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Juan Olvido, a la izquierda, junto a algunas de las muestras de ojos que han estudiado, a la derecha. Crónica
La luz ambiental determina la evolución del color de ojos
Investigación

La luz ambiental determina la evolución del color de ojos

El veleño Juan Olvido, antiguo alumno de la UMA, junto a expertos de ámbito internacional, estudia el aspecto externo de los ojos de 77 especies de primates y obtiene nuevas conclusiones ecológicas que justifican la tonalidad de sus iris

Alba Tenza

Martes, 29 de noviembre 2022, 10:07

El color de ojos es de las primeras cosas en las que la mirada se fija al conocer a alguien. Pero, ¿por qué hay personas que nacen con los ojos de color verde y otras con los ojos de color azul? La diferencia entre la coloración del iris se ha establecido generalmente a través de una justificación básica para todos los seres humanos: resultado de la selección sexual. Sin embargo, un estudio reciente dirigido por investigadores del Departamento de Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional de Singapur (NUS) ha extraído nuevas conclusiones sobre estas percepciones.

La principal conclusión del estudio 'Ecological factors are likely drivers of eye shape and colour pattern variations across anthropoid' ('Los factores ecológicos son probablemente los impulsores de la forma de los ojos y las variaciones del patrón de color a través de antropoides primates') establece que la diversidad del color de ojos en primates se debe a las diferencias de iluminación de sus hábitats. Entre sus investigadores, el antiguo alumno de la Universidad de Málaga, Juan Olvido (Vélez Málaga), ha explicado a este periódico cómo han llevado a cabo este estudio y cuáles son sus principales conclusiones.

Inicio en letras

Juan Olvido empezó sus estudios universitarios en la Universidad de Málaga en el año 2008, concretamente estudió Filología Inglesa, tras especializarse en letras durante su etapa de Bachillerato. Desde sus 22 años, su trayectoria académica ha seguido desarrollándose fuera de España. Dinamarca, Francia u Holanda son algunos de los destinos donde ha abierto nuevas puertas a su línea de investigación. Su doctorado en Biología lo realizó en Singapur, desde donde nace este estudio que forma parte de su tesis doctoral. Actualmente, se dedica a investigar y supervisar a estudiantes de doctorado. «Desde pequeño siempre he tenido mucho interés por la evolución, lo fuerte es que empezase a estudiar Filología Inglesa, en lugar de Biología», explica el veleño, quien remarca que, para él, «ser experto en algo, no limita al ser humano a que pueda ser experto en otros ámbitos», idea con la que invita a estudiantes de la UMA a impulsarse aquellas cosas que no hacen por «vértigo o por sentir que no es de lo suyo».

Variedad en forma y color

Este estudio se ha basado en analizar la apariencia externa de los ojos entre las especies de primates, la cual es diversa en forma y coloración. Con esta investigación, Juan Olvido, Catherine Hobaiter; su supervisora en Singapur, Antónia Monteiro; el asistente de investigación Kokulanantha Ramarajan y su actual supervisora y en aquel entonces colaboradora, Mariska Kret; se han dedicado a cuantificar la variación interespecífica sustancial en la forma y coloración de ojos en 77 especies de primates que representan todos los géneros existentes. Los investigadores de NUS, junto a colaboradores de la Universidad de St Andrews y la Universidad de Leiden, han concretado que la luz ambiental es un factor determinante del color de los ojos en las especies de primates. Desde este punto, Olvido sugiere que este patrón podría explicar también las diferencias de color de ojos en los seres humanos.

Descubrir la riqueza

El principal objetivo a la hora de realizar este estudio fue «descubrir la riqueza y la variedad que hay en forma y en coloración de ojos», ya que había pocos estudios sobre el tema anteriormente y que, además, trataban el tema de manera muy preliminar. «Yo empecé a interesarme por este tema durante mi primera etapa en Francia, aunque fue en Dinamarca donde lo empecé a estudiar», recuerda Olvido. El investigador reconoce que por aquel entonces solo había un estudio de investigación sobre el tema, por lo que consideró que requería una mayor investigación.

Durante más de 20 años, los estudios sobre la variación del color de ojos se han centrado en los ojos como sinónimo de señalización visual para la comunicación interespecífica y intraespecífica. En relación a esta idea, también se tenía preconcebido cómo los patrones de pigmentación de los ojos se usan para camuflarse contra los depredadores. Estos investigadores de NUS han dado, sin embargo, poco apoyo a estas concepciones.

Entre los estudios previos, el investigador veleño recuerda el trabajo previo sobre este tema de Kobayashi y Kohshima, quienes proponían que el contraste entre el iris oscuro y la esclerótica clara evolucionó exclusivamente en humanos para facilitar la percepción de la mirada por parte de los sujetos, «hipótesis a la que se denominó señalización de la mirada», afirma Olvido. Estos autores presentaron su rechazo a explicaciones ecológicas alternativas para justificar la variación en la despigmentación conjuntival, como una conjuntiva más oscura que funciona como «un mecanismo antideslumbrante».

Olvido explica con sus palabras cómo hasta ahora se pensaba que la diferenciación de color de ojos en primates se debía a funciones comunicativas y que los humanos eran los únicos en tener ojos salientes, mientras que las otras especies de primates tenían ojos menos llamativos para poder camuflarse. «Este estudio es el primero que demuestra que el aspecto de los ojos viene dado en parte por las condiciones lumínicas típicas del ambiente de cada especie, concretamente, las especies que viven más lejos del ecuador tienen los ojos más verdosos-azules», aclara Olvido. En este sentido, sugiere que en los seres humanos los ojos azules también evolucionaron como «una respuesta a una presión ecológica».

Las fotografías analizadas

El equipo de investigación se dedicó a recolectar cientos de imágenes de 77 especies distintas de primates. De estas fotografías se tomaron medidas respecto al brillo y el color de las diferentes partes de sus ojos. Mogens Trolle es el fotógrafo especializado en naturaleza de muchas de las imágenes que estos investigadores han analizado, ya que le compraron una serie fotográfica específica sobre primates en primer plano. «Este fotógrafo tiene unas fotos impresionantes, muy bellas y con una calidad increíble, se ven los ojos con un color vibrante», afirma Olvido.

Juan Olvido durante una conferencia en la que presentó su proyecto. Crónica

A partir de las imágenes que fueron analizando, los investigadores se percataron de cómo las especies que viven a mayor distancia del ecuador tienden a tener la conjuntiva (el tejido que rodea el iris) más clara, algo similar a lo que ocurre con los seres humanos. Olvido ha reconocido en más de una ocasión cómo desde hace mucho tiempo se sabemos que los humanos son excepcionalmente buenos usando sus ojos para comunicarse con los demás. «Comprender que la luz ambiental, en cambio, puede tener un impacto en la apariencia de los ojos de los primates brinda una nueva perspectiva a este campo», aclara el investigador.

Nuevas perspectivas

El método comparativo en biología evolutiva que han utilizado los investigadores de este estudio les lleva a encontrar cómo muchas especies de primates evolucionaron de forma independiente con ojos más azules conforme más altas eran las zonas, al igual que ocurrió con los humanos. Desde este punto del análisis, establecen una conclusión a través de una explicación ecológica en lugar de una selección sexual, como se venía justificando antaño. Con los resultados obtenidos, los investigadores de NUS tratan de cambiar el enfoque actual de los factores comunicativos a los ecológicos en la variación de la apariencia externa del ojo en los primates.

La luz ayuda a sintonizar el reloj circadiano de forma que se ajustan los niveles de energía cuando se estimulan los receptores especiales de la retina. En las zonas donde la luz es inferior, los iris de color azul pueden hacer posible que la luz de color azul llegue a esos receptores especiales, lo que aumenta los niveles de energía. Los propios investigadores destacan la posibilidad de que existan factores ecológicos similares que hayan contribuido a la selección de ojos azules en poblaciones humanas ancestrales que viven en latitudes septentrionales.

Su principal objetivo fue descubrir la riqueza y variedad que hay en forma y coloración de ojos

En el estudio, los autores explican cómo los ojos, al ser órganos que median la interacción de un organismo con su entorno a través de la luz, la investigación de la morfología del ojo externo de los vertebrados ha girado en torno a funciones visuales. Con este estudio, el enfoque de la apariencia externa del ojo en primates se ha centrado en las funciones comunicativas, en lo que se refiere a «no cómo ven los ojos, sino cómo los ven los demás», explica Olvido.

Este hallazgo por parte de los investigadores es un paso más en la evolución y proporciona, como explica Olvido, «una posible solución al enigma de la variación del color del iris». Sin embargo, el camino es la propia evolución y aún quedan muchos misterios por resolver. «¿Por qué algunas especies con rangos similares como el chimpancé y el bonobo tienen diferentes niveles de pigmentación conjuntival?». Como esta, muchas dudas surgen para Olvido, quien aconseja a los estudiantes de la UMA que cuando tengan interés por algo «no duden en perseguirlo, trabajar por ello y pedir ayuda».

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