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Natalia Meléndez, Iván Gelibter y Miguel Ángel Martín, ayer en el cine Albéniz. ÑITO SALAS

Billy Wilder y 'Uno, dos, tres' como excusa para debatir en el Albéniz sobre los límites del humor

La periodista y profesora de la UMA Natalia Meléndez y el cómico Miguel Ángel Martín abordan el tema en el ciclo 'El espíritu de la colmena'

VÍCTOR ROJAS

málaga.

Martes, 25 de abril 2023, 02:00

Las luces de la sala 1 del cine Albéniz se apagaban en la tarde de ayer para dar paso a la proyección de una de las mejores comedias de la historia: 'Uno, dos, tres'. Esta película de 1961, dirigida por Billy Wilder, fue la elegida para la nueva cita de 'El espíritu de la colmena', un ciclo organizado por el Festival de Málaga con la colaboración de SUR. 'El humor' era la cuarta sesión de 2023 dentro de estas jornadas que abordan la actualidad desde el cine y el diálogo. Ayer, con este filme protagonizado por James Cagney, Horst Buchholz y Pamela Tiffin, que se enmarca en la época del telón de acero y de una Berlín dividida, con el conflicto entre capitalismo y comunismo de fondo, desde una perspectiva humorística.

Las luces de la sala 1 volvieron a encenderse casi dos horas después para el habitual debate posterior a la proyección. En esta ocasión, los invitados fueron la periodista y profesora de la UMA Natalia Meléndez, quien además ha publicado diversos artículos sobre el humor, y el actor y humorista Miguel Ángel Martín, conocido en redes sociales como @TuNoMandas. Una conversación que estuvo moderada por el periodista de SUR y coordinador del ciclo, Iván Gelibter, y en la que se abordaron temas como los límites del humor, si se debe prohibir lo que ofende y por qué hay asuntos que antes hacían gracia y ahora no tanto.

Primera pregunta: «¿Por qué nos sigue haciendo gracia esta película años después?». Para Miguel Ángel Martín, la clave está en «meterse con las dos partes y salirse de la situación para reírse de lo absurdo». Tras hablar sobre el humor del largometraje, se pasó a debatir sobre los asuntos que antes provocaban la risa, pero que ya no tienen cabida en la sociedad. «Tiene que ver con la evolución de la sociedad y de nuestras mentalidades», opinaba Natalia Meléndez, quien también cree que la clave está en poder explicar por qué eso no provoca la risa. Martín puso el ejemplo de los chistes de Arévalo: «Eso nunca ha tenido gracia, pero ellos tenían el poder y los demás estábamos callados».

De este asunto salió una polémica humorística reciente: el sketch sobre la Virgen del Rocío de TV3. Ambos coincidieron en que el principal problema es que esa parodia no tuvo ninguna gracia aunque estaban en desacuerdo con la «desmesurada» reacción política. El devenir de la conversación llevó hasta los estereotipos. «Forman parte del humor, pero bien hechos», decía Martín, quien puso de ejemplo a Los Morancos.

Uno de los puntos álgidos de la charla fue cuando se habló de los límites del humor. «Se puede hacer humor en tu misma línea y con los que están arriba, ese es el límite», consideraba el humorista. Meléndez volvió a hablar sobre Arévalo: «No hay que hacer chistes sobre personas que no pueden cambiar su situación, como hacía él con los gangosos». En el punto opuesto recordaban a El Langui: «Se ríe de él mismo, pero no procede que lo haga otra persona».

Pero, ¿qué pasa si alguien pasa la línea? «Tenemos los medios para decir que no nos parece bien sin sobrepasar límites como la judicialización», apuntó la periodista, mientras que Martín apostó por «dejar de reírle las gracias».

Y estando Miguel Ángel Martín, no podían eludir hablar de las redes sociales. En este sentido, el meme por excelencia de las últimas semanas en el mundo tuitero es el vídeo de David Bisbal dirigiéndose a unos fans que le pedían hacerse una foto: «¿Cómo están los máquinas?». Precisamente, saludo con el que iniciaba el debate Iván Gelibter para romper el hielo. «Había mucha necesidad de algo así porque Twitter cada vez es más hostil», afirmaba Meléndez, consciente de que es una broma que solo ha llegado a las personas que están en esa red social. «Las cosas que funcionan en esta red social, no funcionan fuera, hemos creado unos códigos propios», sentenciaba el cómico, quien se hizo conocido a través de Internet durante la pandemia.

«Solo estaba escribiendo un estado de Facebook, me estaba saliendo muy largo y decidí grabarlo. Por la tarde me retuitearon Julia Otero y Pérez-Reverte», contaba Martín entre risas. Para la profesora de la UMA, algunos de los motivos del triunfo del monologuista son «la identificación, la manera de contarlo y la exageración».

Martín también reconoció que al principio le dio pudor: «Pensé que me había convertido en un meme». Una situación a la que le consiguió dar la vuelta. «Soy como Chenoa», bromeaba porque salió de una casa tras estar meses encerrado y era conocido por todo el mundo, igual que ella cuando salió de 'Operación Triunfo'. «Toco los lugares comunes, hay que reírse de uno mismo», reconocía el humorista como uno de sus éxitos.

Aquí no hay quien viva salió a relucir como una serie que acabó en 2006 pero sigue estando vigente como referente del humor. «Funciona mucho con los estereotipos», piensa la periodista. Martín habló de la «profesionalidad del equipo» y de los «magníficos diálogos». En este momento, se mencionó otras comedias como 'La que se avecina' o 'Aída', que cuentan con personajes que representan partes más intransigentes de la sociedad, como Antonio Recio y Mauricio Colmenero, respectivamente. «Cuando un personaje dice un 'cuñadismo' pienso que se ríen con él, no de las palabras», concluía Meléndez.

El ciclo 'El espíritu de la colmena' volverá el próximo 29 de mayo con la proyección de 'El sueño eterno' (Howard Hawks, 1946) para después conversar sobre el crimen organizado. Y la última sesión del semestre será el 19 de junio y en ella se hablará de la moda tras ver el largometraje 'Una cara con ángel' (Stanley Donen, 1957).

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