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Marine Picasso con la cabeza de toro que se vendió en Sotheby’s en 2013 por 1,4 millones de euros.
Marine Picasso asusta al mercado anunciando una venta masiva de obras de su abuelo

Marine Picasso asusta al mercado anunciando una venta masiva de obras de su abuelo

La nieta del artista posee 10.000 obras de las que quiere desprenderse en parte, mientras la familia del pintor acusa a quien fue su electricista de apropiarse de 217 piezas

iñaki esteban

Jueves, 12 de febrero 2015, 01:19

Pablo Picasso se ganó a pulso su fama de egocéntrico, cruel y déspota. Uno de sus nietos se suicidó por lo mucho que le dolía su indiferencia y su segunda mujer, Jacqueline Roque, también acabó con su vida años después de la muerte del pintor. Quién sabe si por fastidiar o porque sólo pensaba en sí mismo, el artista se fue de este mundo en 1973 sin haber hecho el testamento. Quienes se consideraban herederos se abalanzaron sobre él. Y una de sus descendientes, su nieta Marine Picasso, que no esperaba nada, se encontró con una quinta parte del botín, unas 10.000 obras de las 50.000 que hizo el pintor más la villa La Californie en la Costa Azul.

Marine se acuerda cómo de niña llamaba a la puerta de esa casa acompañada de padre Paulo, el primogénito, fruto del matrimonio de Picasso con la bailarina rusa Olga Koklova y su abuelo ni les recibía. Siempre tenía alguna excusa. O siempre tenía las mismas: o estaba pintando, comiendo o durmiendo.

Quince años de terapia necesitó Marina para superar el trauma. Ahora, con 64 años, ha tomado una decisión que está aterrorizando a las casas de subastas y a los marchantes. Después de vender unos cuadros en Sothebys hace dos años por un precio a su juicio inferior al que valían un retrato de la amante de Picasso, Dora Maar por 4,3 millones de euros, y una cabeza de toro por 1,4, Marine quiere hacer las transacciones por su cuenta. Y sin límite de obras a priori. Las suficientes para financiar sus proyectos filantrópicos, como un hospital para niños en Vietnam e instituciones para el cuidado de ancianos en Suiza y de adolescentes con problemas psiquiátricos en Marsella.

De las 10.000 obras que posee, 300 son cuadros. Algunos de primer nivel, como Retrato de mujer (Olga, una obra de 1920 sobre la primera de mujer del artista, similar a la que se vio con el mismo tema en la muestra Caos y clasicismo en el Guggenheim Bilbao en 2011. Está valorado en 53 millones de euros. O Mujer con mandolina, ejemplo de su época como creador del cubismo analítico, fechado en 1911, y cuyo precio rondaría la misma cantidad.

El mercado de picassos es un negocio siempre floreciente que en 2014 obtuvo un resultado en ventas de 400 millones de euros de un total de 14.000 que supuso todas las transacciones tasadas y reconocidas en el mundo. Sólo Warhol le ganó.

La caja en el garaje

Si la nieta se decide a sacar un gran número de cuadros, los precios bajarán, quién sabe hasta dónde. John Richardson, el gran biógrafo de Picasso, ya dicho que el rumor de una venta masiva ha calado entre los coleccionistas. Los marginados, intermedios de distintas clases, le quitan hierro al asunto, y argumentan que una persona sola no puede vender obras de arte como si estuviera zapatería. Pero nadie puede dar nada por seguro.

Marina Picasso

  • lo que está en juego

  • Heredó 10.000 obras de las 50.000que realizó su abuelo. Entre ellas 300 cuadros, algunos de alto valor. Mujer con mandolina, fechada en 1911, rondaría los 60 millones.

  • Tiene 217 piezas realizadas de 1900 a 1932. Entre ellas, se encuentran siete pequeños óleos, 28 litografías, dos cuadernos de notas y varios collages cubistas. El precio en conjunto ascendería a 60 millones de euros.

A este anuncio se une el juicio contra el que fue electricista del artista, Pierre Le Guennec, que atesora 217 piezas de la mejor época del creador malagueño,la que va de 1900 a 1932. Entre ellas, se encuentran siete pequeños óleos, 28 litografías, dos cuadernos de notas y varios collages cubistas, cuyo precio en conjunto ascendería a 60 millones de euros.

Según declaró Le Guennec, se las regaló la mujer del artista, Jacqueline Roque, con la aquiescencia del pintor. Las obras están firmar, algo opuesto a las costumbres de Picasso según el abogado que defiende a sus herederos, ya que siempre las rubricaba y muchas veces las dedicada. Ante las sospechas, le denunciaron.

Después de tenerlas durante 37 años en una caja dentro del garaje, según la declaración del electricista. Aquejado de una grave enfermedad de riñón, Le Guennec quiso regularizar su tesoro y lo presentó ante la Picasso Administration como instancia para certificar su autenticidad. En ese momento se le echaron los herederos encima.

En los últimos dos días, Claude y Maya Picasso, hijos del artista, se han empleado a fondo contra este profesional retirado tiene 75 que entró a trabajar en 1970 en la última residencia del creador, una mansión de 35 habitaciones en la Costa Azul. Se le acusa de receptador de obras robadas, delito que no prescribe en Francia, al contrario que el de robo. Su abogado defensor alega que no se puede ser las dos cosas a la vez: ladrón y el que recepta la mercancía robada, así que ha pedido su absolución.

Una de las primeras obras que Marine Picasso quiere vender es un cuadro, con un realismo extraño para el artista, que representa la villa La Californie. Le trae malos recuerdos y su rareza la convierte en un joya. A esta obra le seguirán otra. Los marchantes piden que nadie pierda la calma. Pero la cotización de las obras de su abuelo depende ahora de ella.

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