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CARLOS CONTRERAS
MÁLAGA.
Martes, 29 de enero 2019, 00:11
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Silencio. El agua está en calma. Tranquilo, concentrado. Lleva mucho tiempo preparándose para esto. Se acerca el momento. Los nervios son un arma de doble filo, pero él sabe domarlos y tornarlos a su favor. Espera la señal de salida. Suena. Es el momento, se lanza. El agua es el medio natural para Luis Manuel Troughton. Empezó en la natación con 16 años, algo mayor, pero no le ha impedido superarse día tras día. «Mi objetivo es ser miembro de la selección española», manifiesta el medallista del último campeonato universitario de natación adaptada, que compagina este deporte con los estudios de tercer curso de Ciencias Ambientales en la Universidad de Málaga.
Nada le impide seguir mejorando en cada entrenamiento en el centro deportivo Inacua, lugar al que acude asiduamente. «Tiene unas instalaciones buenísimas. Se nota mucho cuando se entrena en ese tipo de piscinas. Para mí tiene muchas ventajas», explica.
Profesional Bronce nacional en 50 metros braza y tres platas en relevo. A nivel andaluz, dos oros relevo y oro en 100 metros libre en 2017 y tres oros en relevo y un oro en 100 metros braza en 2018.
Universitario Bronce en el campeonato de España 2018. Dos oros y dos bronces en los campeonatos andaluces.
La técnica de natación adaptada tiene una base común, pero al final cada uno tiene que acomodar esa norma general a las capacidades de cada nadador. «Es siempre un proceso continuo de ir mejorando, de ir cambiando. Tú te tienes que sentir cómodo dentro del agua, con buenas sensaciones», dice Troughton, reconocido por la práctica de deporte inclusivo en la Gala del Deporte Universitario 2018 de la UMA.
No es para menos. Ha logrado dos medallas de oro y dos bronces a nivel andaluz y bronce en 50 metros braza en los campeonatos de España universitarios de 2018. «Tenía opciones de medalla y fui a por ella», declara sonriendo. Además, como profesional tiene un bronce en 50 metros braza y tres platas en relevo en el campeonato de España.
No ha sido fácil para él conseguir todo esto. «En Málaga no existía club de natación adaptada. De hecho, fui a un campeonato de Andalucía solo. Allí me hice mínima nacional y se me acercó la entrenadora del 'Fidias' de Córdoba y hasta hoy», explica. Hubo personas que lo intentaron desanimar cuando Troughton quiso empezar con su sueño de nadar a nivel profesional: «Me dijeron que era muy tarde para empezar con la natación. Estoy aquí a ver hasta dónde puedo llegar».
Tiene dos razones muy claras por las cuales quiere seguir con la natación, una es deportiva y otra personal: «Quiero ver hasta dónde soy capaz de llegar. Desde antes de nadar yo tenía claro que me encantaría ir a unos paralímpicos. Otro motivo es la gente que he conocido nadando, estoy haciendo amigos que siento que son para toda la vida», afirma.
En la competición tiene un enemigo invisible, su categoría 6 de discapacidad. «Yo antes era categoría 5 de discapacidad y en esta categoría era tercero de España. Me hicieron una prueba para volverme a clasificar y ascendí una categoría», sostiene. Todo fue de mal en peor. Su antigua marca en la categoría 5 no le servía para clasificarse en la nueva: «Me lo comunicaron la noche antes de un campeonato de España y me hundí literalmente. En la categoría 6 hay gente andando». Su única opción era trabajar duro y ser positivo, y eso fue lo que hizo. «Me mentalicé en lo que tenía que hacer, luchar por lo que quería. Ahora tengo las mínimas y puedo competir», afirma orgulloso.
Luis Manuel Troughton les manda un mensaje a todas las personas que estén en su misma situación y quieran realizar cualquier deporte: «Que lo hagan. Es algo que merece la pena. No va a ser fácil, pero si lo hacen bien, va a ser algo muy bonito y de las mejores cosas que les puedan pasar», sugiere.
Solo tiene una pega y tiene que ver con su facultad. No está todo lo adaptada que él necesita para hacer una vida cómoda. «El año pasado estaba en una clase súper estrecha. Para entrar, mis amigos me tenían que levantar la mesa y pasar por debajo», aclara. «Las rampas para acceder a los edificios están muy inclinadas y me tienen que ayudar. Si no tengo ayuda, tengo que dar un rodeo y subir una cuesta bastante complicada», añade el medallista de natación adaptada. Ahora tiene la mente puesta en seguir preparándose para llegar a su meta, la selección nacional. Para ello: «Trabajo, trabajo y trabajo».
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