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La exposición del CAC muestra la trayectoria del artista alemán. Ñito Salas

Clasicista encerrado

Crítica de arte ·

La tosquedad expresionista de las esculturas de Stephan Balkenhol no puede ocultar el profundo espíritu clasicista que late en ellas. Un anclaje en la tradición que refuerza a través de continuos diálogos con la Historia del Arte y la cultura

juan francisco rueda

Sábado, 3 de febrero 2018, 01:22

Existe la tentación y, en cierto modo una natural querencia, por definir de manera excesivamente categórica la obra de Stephan Balkenhol (Fritzlar, Alemania, 1957) como ... neoexpresionista. Ciertamente, la factura de su escultura, abrumadoramente en madera, material tradicional e históricamente empleado en los episodios de mayor expresionismo, permite esa innegable vinculación. También permite esa adscripción estilística la irrupción artística de Balkenhol en los ochenta, momento en el que aflora el subjetivismo de las poéticas expresionistas y en el que se niega la asepsia, frialdad, auto-referencialidad y depuración que buena parte de la escultura venía soportando desde los sesenta, aunque hubo revueltas y situaciones a contracorriente durante esas décadas, como los nuevos realistas franceses o el arte ‘povera’.

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