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Luis Troughton en la piscina de Inacua nadando en su estilo estrella, la braza. :: Eva S. Melendo

Luis Troughton: del miedo al valor

El joven malagueño, estudiante de tercero de Ciencias Ambientales, afronta este fin de semana el Campeonato Andaluz en Torremolinos

CRISTINA PINTO

Martes, 19 de noviembre 2019, 00:04

La relación del agua y Luis Troughton comenzó desde muy pequeño. Pero no fue una primera vez con buen recuerdo. Luis nació con una parálisis desde la rodilla hasta los pies y con tan solo tres años llegó su primera anécdota acuática. «Estaba en la piscina de mis abuelos en un sillón de colchoneta y caí. No sabía nadar, me hundí en el fondo de la piscina, desde ahí le cogí miedo». Así relata Troughton su primera toma de contacto con el que ahora es su «entorno natural», el agua.

Años después llegaría el siguiente acercamiento. Los padres de Luis decidieron que a los seis años se apuntase a clases de natación. Aún no se sabía lo importante que sería esta elección en el futuro del joven malagueño. «No he tragado más agua en mi vida», comenta entre risas. Pero poco a poco el miedo dejó de ser el protagonista cada vez que se adentraba en la piscina.

Aunque después de la vuelta al agua hubo una parada en esta relación. Llegó el bádminton a la vida deportiva de Luis y desde los nueve hasta los 12 años estuvo compitiendo en el equipo de El Torcal. Pero el club finalmente cerró y, como dice el joven malagueño, «dejé el bádminton obligado».

«Estaba en la piscina y caí. No sabía nadar, desde ahí le cogí miedo»

Tras dos años sin relacionarse con el deporte, a Luis le entró el 'gusanillo' de volver a estar en el agua. «Llegué a mi casa diciéndole a mis padres que me gustaría competir en natación. No se lo pensaron». Y así fue como este joven estudiante de Ciencias Ambientales de la UMA volvió a unir lazos con este deporte en el que todavía está inmerso. A partir de aquí es cuando llega el coraje y la valentía del nadador. Seis meses le valieron para aprender la técnica básica; desde enero hasta junio la piscina del pabellón de Ciudad Jardín fue su mejor aliada. Llegaron las vacaciones de verano y el pequeño Luis no quería dejar este deporte. El centro acuático Inacua sería su próximo destino, donde actualmente sigue entrenando cinco días a la semana.

Tres años fueron los que el entrenó en solitario con ayuda de los monitores del centro. Muchas horas en el agua, aprendizaje de las técnicas de natación hicieron que su estilo estuviera ya definido: braza. «Fui evolucionando en mi preparación hasta que llegó el momento en el que me planteé competir», asegura.

El próximo mes de enero se cumplirán seis años desde que Luis Troughton empezó a entrenar en natación. Lo suficiente como para haber marcado su día a día con un gran lazo que el malagueño no quiere soltar. Justo una semana antes de cumplir los 19 años y con una presentación de forma individual llegó a su primer campeonato andaluz. Luis llegó acompañado del miedo del principiante.

«La natación te cambia todo, hasta la forma de pensar. Hay días que me evade de problemas»

Al no haber equipos de natación adaptada aquí en Málaga, esa fue la forma más viable de llegar a la competición. Y aquí Luis Troughton recogería la primera semilla que había sembrado en este tiempo. Alguien estuvo pendiente a todos sus movimientos en este campeonato. Ella era Esperanza Jaqueti -cordobesa de adopción y con toda una vida dedicada a la natación-, entrenadora del Club Fidias de Córdoba y de la selección andaluza de natación adaptada. «Era mi primer campeonato y yo pensaba que iba a quedar el último. Cuando terminé la prueba se me acerca una mujer me dice que acababa de hacer el tiempo mínimo para clasificarme para la prueba nacional. Yo no me lo podía creer. Me dijo que ella era la seleccionadora andaluza y me propuso que en marzo viajara al campeonato con ellos», de esta forma y todavía emocionado cuenta Luis su entrada anecdótica en el mundo de la competición de este deporte.

Primera medalla

Pero no todo es camino de rosas en una carrera deportiva. Y una mala noticia llegaría a la de Luis. Justo antes de cada campeonato de España revisan la categoría de los nadadores, que va del 1 al 10, siendo el 1 el nivel más alto de discapacidad. Luis Troughton competía hasta ese momento en la quinta categoría, pero ese año el campeonato de España lo cambiaría todo. «Me comunicaron la noche de antes del campeonato que me subían la categoría. En la sexta categoría pueden caminar, solo con el impulso del agua ya me ganan. Esa noche me harté de llorar. Mi marca ya no me servía para la nueva categoría», relata todavía triste por esa noticia.

Las cosas se empezaron a complicar desde ese momento. El malagueño tendría que mejorar mucho su marca para poder clasificarse para los nacionales. La ayuda de sus compañeros y de su club fue esencial en ese momento, «cuando me vine abajo mis compañeros y entrenadores me apoyaron en todo momento». Desde ese momento el nadador no ha dejado de entrenar en ningún momento. Prohibido venirse abajo. Era un salto importante llegar a la 6.ª categoría, un cambio muy potente. De poder utilizar las piernas a no poder. Pero había que ver el lado positivo de esta mala noticia. «Mi marca en 50 braza ha bajado 7 segundos desde que estoy en la 6.ª categoría. Si vuelvo a mi categoría de antes lo veré de otra forma».

Momento decisivo

Durante estos dos años que han pasado desde el cambio de categoría, Troughton ha seguido coronándose como un gran nadador con la consecución de numerosas medallas a pesar de las dificultades. «La natación te cambia todo, hasta la forma de pensar. Hay días que te sirve para evadirte de los problemas», asegura.

A sus 21 años, este fin de semana llega un momento importante para este cambio que lleva buscando desde hace dos temporadas. «Me aconsejaron que recurriera dos años después y aquí estoy. Justo antes de este próximo campeonato andaluz me dicen si vuelvo a mi categoría en la que empecé», afirma con los nervios a flor de piel.

Este fin de semana se celebra en Torremolinos el Campeonato de Andalucía de natación adaptada, fecha clave para Luis Troughton. En estos días previos al evento, el nadador recibirá la noticia del cambio. La incertidumbre de si se lo conceden o no le tiene nervioso. «Si me conceden el cambio será una motivación extra que me dará la posibilidad de estar arriba», cuenta esperanzado.

'De cabeza' de la Universidad a la piscina

Luis Troughton tiene cuatro destinos que no fallan en su rutina: su casa, en el Palo; la Facultad de Ciencias; la Biblioteca General y el centro Inacua. Durante toda la mañana y parte de la tarde, el malagueño dedica su tiempo a estudiar. Este año cursa asignaturas de 2º y 3º de Ciencias Ambientales. «Este es mi último año fuerte en la Universidad, el año que viene tendré solo las obligatorias y el Trabajo de Fin de Grado», asegura el joven. Casi todos los años le ha coincidido el Campeonato de España absoluto con los exámenes finales de junio, pero confiesa que la UMA le da facilidades para cambiar los exámenes. «En junio competía a la vez que tenías exámenes, pero nunca me han puesto ningún impedimento para cambiarlos», cuenta. El vínculo de Luis Troughton con la Universidad de Málaga no es solo en el perfil de estudiante. El joven también forma parte del equipo de natación de la UMA y esta es la tercera temporada en la que participará en competiciones universitarias. «Antes de los campeonatos absolutos nacionales se celebran los universitarios. Son muy útiles para mí, ya que me sirve como un entrenamiento previo y fuerte. Además me encantan porque se celebran a la vez los de natación convencional y adaptada. He conocido a muchos amigos y deportistas como Mireia Belmonte», asegura. El año que viene el deportista finalizará sus estudios y confiesa que seguirá estudiando cursos relacionados con natación.

Haya cambio de categoría o no, hay otro factor que motivará a Luis: competir cerca de casa. Este fin de semana será la primera vez que dispute una prueba en la provincia. «Esta bien viajar, pero competir en tu ciudad tiene que ser increíble. Muchas veces ningún familiar ni amigo puede ir a vernos a las competiciones. Por fin en Málaga para motivarme más y sentir cerca el apoyo de los míos. Es bueno que las gradas estén llenas en natación adaptada», comenta ilusionado.

Todo este recorrido en el mundo de la natación ha llevado a Luis Troughton a plantearse retos en un futuro relacionados con este deporte. El malagueño no quiere dejar su relación con el agua. «Ahora mismo tengo 21 años, dicen que una vez que llegas al nivel máximo puedes aguantar unos años. Lo ideal sería tener 30 y poder seguir con la natación en mi día a día», comenta con esperanza.

El sueño olímpico

Hablando de retos y sueños, el nadador tiene dibujado en su cabeza un futuro ilusionante. Y se dice que nada es imposible. Por eso Luis Troughton, con su juventud, todavía tiene muchas metas que cumplir. En primer lugar ser miembro de la selección española y, tras esto, participar en unos Juegos Paralímpicos. «Me encantaría ir a los Juegos Paralímpicos de París en 2024. Llegaría con 26 años y sería perfecto, con mis estudios terminados y dedicándole tiempo total a este deporte», concluye ilusionado.

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