénicas y audiovisuales contemporáneas. Una petición constituida después en plataforma que comenzó con un escrito firmado por más de cien profesionales que denunciaban el vacío que existe en Málaga de esta línea de programación tradicionalmente liderada por la Junta, hasta la conversión del Cánovas en un teatro infantil y el reciente cierre de la Sala Gades y la Sala B por la pandemia.
Parte de los 10.000 metros darán también solución a la falta de espacio para los documentos de la administración regional. En un semisótano, aprovechando el desnivel entre el cercano Archivo Histórico Provincial –también de la Junta– y el convento, se ubicará el primer Archivo Intermedio del Gobierno andaluz. Su función será recibir los documentos que genere la provincia y decidir cuáles pasan a custodiarse en el Histórico por su valor y cuáles se desechan.
En el pliego técnico, se fijan como condiciones básicas el diseño, la tecnología, la funcionalidad y la calidad global de la propuesta arquitectónica, así como el respeto al edificio como bien arquitectónico y patrimonial -protegido como BIC- y su entorno. Se valorará la calidad constructiva que garanticen «un mantenimiento adecuado y un envejecimiento digno» y se tendrán en cuenta criterios de sostenibilidad tanto en la elección de los materiales como en la utilización de sistemas eficientes energéticamente y el y uso de energías renovables, «siempre que sean compatibles con los grados de protección del edificio y su integración en el entorno».
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