Borrar
Un viaje nostálgico por la historia que cambió el mundo

Un viaje nostálgico por la historia que cambió el mundo

La Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales rinde homenaje a la gesta de Magallanes y Elcano en la muestra 'V centenario de la primera vuelta al mundo', que cuenta con la reproducción de diez naves

NOELIA PLAZA CANTERO

Martes, 9 de noviembre 2021, 00:00

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

El mundo no volvió a ser el mismo tras esta expedición. Sevilla, 1519. Más de doscientos hombres y cinco naos partieron en busca de una ruta por el oeste hacia la Especiería al mundo de Fernando de Magallanes. Tres años más tarde y con tan solo dieciocho hombres y una nao, aquellos exploradores del mar abierto regresaron tras haber dado la vuelta al mundo.

La pasada semana se inauguró la exposición 'V centenario de la primera vuelta al mundo Magallanes-Elcano' en el vestíbulo de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales y contó con la colaboración de la Real Liga Naval de España y la Unión Nacional de Milicias Universitarias.

La exposición consta de 25 paneles explicativos de la gesta histórica de Magallanes y Elcano con planos, mapas, fotografías y utensilios para la navegación, así como también con la reproducción de diez naves: una goleta, cuatro galeones, un bergantín, un bajel, el buque-escuela 'Juan Sebastián Elcano' y dos jábegas. La exposición podrá visitarse hasta el 30 de noviembre, de lunes a viernes, con un horario de 9:00 a 21:00h.

Diego Estrada Fernández, prestigioso ingeniero industrial y arquitecto, era el organizador de la exposición y todas las maquetas expuestas eran de su colección personal. «En casa ya no me caben más», añadió al inicio de su intervención. Las palabras de Diego Estrada iban dirigidas como una brisa con olor a salitre a «todos los amantes del mar y las glorias de España».

Una pequeña nota esquematizada de su discurso se desplegó como las velas de un barco al salir del mar del bolsillo de su chaqueta. Una corbata roja con anclas blancas y un pisacorbatas dorado con la forma del buque escuela 'Juan Sebastián Elcano' invitaban a realizar una vuelta al mundo por el recuerdo de un viaje ya ocurrido, pero que nunca será olvidado.

La crónica del viaje

Estrada tenía presente al joven Antonio Pigafetta, caballero de Rodas al servicio del embajador del papa y redactor de la crónica de la expedición de la primera vuelta al mundo. El relato de Pigafetta sobre aquella primera vuelta al mundo era naturalista, exacto y fantasioso al mismo tiempo. Lleno de espíritu renacentista, y basado en las notas que tomaba diariamente, aquel relato era rico en detalles etnográficos, zoológicos y geográficos. La capacidad de observación y el despliegue de conocimientos literarios, artísticos y científicos era perceptible en cada una de las palabras de Estrada.

La presencia del portugués Fernando de Magallanes en la corte de Castilla hizo que el embajador lusitano utilizase todos lo medios posibles para impedir que su proyecto llegase a la realidad. «Su nacionalización resultaba imposible porque, poco antes, las Cortes de Castilla habían prohibido las nacionalizaciones», recordaba Diego Estrada mientras miraba el papel entre sus manos.

Entre niebla, los navíos entraron en el ansiado mar del Sur, renombrado por Magallanes como mar 'Pacífico' por las calmadas aguas en las que navegaban. Sed, hambre, mala vida y trabajos forzosos los llevaron a las islas Filipinas, lugar en el que, tras un enfrentamiento en combate, llegó la muerte de Magallanes.

A partir de entonces fue Juan Sebastián Elcano quien tomaría el relevo de la expedición con el objetivo de cargar de pimientas la nave, que se hundió un poco debido al cargamento, pero consiguió regresar a Sanlúcar en Cádiz.

Todo era más que un juego de azar y de exploración en el que «tan solo las tres mujeres cruzaron el estrecho de Magallanes», anunció Estrada haciendo alusión a 'La Capitana Trinidad', 'La Concepción' y 'La Victoria'. Navegaban hacia poniente cuando era hacia levante, pero infringieron las normas en «un plan derivado de la crisis sobrevenida que les obligó a decir 'voy por demarcación portuguesa'», explicó el organizador de la exposición.

Para Diego Estrada, quien hablaba en nombre de muchos marines de la Real Liga Naval Española, ni el descubrimiento de América, ni la llegada a la India por el portugués Nicolau Coelho, ni la subida al Everest, ni la llegada a la luna por el comandante Neil Armstrong fueron tan importantes como aquella primera vuelta al mundo a la que se rendía homenaje en esta exposición. Además, «nunca llegaremos a vivir el sexto centenario», bromeó con una dosis de realidad, pues la muerte es inevitable.

La globalización y sus avances

Tras la expedición a la que se rinde homenaje con esta exposición, se dio un antes y un después en términos relacionados con la globalización, así como en temas de cartografía, geografía física y, lo más importante, el cielo celeste. Los avances en astrología fueron progresos vitales para la navegación durante los tres años que duró el viaje. Habían desarrollado entonces la capacidad de saber ubicarse con las estrellas usando el cielo nocturno como un mapa. Gracias a esos cambios se dio el paso de la Edad Media a la Edad Moderna.

«La cumbre del renacimiento», así calificó esta hazaña el comisario de la exposición, Diego Estrada. La Corona de Castilla recorrió los tres océanos a lo ancho, dando así por finalizado el concepto de los pequeños universos cerrados donde la superficie se dobla como una esfera en la que una línea recta acabará por volver a su punto de partida, a diferencia de un universo plano como el que se creía hasta entonces en el que una línea recta se extiende hasta el infinito. «Que la Tierra es redonda lo dijo España», añadió Estrada.

En una expedición no de aventuras sino de una armada cargada de armas de fuego de avancarga como los arcabuces y pólvora para dos años depositada por la armada española, el legado de Carlos I de españa y V de Alemania, exemperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y también el de Juan Sebastián Elcano aún siguen presente en fechas puntuales como las de este quinto centenario en el que se demostró que tres cuartas partes de la Tierra es mar y que, por ende, los continentes son islas.

La Corona española

La consolidación de las islas Filipinas y la presencia de la Corona española en las islas Marianas. La gran ruta comercial del Galeón de Manila por el que España, Filipinas y China transportaban porcelana, seda y cerámica respectivamente hacia Acapulco, el entonces mayor foco de papeles del mundo. «Dominamos este mundo tan grande durante dos siglos y medio», recordaba Estrada.

También fue entonces cuando se acuñó el real de a ocho, la primera divisa mundial. Una moneda de plata acuñada por el imperio español después de la reforma monetaria de los Reyes Católicos en 1497. La fábrica nacional de moneda y timbre prestó y vendió la plata para el futuro dólar americano. «Este real de a ocho era aceptado en todas las españas, nosotros no tuvimos colonias, sino reyes y virreinatos», indicó Estrada.

De la gran pantalla a la realidad, la música de la película 'Elcano y Magallanes, la primera vuelta al mundo' entró como un soplido al vestíbulo de la facultad. «Elcano, no mires atrás, confía en el viento. Tú puedes lograr la vuelta al mundo entero que nadie olvidará», cantaba La Oreja de Van Gogh y recordaban entonces todos los presentes de la inauguración.

El evento también contó con la presencia de la vicerrectora de Cultura, Tecla Lumbreras, quien junto al decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Eugenio José Luque, quisieron rendir un pequeño homenaje al 40.º aniversario de la facultad. «Eugenio tenía mucho empeño en que viniera a esta exposición porque él es un apasionado de la cultura y el arte, pero yo no tenía ni idea de este tema», dijo con tono burlesco la vicerrectora.

A diferencia de su pensamiento previo a la exposición, Tecla Lumbreras reconoció haberse llevado una grata sorpresa al ver aquellos barcos. «Los coleccionistas sois como niños», dijo refiriéndose a Diego Estrada. «Veo que eres un enamorado de la colección y que estás muy informado del tema, por lo que te preocupa también dónde van a terminar estos barcos», continuó sugiriendo que no estaría mal que los donara a la Facultad de Económicas.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios