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Noelia Plaza Cantero
Málaga
Martes, 19 de octubre 2021, 00:09
La Isla Verde de la Facultad de Ciencias de la Comunicación vuelve a llenarse de jóvenes que forman corrillos para charlar y tomarse algún que otro descanso entre clase y clase. Con la vuelta a la presencialidad en las aulas en la Universidad de Málaga, las facultades vuelven a verse repletas, aunque aún con mascarillas y olor a geles hidroalcohólicos. Pasillos, zonas comunes y exteriores sirven como zonas de desconexión tras horas seguidas de clase. Aprovechando aún el buen tiempo y antes de que llegue el frío, la gran mayoría opta por descansar al sol en la Isla Verde.
Encontrar aparcamiento no es tarea fácil con la vuelta presencial a las clases. Parkings como el de la Facultad de Comercio y Gestión, el de la Escuela de Ingenierías Industriales o el de la Facultad de Derecho vuelven a estar repletos de coches, lo que dificulta la tarea de aparcar tanto para estudiantes como para docentes y trabajadores cercanos al Campus de Teatinos. Una alternativa si vives cerca es hacer uso de la red de autobuses disponibles para la Universidad o el Metro de Málaga. Bienvenidos a la normalidad.
El metro de Málaga recupera su actividad natural tras las clases 'on line' y la semipresencialidad del curso pasado. Ahora vuelve a llenarse en su recorrido universitario desde la Ampliación al Campus de Teatinos.
A pesar de que las aulas vuelven a contar con el total de su capacidad, continúan las medidas de seguridad por el Covid con señales que indican por donde acceder y por donde salir de cada recinto.
Las charlas en las puertas de las facultades antes de entrar al aula vuelven para quedarse con el regreso de la presencialidad. Las desconexiones y comentarios respecto a las clases vuelven a ser usuales.
Con la dificultad a la hora de encontrar aparcamiento en horas puntas, por las mañanas sobre todo, muchos se suman a una alternativa ecológica y sencilla como es la bicicleta o los patinetes eléctricos.
Las cafeterías de todas las facultades de la Universidad de Málaga vuelven a llenarse de gente sin mascarillas mientras se toman un descanso consumiendo refrigerios, cafés o comida en los variados horarios de clase. También vuelven las colas a la hora del almuerzo para llenar las bandejas y continúan los códigos QR de la cafetería que se escanéan a través de la aplicación de la UMA para tener descuentos de estudiantes en el menú.
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